Hijos del África


Así se prueba que los negros son inferiores
(Según los pensadores de los siglos dieciocho y diecinueve)

- Voltaire, escritor anticlerical, abogado de la tolerancia y de la razón:
Los negros son inferiores a los europeos, pero superiores a los monos.

- Barón de Montesquieu, padre de la democracia moderna:
Resulta imposible que Dios, que es un ser muy sabio, haya puesto un alma, y sobre todo un alma buena, en un cuerpo negro.

- Karl von Linneo, clasificador de las plantas y de los animales:
El negro es vagabundo, perezoso, negligente, indolente y de costumbres disolutas.

- David Hume, entendido en entendimiento humano:
El negro puede desarrollar ciertas habilidades propias de las personas, como el loro consigue hablar algunas palabras.

- Etienne Serres, sabio en anatomía:
Los negros están condenados a ser primitivos, porque tienen poca distancia entre el ombligo y el pene.

- Francis Galton, padre de la eugenesia, método científico para impedir la propagación de los ineptos:
Un cocodrilo jamás podrá llegar a ser una gacela, ni un negro podrá jamás llegar a ser un miembro de la clase media.

-Louis Agassiz, prominente zoólogo:
El cerebro de un negro adulto equivale al de un feto blanco de siete meses; el desarrollo del cerebro se bloquea, porque el cráneo del negro se cierra mucho antes que el cráneo del blanco.


Desde el punto de vista del sur

Desde el punto de vista del sur, el verano del norte es invierno.
Desde el punto de vista de una lombriz, un plato de espaguetis es una orgía.
Donde los hindúes ven una vaca sagrada, otros ven una gran hamburguesa.
Desde el punto de vista de Hipocrates, Galeno, Maimonides y Paracelso, existía una enfermedad llamada indigestión, pero no existía una enfermedad llamada hambre.
Desde el punto de vista de sus vecinos del pueblo de Cardona, el Toto Zaugg, que andaba con la misma ropa en verano y en invierno, era un hombre admirable: - El Toto nunca tiene frío - decían. El no decía nada. Frío tenia, pero no tenia abrigo.
Desde el punto de vista del búho, del murciélago, del bohemio y del ladrón, el crepúsculo es la hora del desayuno.
La lluvia es una maldición para el turista y una buena noticia para el campesino.
Desde el punto de vista del nativo, el pintoresco es el turista.
Desde el punto de vista de los indios de las islas del mar Caribe, Cristóbal Colon, con su sombrero de plumas y su capa de terciopelo rojo, era un papagayo de dimensiones jamás vistas.
Desde el punto de vista del oriente del mundo, el día del occidente es noche.
En la India, quienes llevan luto visten de blanco. En la Europa antigua, el negro, color de la tierra fecunda, era el color de la vida, y el blanco, color de los huesos, era el color de la muerte.
Según los viejos sabios de la región colombiana del Choco, Adán y Eva eran negros y negros eran sus hijos Cain y Abel. Cuando Cain mato a su hermano de un garrotazo, tronaron las iras de Dios. Ante las furias del señor, el asesino palideció de culpa y miedo, y tanto palideció que blanco quedo hasta el fin de sus días. Los blancos somos, todos, hijos de Cain.
Si Eva hubiera escrito el Génesis,?como seria la primera noche de amor del genero humano?
Eva hubiera empezado por aclarar que ella no nació de ninguna costilla, ni conoció a ninguna serpiente, ni ofreció manzanas a nadie, y que Dios nunca le dijo que parirás con dolor y tu marido te dominara. Que todas esas son puras mentiras que Adán contó a la prensa.
Si las Santas Apostolas hubieran escrito los Evangelios, ¿como seria la primera noche de la era cristiana?
San José, contarían las Apostalas, estaba de mal humor. El era el único que tenia cara larga en aquel pesebre donde el niño Jesús, recién nacido, resplandecía en su cuna de paja. Todos sonreían: la Virgen María, los angelitos, los pastores, las ovejas, el buey, el asno, los magos venidos del Oriente y la estrella que los había conducido hasta Belén de Judea.Todos sonreían, menos uno. San José, sombrío, murmuro: - Yo quería una nena.


¿Adan y Eva eran negros?

En Africa empezó el viaje humano en el mundo. Desde allí emprendieron nuestros abuelos la conquista del planeta. Los diversos caminos fundaron diversos destinos, y el sol se ocupó del reparto de colores.
Ahora las mujeres y los hombres, arcoiris de la tierra, tenemos mas colores que el arcoiris del cielo; pero somos todos africanos emigrados. Hasta los blancos blanquisimos vienen de Africa.
Quizás nos negamos a recordar nuestro origen común porque el racismo produce amnesia, o porque nos resulta imposible creer que en aquellos tiempos remotos el mundo entero era nuestro reino, inmenso mapa sin fronteras, y nuestras piernas eran el único pasaporte exigido.


Abuelos

Para muchos pueblos del África negra, los antepasados son los espíritus que están vivos en el árbol que crece junto a tu casa o en la vaca que pasta en el campo. El bisabuelo de tu tatarabuelo es ahora aquel arroyo que serpentea en la montaña. Y también tu ancestro puede ser cualquier espíritu que quiera acompañarte en tu viaje en el mundo, aunque no haya sido nunca pariente ni conocido.
La familia no tiene fronteras, explica Soboutu Somé, del pueblo dagara: - Nuestros niños tienen muchas madres y muchos padres. Tantos como ellos quieran. Y los espíritus ancestrales, los que te ayudan a caminar, son los muchos abuelos que cada uno tiene. Tantos como quieras.




Europa caníbal

Los esclavos subían temblando a los barcos. Creían que iban a ser comidos. Tan equivocados no estaban. Al fin y al cabo, el tráfico negrero fue la boca que devoró al África.
Ya desde antes los reyes africanos tenían esclavos y peleaban entre sí, pero la captura y venta de gente se convirtió en el centro de la economía, y de todo lo demás, sólo a partir del momento en que los reyes europeos descubrieron el negocio. A partir de entonces, la sangría de jóvenes vació el África negra y selló su destino.
Malí es ahora uno de los países más pobres del mundo. En el siglo dieciséis, era un reino opulento y culto. La universidad de Tombuctú tenía veinticinco mil estudiantes. Cuando el sultán de Marruecos invadió Malí, no encontró el oro que buscaba, porque poco oro amarillo quedaba, pero vendió el oro negro a los traficantes europeos, y así ganó mucho más: sus prisioneros de guerra, entre los cuales había médicos, juristas, escritores, músicos y escultores, fueron esclavizados y marcharon rumbo a las plantaciones de América.
La máquina esclavista exigía brazos y la cacería de brazos exigía guerras. La economía guerrera de los reinos africanos pasó a depender más y más de todo lo que venía de afuera. Una guía comercial publicada en Holanda, en 1655, enumeraba las armas más codiciadas en las costas del África, y también las mejores ofrendas para halagar a esos reyes de utilería. La ginebra era muy valorada, y un puñado de cristales de Murano era el precio de siete hombres.


Espejos. Una historia casi universal.

Nada de nuevo tenía la esclavitud hereditaria, que venía de los tiempos de Grecia y Roma. Pero Europa aportó, a partir del Renacimiento, algunas novedades: nunca antes se había determinado la esclavitud por el color de la piel, y nunca antes la venta de carne humana había sido el más brillante negocio internacional.
Durante los siglos dieciséis, diecisiete y dieciocho, África vendía esclavos y compraba fusiles: cambiaba brazos por violencia.
Después, durante los siglos diecinueve y veinte, África entregaba oro, diamantes, cobre, marfil, caucho y café y recibía Biblias: cambiaba la riqueza de la tierra por la promesa del Cielo.


El samba

El Brasil es brasileño y Dios también, proclama Ari Barroso en la muy patriotica y bailonguera música que se está imponiendo en el carnaval de Rio de Janeiro.
Pero los sambas más sabrosos que el carnaval ofrece no exaltan las virtudes del paraiso tropical. Sus letras malandramente elogian la vida bohemia y las fecltorias de los libres, rnaldicen a la miseria y a la policia y desprecian el trabajo. El trabajo es cosa de otarios, porque a la vista está que el albañil no podrá nunca habitar el edificio que sus manos levantan.
El samba, ritmo negro, hijo de los cánticos que convocan a los dioses negros en las favelas, domina los carnavales. En los hogares respetables todavia lo miran de reojo. Merece desconfianza por negro y por pobre y por nacido en los refugios de los perseguidos de la policia. Pero el samba alegra las piernas y acaricia el alma y no hay manera de ignorarlo cuando suena. Al ritmo del samba respira el universo hasta el proximo miércoles de cenizas, mientras dura la fiesta que convierte a todo proletario en rey, a todo paralitico en atleta y a todo aburrido en loco lindo.


Fundacion del samba

Como el tango, el samba no era decente: música barata, cosa de negros.
En 1917, el mismo año en que Gardel abrio la puerta grande para que el tango entrara, ocurrio la primera explosion del samba en el carnaval de Flío de Janeiro. Esa noche, que duro años, cantaron los mudos y danzaron los faroles de las esquinas.
No mucho después, el samba viajo a París. Y París enloquecio. Era irresistible esa música donde se encontraban todas las músicas de una nacion prodígiosamente musical.
Pero al gobierno brasileño, que por entonces no aceptaba negros en la seleccion nacional de fútbol, esa bendicion europea no le cayo nada bien. Eran músicos negros los más famosos, y se corría el peligro de que Europa creyera que Brasil estaba en Africa.
El más músico de esos músicos, Pixinguinha, maestro de la flauta y el saxo, había creado un estilo inconfundible. Los franceses nunca habían escuchado nada igual. Más que tocar, jugaba. Y jugando invitaba a jugar.


Fundación de Hollywood

El nacimiento de una nación, la primera superproducción de Hollywood, se estrenó en 1915, en la Casa Blanca. El presidente Woodrow Wilson la aplaudió de pie. Él era el autor de los textos de la película, un himno racista de alabanza al Ku Klux Klan.
Gabalgan los enmascarados, túrticas blancas, blancas cruces, antorchas en alto: los negros, hambrientos de blancas doncellas, tiemblan ante estos jinetes vengadores de la virtud de las damas y el honor de los caballeros.
En pleno auge de los linchamientos, la pelicula de D. W. Griffith, El nacimiento de una nación, eleva su himno de alabanza al Ku Klux Klan.
Ésta es la primera superproducción de Hollywood y el mayor éxito de taquilla de todos los años del cine mudo. Es, también, la primera pelicula estrenada en la Casa Blanca. El presidente, Woodrow Wilson, la aplaude de pie. La aplaude, se aplaude: este abanderado de la libertad es el autor de los principales textos que acompañan las epicas imágenes.
Las palabras del presidente explican que la emancipación de los esclavos ha sido "un verdadero derrocamiento de la Civilización en el Sur, el Sur blanco bajo ios taiones dei Sur negro".
Desde entonces, el caos reina, porque los negros "son hombres que ignoran los usos de la autoridad, excepto sus insolencias". Pero el presidente enciende la luz de la esperansa: "Por fin ha nacido a la vida un gran Ku Klux Klan".
Y hasta Jesús en persona baja del cielo, al fin de la película, para dar su bendición.




El jazz

De los esclavos proviene la más libre de las músicas. El jazz, que vuela sin pedir permiso, tiene por abuelos a los negros que trabajaban cantando en las plantaciones de sus amos, en el sur de los Estados Unidos, y por padres a los músicos de los burdeles negros de Nueva Orleans. Las bandas de los burdeles tocan toda la noche sin parar, en balcones que los ponen a salvo de golpes y puñaladas cuando se arma la gorda. De sus improvisaciones nace la loca música nueva.
Con lo que ahorró repartiendo diarios, leche y carbón, un muchacho petiso y tímido acaba de comprarse corneta propia por diez dólares. Él sopla y la música se despereza largamente, largamente, saludando al día. Louis Armstrong es nieto de esclavos, como el jazz, y ha sido criado, como el jazz, en los puteros.


Polvo de arroz

El presidente Epitácio Pessoa hace una recomendación a los dirigentes del fútbol brasileño. Por razones de prestigio patrio, les sugiere que no envíen a ningún jugador de piel oscura al próximo Campeonato Sudamericano.
Sin embargo, el Brasil fue campeón del último Sudamericano gracias a que el mulato Artur Friedenreich metió el gol de la victoria; y sus zapatos, sucios de barro, se exhiben desde entonces en la vitrina de una joyería. Friedenreich, nacido de alemán y negra, es el mejor jugador brasileño. Siempre llega último a la cancha. Le lleva por lo menos media hora plancharse las motas en el vestuario; y después, durante el juego, no se le mueve un pelito ni al cabecear la pelota.
El fútbol, diversión elegante para después de la misa, es cosa de blancos. — ¡Polvo de arroz! ¡Polvo de arroz! — gritan los hinchas contra Carlos Alberto, otro jugador mulato, el único mulato del club Fluminense, que con polvo de arroz se blanquea la cara.


Sangre negra

Era de cordero la sangre de las primeras transfusiones; y corría el rumor de que esa sangre hacía crecer lana en el cuerpo. En 1670, Europa prohibió las experiencias. Mucho tiempo después, hacia 1940, las investigaciones de Charles Drew aportaron técnicas nuevas para el procesamiento y almacenamiento del plasma. En mérito a sus hallazgos, que salvaron millones de vidas durante la segunda guerra mundial, Drew fue el primer director del Banco de Sangre de la Cruz Roja en los Estados Unidos.
Ocho meses duró en el cargo.
En 1942, una orden militar prohibió que la sangre negra se mezclara con la sangre blanca en las transfusiones.
¿Sangre negra? ¿Sangre blanca? Esto es pura estupidez, dijo Drew, y se negó a discriminar la sangre.
Él entendía del asunto: era científico, y era negro.
Y entonces renunció, o fue renunciado.


Tu otra cabeza, tu otra memoria

Desde el reloj de sol del convento de San Francisco, una lùgubre inscripcion recuerda a los caminantes la fugacidad de la vida: Cada hora que pasa te hiere y la ùltima te matarà.
Son palabras escritas en latìn. Los esclavos negros de Bahìa no entienden latìn ni saben leer. Del Africa trajeron dioses alegres y peleones: con ellos estàn, hacia ellos van. Quien muere, entra. Resuenan los tambors para que el muerto no se pierda y llegue a la regiòn de Oxalà. Allà en la casa del creador de creadores, lo espera su otra cabeza, la cabeza inmortal. Todos tenemos dos cabeezas y dos memorias. Una cabeza de barro, que serà polvo, y otra por siempre invulnerable a los mordiscos del tiempo y de la pasiòn. Una memoria que la muerte mata, brùjula que acaba con el viaje, y otra memoria, la memoria colectiva, que vivirà mientras viva la aventura humana en el mundo.
Cuando el aire del universo se agitò y respirò por primera vez, y naciò el dios de dioses, no habìa separaciòn entre la tierra y el cielo. Ahora parecen divorciados; pero el cielo y la tirra vuelven a unirse cada vez que alguien muere, cada vez que alguien nace y cada vez que alguien recibe a los dioses en su cuerpo palpitante.

Eduardo Galeano




Questa è la prova che i neri sono inferiori.
(secondo i pensatori del diciottesimo e diciannovesimo secolo)

- Voltaire, scrittore anticlericale, avvocato della tolleranza e della ragione:
I neri sono inferiori agli europei, ma superiori alle scimmie.

- Barone di Montesquieu, padre della democrazia moderna:
Risulta impossibile che Dio, un essere molto saggio, abbia messo un'anima, e soprattutto un'anima buona, in un corpo nero.

- Karl von Linneo, classificatore di piante e animali:
Il nero è vagabondo, pigro, negligente, indolente e di abitudini dissolute.

- David Hume, conoscitore dell'umana conoscenza:
Il nero può sviluppare certe abilità proprie dalle persone, così come il pappagallo riesce a pronunciare qualche parola.

- Etienne Serres, esperto in anatomia:
I neri sono condannati ad essere primitivi, perché hanno poca distanza tra l'ombelico ed il pene.

- Francis Galton, padre dell'eugenetica, metodo scientifico per ostacolare la propagazione degli incapaci:
Un coccodrillo non potrà mai arrivare ad essere una gazzella, né un nero potrà arrivare mai ad essere un membro della classe media.

- Louis Agassiz, eminente zoologo:
Il cervello di un nero adulto equivale a quello di un feto bianco di sette mesi; lo sviluppo del cervello si blocca, perché il cranio del nero si chiude molto prima del cranio di un bianco.


Dal punto di vista del sud

Dal punto di vista del sud, l’estate del nord è inverno.
Dal punto di vista di un verme solitario, un piatto di spaghetti è un baccanale.
Dove gli indù vedono una vacca sacra, altri vedono un grande hamburger.
Dal punto di vista di Ippocrate, Galeno, Maimonide e Paracelso, esisteva una malattia chiamata indigestione, ma non esisteva una malattia chiamata fame.
Dal punto di vista degli abitanti del paese di Cardona, Toto Zaugg, che portava la stessa roba in estate e in inverno era un uomo ammirevole: “Toto non ha mai freddo” dicevano. Lui non diceva nulla. Di freddo ne aveva, ma non aveva un cappotto.
Dal punto di vista del gufo, del pipistrello, del bohémien e del ladro, il crepuscolo è l'ora della colazione.
La pioggia è una maledizione per il turista ed una buona notizia per il contadino.
Dal punto di vista del nativo, il pittoresco è il turista.
Dal punto di vista degli indi delle isole del mare Caraibi, Cristoforo Colombo, col suo cappello di piume e la sua cappa di velluto rosso, era un pappagallo di dimensioni mai viste.
Dal punto di vista dell'oriente del mondo, il giorno dell'ovest è la notte.
In India coloro che portano il lutto vestono di bianco. Nell'antica Europa, il nero, colore della terra feconda, era il colore della vita, e il bianco, colore delle ossa, era il colore della morte.
Secondo i vecchi saggi della regione colombiana del Choco, Adamo ed Eva erano neri e neri erano i suoi figli Caino e Abele. Quando Caino ammazzò suo fratello con una bastonata, tuonò l'ira di Dio. Davanti alla furia del signore, l'assassino impallidì di colpa e paura, e tanto impallidì che rimane bianco fino al fine dei suoi giorni. Noi bianchi siamo, tutti, figli di Caino.
Se Eva avesse scritto la Genesi, come sarebbe stata la prima notte d’amore del genere umano?
Eva avrebbe iniziato col chiarire che lei non nacque da alcuna costola, non conobbe nessun serpente, non offrì mele a nessuno e Dio non le disse mai partorirai con dolore e tuo marito ti dominerà. E che tutte queste cose sono solo bugie che Adamo raccontò alla stampa.
Se i Santi Apostoli avessero scritto i Vangeli, come sarebbe stata la prima notte dell'era cristiana?
San Giuseppe, racconterebbero gli Apostoli, era di cattivo umore. Era l'unico con la faccia lunga in quel presepe dove il bambino Gesù, neonato, risplendeva nella sua culla di paglia. Tutti sorridevano: la Vergine María, gli angioletti, i pastori, le pecore, il bue, l'asino, i maghi venuti dell'Oriente e la stella che li aveva condotti fino a Betlemme dalla Giudea. Tutti sorridevano, meno uno. San Giuseppe, che tutto scontroso, borbottava: - Volevo una bimba.


Adamo ed Eva erano neri?

Il viaggio umano nel mondo cominciò in Africa. Da lì i nostri avi intrapresero la conquista del pianeta. I diversi cammini fondarono i diversi destini, e il sole ebbe il compito di assegnare i colori.
Adesso noi donne e noi uomini, arcobaleni della terra, abbiamo più colori dell’arcobaleno del cielo; ma siamo tutti africani immigrati. perfino i bianchi più bianchi vengono dall’Africa.
Forse ci rifiutiamo di ricordare la nostra origine comune perchè il razzismo produce amnesia, o perchè ci risulta impossibile credere che in quei tempi remoti il mondo intero fosse il nostro regno, immensa cartina senza frontiere, e le nostre gambe fossero l’unico passaporto richiesto.


Antenati

Per molti popoli dell'Africa nera, gli antenati sono gli spiriti che vivono nell'albero che cresce vicino la loro casa o nella vacca che pascola nel campo. Il bisnonno del tuo trisnonno è ora quel ruscello che serpeggia tra i monti. E tuo antenato può benissimo essere qualunque spirito che voglia accompagnarti nel tuo viaggio per il mondo, benché non sia stato mai tuo parente né tu l'abbia mai conosciuto.
La famiglia non ha frontiere, spiega Soboutu Somé, del popolo dagara: - I nostri figli hanno molte madri e molti padri. Tanto quanti desiderano. E gli spiriti ancestrali, quelli che ti aiutano a camminare, sono i molti nonni che ognuno ha. Tanto quanti desidera.



Europa cannibale

Gli schiavi salivano tremando sulle navi. Si credevano destinati ad esser mangiati. Tanto in errore non erano. In fin dei conti, il traffico negriero fu la bocca che divorò l'Africa.
Anche prima i re africani avevano schiavi e combattevano tra loro, ma la cattura e vendita di persone si trasformò nel centro dell'economia, e di tutto il resto, solo a partire dal momento in cui i re europei ne fecero un business. Da allora, l'emorragia di giovani vuotò l'Africa nera e segnò per sempre il suo destino.
Il Mali è oggi uno dei paesi più poveri del mondo. Nel sedicesimo secolo, era un regno opulento e culto. L'università di Timbuctú aveva venticinquemila studenti. Quando il sultano del Marocco invase il Mali, non trovò l'oro che cercava, perché rimaneva poco oro giallo, ma vendette l'oro nero ai trafficanti europei, e così guadagnò molto di più: i suoi prigionieri di guerra, tra i quali c'erano medici, giuristi, scrittori, musicisti e scultori, furono resi schiavi e marciarono verso le piantagioni d'America.
La macchina schiavista esigeva braccia e la battuta di caccia delle braccia esigeva guerre. L'economia guerriera dei regni africani venne a dipendere sempre più da tutto quello che veniva da fuori. Una guida commerciale edita in Olanda, in 1655, enumerava le armi più ambite sulle coste dell'Africa, ed anche le migliori offerte per lusingare quei re con la mercanzia. Il gin era molto stimato, ed un pugno di vetri di Murano era il prezzo di sette uomini.


Specchi. Una storia quasi universale

La schiavitú ereditaria non era certo una novità, veniva dei tempi della Grecia e di Roma. Ma l'Europa apportò, a partire dal Rinascimento, alcune novità: mai prima la schiavitú era stata determinata dal colore della pelle, e mai la vendita di carne umana era stato il più brillante business internazionale.
Durante il sedicesimo, diciassettesimo e diciottottesimo, l'Africa vendeva schiavi e comprava fucili: scambiava braccia con violenza.
Dopo, durante i secoli diciannovesimo e ventesimo, l'Africa consegnava oro, diamanti, rame, avorio, caucciù e caffè e riceveva bibbie: scambiava la ricchezza della terra con la promessa del cielo.


Il samba

Il Brasile è brasiliano e anche Dio, proclama Ary Barroso nella molto patriottica e bailonguera musica che si andava imponendosi nel carnevale di Rio di Janeiro.
Ma le sambe più gustose che il carnevale offre non esaltano le virtù del paradiso tropicale. I testi elogiano maliziosamente la vita bohemien e le agiatezze dei liberi, rnaledicono la miseria e l'autorità e disprezzano il lavoro. Il lavoro è cosa da stupidi, perché è evidente agli occhi di tutti che il muratore non potrà non abitare la casa che innalza con le sue mani.
La samba, ritmo nero, figlio delle cantilene per invocare i dei neri nelle favelas, domina i carnevali. Nelle case rispettabili lo guardano ancora di traverso. Causa diffidenza quanto ha di nero e povero e per il fatto d'esser nato nei refugi dei perseguiti dalla polizia. Ma la samba rallegra le gambe ed accarezza l'anima e non c'è maniera di ignorarla quando suona. Al ritmo della samba respira l'universo fino al prossimo mercoledì delle ceneri, mentre dura la festa che trasforma ogni proletario in re, ad ogni paralitico in atleta ed a tutto ciò che c'è di noioso in una splendida follia.


Fondazione della samba

Come il tango, la samba non era decente: musica a buon mercato, cosa da neri.
Nel 1917, lo stesso anno in cui Gardel aprì la grande porta da cui entrò il tango, si ebbe la prima esplosione della samba al carnevale di Rio de Janeiro. In quella notte, che dura da anni, i muti cantarono e danzarono i lampioni agli angoli delle strade.
Non molto dopo, la samba arrivò a Parigi. E Parigi impazzì. Era irresistibile quella musica coinvolgente dove si trovavano tutte le musiche di una nazione prodígiosamente musicale.
Ma al governo brasiliano, che all'epoca non accettava neri nella nazionale di calcio, quella benedizione europea non gli andava affatto bene. Erano neri i musicisti più famosi, e si correva il rischio l'Europa credesse che il Brasile si trovava in Africa.
Il più famoso di quei musicisti, Pixinguinha, maestro del flauto e del sax, aveva creato uno stile inconfondibile. I francesi non avevano ascoltato mai niente di simile. Più che toccare, giocava. E giocando invitava a giocare.


Fondazione di Hollywood

La nascita di una nazione, la prima superproduzione di Hollywood, venne proiettata per la prima volta nel 1915 alla Casa Bianca. Il presidente, Woodrow Wilson, la applaudì in piedi. Lui era l’autore dei testi del film, un inno razzista inneggiante al Ku Klux Klan.
Cavalcano gli incappucciati, tuniche bianche, bianche croci, torce in alto: i neri, vogliosi di bianche donzelle, tremano davanti a questi fantini vendicatori della virtù delle dame e dell'onore dei cavalieri.
In piena auge dei linciaggi, il film di D. W. Griffith, "La nascita di una nazione", eleva il suo inno di lode al Ku Klux Klan.
E' questo il primo colossal di Hollywood ed il più grande successo al botteghino di tutti gli anni del cinema muto. Ed è anche il primo film inaugurato alla Casa Bianca. Il presidente, Woodrow Wilson, l'applaude in piedi. L'applaude e si applaude: questo alfiere della libertà è l'autore dei principali testi che accompagnano le epiche immagini.
Le parole del presidente spiegano che l'emancipazione degli schiavi è stata "un vero rovesciamento della Civilizzazione nel Sud, il Sud bianco sotto i tacchi del Sud nero".
Da allora regna il caos, perché i neri "sono uomini che ignorano ogni forma di autorità, eccetto le proprie insolenze."
Ma il presidente accende la luce della speranza: "Finalmente è venuto alla luce un gran Ku Klux Klan".
E perfino Gesù in persona scende dal cielo, alla fine del film, per impartire la sua benedizione.




Il jazz

Dagli schiavi viene la più libera delle musiche. Il jazz che vola senza chiedere permesso, ha per nonni i neri che lavoravano cantando nelle piantagioni dei loro padroni, nel sud degli Stati Uniti, e per genitori i musicisti dei bordelli neri di New Orleans. I complessi suonano nei bordelli tutta la notte senza fermarsi, su dei palchi che li mettono al riparo da colpi e pugnalate quando scoppiano le risse. Dalle loro improvvisazioni nasce la pazza musica nuova.
Con quello che aveva messo da parte distribuendo giornali, latte e carbone, un ragazzo gracile e timido si comprò per dieci dollari una tromba tutta sua. Egli soffia e la musica si diffonde largamente, largamente, salutando il giorno. Louis Armstrong è nipote di schiavi, come il jazz, è stato allevato, come il jazz, nei bordelli.


Polvere di riso

Il presidente Epitácio Pessoa fa una raccomandazione ai dirigenti del calcio brasiliano. Per ragioni di prestigio patrio, suggerisce loro che non convochi nessun giocatore di pelle scura al prossimo Campionato Sudamericano.
Tuttavia il Brasile fu vincitore dell'ultimo Campionato Sudamericano grazie ad un mulatto, Artur Friedenreich, che segnò il gol della vittoria; e le sue scarpe, sporche di fango, sono esposte da allora nella vetrina di una gioielleria. Friedenreich, nato da un tedesco e da una nera, è stato il migliore giocatore brasiliano. Arrivava sul campo di gioco sempre per ultimo. Gli ci vuole per lo meno mezz'ora per stirarsi i difetti degli abiti; e dopo, durante il gioco, non gli si muove un capello nemmeno colpendo di testa la palla.
Il calcio, divertimento elegante dopo la messa, è cosa da bianchi. - Polvere di riso! Polvere di riso! - gridano i tifosi contro Carlos Alberto, un altro giocatore mulatto, l'unico mulatto del club Fluminense, che si imbianca il viso con polvere di riso.


Sangue nero

Era di agnello il sangue delle prime trasfusioni; e correva voce che quel sangue facesse crescere lana nel corpo. Nel 1670 l’Europa proibì gli esperimenti.
Molto tempo dopo, verso il 1940, le ricerche di Charles Drew apportarono nuove tecniche per il trattamento e la conservazione del plasma. Grazie alle sue scoperte, che salvarono milioni di vite umane durante la seconda guerra mondiale, Drew fu il primo direttore della Banca del Sangue della Croce Rossa negli Stati Uniti.
L’incarico durò 8 mesi.
Nel 1942, un ordine militare proibì che il sangue nero si mescolasse con il sangue bianco nelle trasfusioni.
Sangue nero? Sangue bianco? Ma questa è un’idiozia, disse Drew e si rifiutò di discriminare il sangue.
Lui se ne intendeva: era uno scienziato ed era nero.
E allora rinunciò o fu rinunciato.


L'altra tua testa, l'altra tua memoria

Dalla meridiana del convento di San Francesco, una lugubre iscrizione ricorda ai viandanti la fugacità della vita: Ogni ora che passa ti ferisce e l'ultima ti ucciderà.
Sono parole scritte in latino. Gli schiavi neri di Bahia non capiscono il latino nè sanno leggere. Dall'Africa hanno portato dei allegri e attaccabrighe: stanno con loro, vanno da loro. Chi muore, entra. I tamburi risuonano perché il morto non si perda e arrivi nella regione di Oxalà. Là, nella casa del creatore dei creatori, lo aspetta l'altra sua testa, la testa immortale. Tutti abbiamo due teste e due memorie. Una testa di fango che diventerà polvere, e un'altra invulnerabile per sempre ai morsi del tempo e della passione. Una memoria che la morte uccide, bussola che finisce con il viaggio, e un'altra memoria, la memoria collettiva, che vivrà finché viva l'avventura umana nel mondo.
Quando l'aria dell'universo si agitò e respirò per la prima volta, e nacque il dio degli dei, non c'era separazione fra la terra e il cielo. Ora sembrano divorziati; ma il cielo e la terra tornano ad unirsi ogni volta che qualcuno muore, ogni volta che qualcuno nasce e ogni volta che qualcuno riceve gli dei nel suo corpo palpitante.

Eduardo Galeano





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