ESCAMBRAY
Pueden tener seguridad nuestros amigos del Continente insumiso que, si es necesario, lucharemos hasta la última consecuencia económica de nuestros actos y si se lleva más lejos aún la pelea, lucharemos hasta la última gota de nuestra sangre rebelde, para hacer de nuestra tierra una república soberana, con los verdaderos atributos de una nación feliz, democrática y fraternal de sus hermanos de América.
De: "Pasajes de la guerra revolucionaria", Cuba 1956 - 1959 Edición Anotada. Editora Política, La Habana 2001. Ernesto Che Guevara
EL GUÍA DEL CHE EN CABALLETE DE CASA
Era muy joven, aún no había abandonado la adolescencia, cuando, por su pedido, lo llevan delante del Che. Él, lo único que deseaba era participar en la guerrilla como ya lo estaba haciendo su hermano mayor llamado Nilo.
- ¿Tú me puedes llevar hasta un sitio seguro donde acampar?
- Sí comandante, yo conozco bien esta zona...
- Bueno, ven a verme luego, a las cinco...
Pupo aspiró profundo y de un sólo impulso le dijo:
- Comandante, yo quiero incorporarme a la guerrilla, deseo que usted me acepte...
El Che escudriñó fugazmente a aquel muchacho esmirriado, de estatura inferior a la mediana, uno más de los jóvenes que, cada vez en mayor cantidad, comenzaban a expresar la decisión de luchar contra la prepotencia de los matones de Batista; en esencia, de elevar la conciencia por defender sus tierras, sus derechos. Con una mirada llana y punzante respondió:
- Ya veremos... te espero a las cinco.
El muchacho, de 19 años, demostró ser un verdadero vaqueano entre las sierpes de las sierras que en su conjunto componen el Escambray.
Desde aquella región bella y, en ese entonces, sufrida, saldría para la historia "El guía del Che".
En los bohíos, en el interior de la Isla, a quienes conocen bien el terreno y cumplen funciones de orientar, de guiar, se los denomina prácticos. Ernesto Gonzalo Pino Fábrega "Pupo", era uno de ellos...
El 14 de junio de 1998, día que el Che cumpliría 70 años, me presentan, en la zona de El Pedrero - al pie de la montaña que serviría de morada al comandante y su tropa durante casi dos meses -, a Pupo, con quién tuve la posibilidad de hablar durante algunas horas. El Escambray habría de constituirse en natural testigo del preludio bélico que desembocaría en la toma de la ciudad capital de las Villas, Santa Clara, precipitando abruptamente la huída de Batista y el triunfo definitivo de la Revolución.
Llegamos en camiones provenientes de un complejo edilicio, nominado popularmente como "Escuela al campo" - bajo este rótulo se menciona a establecimientos de Enseñanza Media donde van, anualmente, estudiantes de las ciudades para realizar un aprendizaje diferente y complementario al que se imparte en ellas. Ascienden a más de un centenar en toda Cuba. En este caso, la escuela, se encuentra ubicada en una ladera cercana a las sierras.
Allí habíamos pernoctado la noche del 13 y el mismo día 14 por la tarde. De regreso del Escambray, en esa misma instalación, tendríamos una charla-conferencia, que resultó muy didáctica, con el Comandante Armando Acosta Cordero y el amigo del Che Alberto Granado.
Componíamos un grupo de aproximadamente 50 artistas y trabajadores de la cultura que nos disponíamos a homenajear al Che en el sitio mismo donde instaló la comandancia antes de tomar Santa Clara. Desconocía aun que en ese lugar recibiría el Diploma que acredita el Premio "Ciudad del Che" entregado por la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba). En realidad el lauro abarcaba todos esos emocionantes momentos que los compañeros cubanos me proporcionaban con alegría y naturalidad.
Nos esperaban en El Pedrero varios moradores del lugar y el mismísimo Pupo acompañado por parte de su familia. En ese paraje, transcurridos más de 38 años de los acontecimientos históricos que celebrábamos, se encontraba este hombre que continuamente efectúa la ascensión de la montaña, para guiar, y a la vez comentar, los sucesos que lo tuvieron como uno de los protagonistas directos de la magna empresa. Tendríamos el honor de ser conducidos por quién sugeriría al comandante Guevara el alto pico para desplegar su finalidad sin ser localizado por el enemigo.
Lo perentorio del hábitat de la insurgencia, acarreaba la previsión de urgentes movimientos de cada una de las Columnas que Fidel Castro había distribuido desde su asentamiento en el extremo oriental de la Isla. Hacia los últimos meses de 1958, la columna Nº 8 "Ciro Redondo", tenía la precisa misión de tomar Santa Clara y, entre otros importantes objetivos, producir el estratégico quiebre comunicacional de las tropas del ejército opresor entre occidente y oriente.
Santa Clara, hermosa ciudad del centro de Cuba, catalizaba, por aquellos años, una intensa vida cultural, política y económica, la cual, le confería la sólida inserción que ostentaba entre las zonas más relevantes del país; si el Ejército Rebelde lograba hacer pie en dicha capital, podría adquirir el significativo caudal de prestigio que le daría un gran espaldarazo en la contienda.
El Che y su gente debían cumplir con tal cometido, pero, podría pensarse que a esta altura, era demasiado audaz o de una ilimitada intrepidez, plantearse semejante meta por el alto mando de un ejército, que a menos de dos años de ese momento, contaba con sólo 12 hombres y apenas 7 fusiles...
Pupo, nos ayuda a comprender con mayor exactitud, el instante crucial de la guerra:
Todo el mundo hablaba del Che. Decían que era un hombre valiente, severo, inteligente, pero más que nada que era una buena persona. Él tenía un carácter serio, muy recto. Lo «mal hecho» no le gustaba. Cualquiera que cometiera una indisciplina que él lo supiera... estaba sancionado, lo mandaba para la cocina o a hacer una posta desarmado... a trabajar a los jardines, vaya, no se quedaba ninguno que cometiera una indisciplina sin que él le pusiera una sanción; una sanción de trabajo, de guardia, pero, bueno, no se le quedaba nada... Él decía que no le permitía a nadie que robara fruta o que fuera a casa de un campesino, sin su autorización, a pedirle nada. Entonces era el último en almorzar o comer; hasta que toda la tropa no lo hiciera, él no comía. Si había... , si se repartía cigarro, toda la tropa tenía que recibir lo mismo y, si aquí se torcía tabaco, había que darle tabaco a todos los hombres también, fumaran o no, de lo contrario, no se repartía... Si había plátano maduro, si se daba plátano maduro, había que darle a todos los soldados si no, no se repartía... y así... ¡él era así!.
Nosotros, aquí, en la región, estábamos muy mal; se nos maltrataba. Éramos prácticamente esclavos de los terratenientes. Necesitábamos organizarnos y pelear contra la tiranía. Cuando nos enteramos que el Ejército Rebelde se acercaba a Las Villas, muchos campesinos, especialmente jóvenes, decidimos incorporarnos. Componíamos, un grupo de "guajiros*" dispuestos a colaborar en lo que fuese con Fidel, el Che, Camilo, aquellos hombres de los cuales sabíamos poco y, si se quiere, mucho, porque los sentíamos hermanos nuestros.
La vida hasta ese entonces se nos presentaba sin horizonte... nos esperaba solamente la explotación y el hambre. Con la proximidad de ellos se comenzó a hablar de una Reforma Agraria; que la tierra sería nuestra. Además los crímenes que cometían los batistianos eran horrendos. ¡Muchos no dudamos en pedir nuestro puesto en la lucha!.
También había una gran confusión y, por supuesto, algunos oportunistas; por eso el Comandante tomaba sus precauciones...
* Guajiro: Nombre típico del campesino cubano.
POR LOS CAMINOS DEL CHE
Ya, Armando Acosta Cordero (quien luego sería nombrado Comandante), le había sugerido al Che la zona del Escambray para establecer la comandancia; entonces, con Pupo, se decide el lugar exacto donde acampará la tropa.
Hasta ese sitio, cuya altura se aproxima a los 400 metros, fuimos, guiados por él - como otrora lo hiciera con el Che -, quienes, con canciones, poemas, charlas y recuerdos, homenajearíamos aquellos pasajes tan intensos de la vida de Cuba.
Habíamos partido de Santa Clara el 13 de junio, en una pequeña "guagua" - ómnibus - hasta Fomento, ciudad enclavada en el interior por donde también dejó su huella liberadora la Columna "Ciro Redondo".
Antes de la nueva División Político-Administrativa que efectuara la máxima Dirección de la Revolución en 1976, toda esta zona central de Cuba se denominaba Las Villas, siendo, Santa Clara, su capital. Actualmente, la distribución territorial corresponde tanto a dicha región, hoy llamada Villa Clara, como a otras dos bellas y pujantes provincias llamadas Sancti Spíritus y Cienfuegos.
La organización de nuestro recorrido la realizó la UNEAC de Santa Clara, cuyo presidente era (y es hasta el presente) el talentoso dibujante y humorista Pedro Méndez, el cual, estaba al frente de la delegación, pero también "comandando" cuánta ocurrencia graciosa apareciese entre nosotros.
Salimos a media mañana... entre chistes, cantos (tangos y milongas que aportábamos mi hija Violeta y yo) y referencias dulces e irónicas a "historias" argentino-cubanas. Llegamos a Fomento a las 3 de la tarde.
Bajo un sol empeñado en no pasar desapercibido nos esperaba uno de los momentos más emotivos del recorrido. Se trataba de un acto que la ciudad había preparado con la finalidad de recordar la figura del Comandante Guevara y a quienes se alzaron con el Ejército Rebelde. Todo el pueblo se había volcado frente a su plaza mayor. Luego de los compases de la Banda Provincial, se anunció la presencia de Alberto Granado y el comandante Acosta Cordero, además de las distintas delegaciones que cubriríamos el camino hasta el Escambray y, naturalmente, las autoridades que se encontraban allí.
Fomento, cuyo aporte a la causa patriótica revistió gran importancia, es una bonita y antigua ciudad, cuyo casco mantiene su estética típicamente colonial.
Hasta allí llegaron trabajadores de la cultura de casi todas las provincias de la Isla. Actualmente muchos de ellos me honran con su amistad (como el escritor Julio Llanes - presidente de la UNEAC de Sancti Spíritus - y otros artistas de diversas ciudades del país).
Conocer aquellos parajes, compartir con la gente sencilla, ha sido uno de los motivos fundamentales para que aceptara la Conocer aquellos parajes, compartir con la gente sencilla, ha sido uno de los motivos fundamentales para que aceptara la invitación a volver y luego tomara la decisión de quedarme a vivir en Cuba hasta el presente.
Aun no imaginaba que, a pedido de las Artes Escénicas del Ministerio de Cultura y a instancias de quienes dirigían el proyecto "Guerrilla de Teatreros" en la Provincia de Granma, regresaría pocos meses después.
Visitamos un sobrio museo que revive aquellos pasajes revolucionarios, donde, como dato curioso, recuerdo que el periodista Rafael Daniel, de la Televisión de Sancti Spíritus que a su vez reporta para la TV Nacional (con el cual mantenemos intercambios epistolares y ocasionalmente nos vemos), fue quien me realizara el primer reportaje para la televisión cubana - también, ese mismo día, entrevistó a Violeta Libertad -. Previamente habíamos sido presentados al Comandante Acosta Cordero, con quien hemos compartido otros momentos en estos años y, a su vez, nos reencontramos con Alberto Granado, al que había conocido en una disertación que brindó acerca de su amistad con el Che, años antes, en la ciudad de Buenos Aires.
Mi corazón debía esforzarse por sostener un ritmo acorde a las pulsaciones que permitiesen mantenerme en pie y con una mínima solvencia emocional... Era imposible no efectuar una sinonimia vivencial al ver nuevamente a Alberto, y a la vez, no sentir centellear el pensamiento por la disparidad de los ámbitos, el entorno tan distante de las grandes urbes y la masiva participación del pueblo cubano, por la evocación al compatriota nuestro más universal que, con su entrega, se ha instalado como vanguardia en las aspiraciones de los humildes: "¡EL CHE!".
Por fortuna, con una cámara filmadora que nos habían facilitado y el grabadorcito periodístico que generalmente me acompaña, hemos logrado registrar varios pasajes vividos en medio del apasionante clímax.
Volvimos a los vehículos. Emprenderíamos otro recorrido para instalarnos en la mencionada "escuela al campo".
Ya estaban sumadas las distintas delegaciones de las demás provincias a esta bella ofrenda y, fundamentalmente, digna reafirmación ideológica, a la cual se le dio en llamar "Por los caminos del Che".
ASCENSIÓN
Nos ubicamos en la escuela e inmediatamente fuimos hasta uno de los arroyos para darnos un refrescante baño.
Las sierras y las colinas están rodeadas por muchos afluentes que mantienen la limpidez de las aguas en sitios donde no impera la contaminación como en otros países de Latinoamérica.
Por la noche, a pesar de los insectos que se empeñaban en darnos una desagradable recepción, estuvimos guitarreando y recitando hasta altas horas.
Ya de mañana, nos esperaban camiones con cajas abiertas que nos trasladaron hasta El Pedrero.
Recuerdo que el tránsito duró aproximadamente dos horas. Pasamos por estrechas sendas donde el asfalto o sencillamente el ripio se encontraba resquebrajado por la acción de los ríos y riachos que descienden desde los picos. En ocasiones hubo que bajar para ayudar al paso de los vehículos. ¡Nos encontrábamos recorriendo parte de las sierras por donde otrora se posarían las miradas de los combatientes!
Pupo nos esperaba junto a otros lugareños. Bajo su tutela comenzamos la ascensión.
Existe un sendero que denota no hallarse demasiado transitado, pero que va marcando hacia arriba algunos tramos; por momentos se pierde el rastro, entonces, en la caminata, comienza a tomar relieve el rol de Pupo.
Solamente se pueden ver un par de casas que dan la impresión de no estar habitadas en la actualidad (esa es la del gallego Arístides, dice Pupo señalando una) y luego empiezan a aparecer los indicios concretos de la instalación de la guerrilla en aquellos postreros meses de 1958.
Aunque las construcciones están a la intemperie y en su mayor parte son de madera y guano (hojas de palma), aun se mantienen en buen estado y se puede comprobar la ubicación que ocupó la tropa, las tareas que se realizaban y, si se continúa ascendiendo hasta el pico de la montaña, aparece, en un claro que tiene un diámetro de unos 100 metros, el ámbito de La Comandancia propiamente dicha.
Una gran cantidad de "hilos de agua" y "chorros" acarician la sierra. No existen prácticamente animales ponzoñosos, salvo, alguien comentó, la esporádica presencia de algún alacrán (escorpión). Al internarse se encuentra una vegetación bastante copiosa, semiselvática, exuberante; habitada por distintas especies de aves. El piso es húmedo, con una abigarrada urdimbre de raíces. De los altos árboles penden "claveles del aire" y lianas...
Hoy podría afirmar que no he pasado por esas rústicas e históricas construcciones sino que ellas fueron las que desfilaron por mi vista, al igual que en estos momentos que "vuelvo a verlas" como si estuviese integrado al paisaje y su entorno casi místico.
Pupo dice que estamos a 1 km. de La Comandancia. La fatiga se apodera de muchos de nosotros.
En un cartel se lee: Dormitorios, en otro: Comedor... Pasamos por una "Farmacia-enfermería" que es un bohío semiderruido.
Allí el "Parque de Armas" y su Herrería - construcción abierta con techo de guano pensada para reparar y fabricar elementos de combate -.
El Anfiteatro donde el Che impartió sus charlas a la tropa... El lugar de lectura, la Escuela... El Anfiteatro exhibe una especie de gradería - asiento de los rebeldes -. Se encuentra en un plano de unos 20 metros de superficie, rodeado de árboles y arbustos.
Trascendemos el dormitorio n° 6 y luego aparece LA COMANDANCIA (como me suele ocurrir en determinados momentos emotivos, sin proponérmelo conscientemente, comencé a "cantar" un tango compartido afectuosamente por varios acompañantes... - cabe acotar que en Cuba el tango es muy respetado y posee un lugar importante dentro de la música que se difunde. Se registran más de 100 Peñas de tango en toda la isla).
POESÍA PURA
En ese entorno hicimos un alto y conversé largo rato con Pupo...
Las relaciones del Che con los compañeros y con la zona fueron lo más humanitarias que yo haya podido conocer en la vida ¿por qué?: El Che llega un día a esta zona con 151 hombres... destrozado... Hizo la caminata de Oriente hasta aquí, en 45 días, casi sin comer, peleando con el enemigo... Bueno esa gente llegó aquí... y... difícil de contar cómo llegan aquí... Tenían pantalones... ripiados, gastados de caminar dentro de la maleza con los pies reventados de la mazamorra. Aquello daba pena; descalzos, pasados por tiros, heridos por donde quiera, con brazos partidos... Peleando con el enemigo de Oriente hasta aquí y cuando llegaron aquí se encontraron una situación, el Che se encuentra con una situación muy difícil... Ya él tiene la misión de tomar el mando de lo que era "la parte sur de las Villas", porque había varias discordias entre las tropas que estaban en la zona y tuvo la misión por Fidel de que todas las tropas se pusieran bajo su mando, las que existían aquí en el Escambray, desde que entró al sur de Jíbaro con los combatientes de Porfirio Busiedo; pero la gente del 2° Frente no quería entregar el mando.
Cuando él pasa por Gavilán... todos los compañeros quisieran conocerlo, pero encuentra ese planteo y les dice: "con esas buenas armas, esta cantidad de hombres que tienen ¿porqué no han tomado el cuartel de Güinía ?"; - ¡no, eso no es así, le contestaron, eso está "acorazao" ahí, no se puede tomar eso! -. "Mira,dijo él, ¡con estos muchachos destrozados y con estas malas armas yo les voy a tomar el cuartel de Güinía!".
Ellos se echaron unas carcajadas, se rieron... y él les dijo "¡bien se ve que ustedes no están aquí para combatir, sinó por comer vacas!". Ahí fue donde surgió el nombre de "los come vacas del Escambray". No obstante esto la gente de Faure Chomón (Jefe del Directorio), se puso bajo su mando. Él dijo la misión que tenía y se acató.
La gente del 2° Frente no aceptó, entonces él regresa a Gavilán. Ya estando allí envía a Armando Acosta Cordero que buscara un campesino para encontrar el lugar donde hacer el campamento. Armando conversa con Minguito García, un campesino que conocía, y van al monte "El Bufette", monte grande, espeso, pero no tiene agua; entonces pasan a la loma de "Pico Tuerto". Aquella es una loma alta, pero no tiene bosques, sólo un bosquecito chiquito y un mojito de agua. Entonces, allí, estando en "Pico Tuerto", le dice Minguito: Armando, yo te propongo ir a "Caballete de Casa", porque yo he estado allí en cacerías de torcazas y conozco allí que hay agua y un monte muy bueno; es cuando suben por aquí por la Yadona.
En "Pasajes de la guerra revolucionaria", compilación de artículos periodísticos escritos por el Che, el mismo comenta: "Hubo que hacer en el Escambray una intensísima labor en favor de la unidad revolucionaria (...) existían cinco organizaciones diferentes actuando con mandos también diferentes y en una misma provincia. Tras laboriosas conversaciones que hube de tener con sus respectivos jefes, se llegó a una serie de acuerdos entre las partes y se pudo ir a la integración de un frente aproximadamente común".
Cuando Armando llega allí le cuenta al Che y él le dice: "No hay un práctico aquí que me lleve a "Caballete de Casa"... y justamente yo estaba allí: - ¡Yo conozco Caballete, yo lo llevo! -, me dice "entonces a las 5 de la tarde vamos a salir para allá".
Se traslada a Manaca, donde actualmente está el Cementerio de los Mártires. Allá hace un campamento y de allí sale a combatir. Él, estuvo un tiempo aquí y otro allá, por la comodidad de aquello para atacar a los cuarteles...
Estando allí, converso con él, me empezó a preguntar si era de aquí, si conocía la zona. En eso le dice a Armando: ‘a nosotros lo que nos hace falta son unos mulos para traer la Guerrilla para acá’. Yo le digo: "conozco quien tiene dos arrias de mulos muy buenos" y le dijo a Armando: "tomale el nombre y citalo para acá" . Armando escribe en una libreta y arranca la hoja, la dobla y se la da al Che y el Che me dice: "¡la primer misión tuya aquí como Guerrillero es llevarle este papelito al dueño de los mulos!". Tú de ahora en más te diriges a Ramiro Valdés.
El campesino, cuando se enteró que era nada menos que el "Che" quien le solicitaba ese aporte para la guerrilla, es decir, que a través de un pago prestara los animales, se negó a cobrar, aunque él mismo insistiera varias veces en pagarle...
Antes de establecernos en el entorno de La Comandancia fuimos hasta El Mirador, en la parte más alta del Escambray... Exclamé algo que todos asintieron: "¡Esto es poesía pura!".
DE LABIOS A LA BRISA
El Che era un hombre de gran corazón... Un día se enteró que una joven mujer había parido dos varones jimaguas (mellizos) aquí en la zona, sería el 15 o 16 de diciembre del 58. Alguien le contó que estaba en una situación bastante precaria, entonces, aunque no sobraban alimentos, al contrario estábamos bastante justos para cubrir las necesidades de todos, él ordenó que se le preparara una buena cantidad de productos y se le enviaran para ayudarla; su esposo no quiso aceptar el recado diciendo que no tenía dinero para pagarlo, a lo cual se le respondió que ese era un obsequio sin ningún interés, era un regalo del Che; no debían dar nada a cambio. Allí iba de todo. Él le dio la orden a Ramiro para que le mandara de todo lo que había ahí. El Che era así. Al Che no se le pasaba nada.
Como el Che le puedo decir que yo no he conocido a nadie, porque era un guerrillero, era un jefe de guerrilla, pero se preocupaba por toda la situación, desde un niño enfermo, que cualquiera tuviera atención médica, que el poquito de
medicina alcanzara... hay mucha gente buena, pero como el Che yo no he conocido a nadie. No se le olvidaba nada. No le pasaba nada por alto.
Cuando llegó a la zona de Gavilanes y vio la situación que no había médico y no había nada, entonces, con los poquitos médicos que traía, dejó a un doctor, "tú le das atención aquí a toda la zona campesina". Siempre decía: "que no se quede nadie sin un poquito de azúcar o sal". El mismo 24 de diciembre le dijo a Ramiro "a los campesinos que no tengan que cenar usted les reparte comida"...
La primera cocina que se hizo aquí en el campamento, fue arriba en la última cañadita, en un llanito, después se preparó la Cocina del Campamento, de la Escuela. Había gente que decía que en la cocina de arriba cocinaban mejor que en la de abajo; esto llegó a oídos del Che, que tan pronto estaba aquí, en Manacas, o en Gavilanes, como haciendo emboscadas por ahí o tomando pueblos, entonces él entraba aquí, estaba un día o dos y se iba otra vez... Se entera del comentario y cuando llegó a la Comandancia le dijo a Ramiro Valdés: ‘la cocina de arriba me la pasa para abajo, desde ahora hay una sola cocina’.
Al principio, durante casi un mes se daba una sola comida, a las 2 de la tarde, se hacía un almuerzo y hasta el otro día a las dos, porque no había comida, había que hacerlo así, había que guapear, y se hacía una emboscada a la carretera de Trinidad y había que guardarle la comida a todos los combatientes, así fue la guerra. ¡El Che era así!.
En Alto Jobo dio la primera reunión en plena guerra y les habló a los campesinos de la necesidad que había de repartirles las tierras para que sembraran y tener qué comer. Habló allí de la Reforma Agraria. Se reunieron 400 personas... A los pocos días un campesino para quedar bien llenó un recipiente con naranjas, llegó aquí con el fango hasta las rodillas y le dijo: "mire comandante, me he enfangado por traele unas naranjas" y el Che le respondió ‘¡eso le pasa a ud. por guataca (alcahuete), porque yo no le he pedido a usted nada!’. El hombre allí entendió que lo que le pedía el Che era que luchara por lo suyo...
Una anécdota que me contaron: Cuando venían por las llanuras de Camaguey, hacen una acampada y una caldosa (guiso típico de la campaña) y la señora del mayoral le dio a él especialmente un plato de arroz con pollo; El Che se dirigió a la caldera, vació el plato en la cazuela y dijo, haciendo lo que nadie hacía: ‘¡aquí esta tarde todos comemos arroz con pollo!’. Toda la tropa compatió el plato porque el Che no aceptaba a nadie nada en particular, ni un tabaco, si no había para toda la tropa, él no recibía nada. Para almorzar o comer él preguntaba:‘¿Ya los muchachos comieron todos?’ Si no, a la posta que estaba por allá, por detrás de la loma, había que llevársela, no se podían quedar sin comer, recién entonces él comía.
También quería pagar a quienes se les pedía algún servicio, como ocurrió con el caso que comenté de los bueyes que eran muy importantes para trasladar los elementos pesados.
Existen infinidad de anécdotas que se fueron dando en aquellos escasos e intensos meses. Él quería que siempre se tuviese en cuenta la idea de compartir.
Cuando a mí me aceptó, me preguntó si yo sabía cómo se podían conseguir alimentos. Por supuesto que le contesté que sí - ¡Soy nacido y criado en la zona! le dije -, entonces pasé a ser responsable de esa misión. Fundamentalmente tenía que tratar de proveer a la cocina de lo que hiciera falta. Luego, cuando aquel hombre y su gente siguió camino, pasé a integrar el primer núcleo del Partido que se formó aquí, en La Vidaña, fui el Secretario del núcleo, después pasé dos escuelas de Partido, trabajé con la granja... y hasta el presente sigo al servicio de La Revolución, aunque estoy jubilado.
Nosotros antes del triunfo éramos analfabetos o semianalfabetos. Teníamos pocas posibilidades de aprender y, además, estábamos muy incomunicados entre los mismos habitantes del lugar. Sentíamos la necesidad de cambiar esa situación, pero no encontrábamos el modo de hacerlo... Luego del 1° de enero del 59 comenzó otro enfrentamiento que duró alrededor de tres años; se llamó "la lucha contra bandidos", porque en estos sitios se concentró gran parte de la contrarrevolución y hubo que pelear duramente para desalojar a todos aquellos que querían apropiarse de los bienes del pueblo y que respondían a la propaganda ideológica que inmediatamente comenzó a realizar el imperialismo.
Hubo que pelear y a la vez persuadir a algunos compañeros que en un principio estaban confundidos y desinformados de los verdaderos fines patrióticos y liberadores de Fidel y la gente que seguía sus propuestas.
El Che estaba continuamente ocupado. Tenía una gran capacidad de trabajo y en los ratos libres leía mucho. De tantas cosas que podíamos aprender de él, dos me han quedado muy grabadas: Una era que él siempre predicaba con el ejemplo. Primero trataba de hacer las cosas él para que los demás aprendiésemos o para que todos entendiéramos que no existían tareas imposibles dentro del campamento. La otra era el modo de castigar a los irresponsables; en general buscaba que entendiesen el error que habían cometido y procuraba combatir el egoísmo que puede aparecer en circunstancias donde a veces faltan las provisiones necesarias, se está apartado de su familia y arriesgando la vida.
Cuando podía se ocupaba en enseñar a leer a los que no lo sabían o trataba que aquellos que sí lo hacían ayudaran a sus compañeros a aprender... Intentaba demostrar la importancia que tenía saber leer, combatir la ignorancia.
DESDE LA HISTÓRICA ALTURA
En el pico de la sierra elegido para preparar la toma de Santa Clara, se pueden ver dos espacios que, aunque están interrelacionados, se diferencian entre sí. Uno es un claro (espacio limpio, llano) de aproximadamente 100 metros de diámetro, contrastando con la vegetación que, hasta llegar allí, mantiene formas abigarradas e intrincadas. El otro sitio se le ha llamado "El Mirador", pues desde él se alcanza a observar un amplísimo panorama de valles y sierras menores, permitiendo que los rebeldes pudiesen detectar eventuales desplazamientos del enemigo.
La Comandancia, ubicada en el primero de los ámbitos mencionados, presenta un bohío o rancho de madera y paja de unos cuatro metros de largo por tres de ancho, donde se estableció el Che. Un lugar para el radio, algunos enseres, un camastro sobre el piso de tierra y todos los puntos suspensivos para que la imaginación sobrevuele entre la emoción y el asombro.
A pocos pasos se divisa El Refugio. Un boquete realizado en una pequeña elevación que tiene cerca de dos metros de diámetro y una respetable profundidad para enfrentar el probable asedio de ataques aéreos, pues la aviación mantenía una febril persecución contra los insurgentes.
Se respetaba mucho la alternativa de las posibles agresiones por aire, ya que desde el comienzo de la guerra, habían sido las sorpresivas descargas desde el espacio, letales armas que lastimaron seriamente la guerrilla produciéndole irreparables bajas.
Algunas plantas se insertan en el claro y han quedado también troncos dispuestos como para sentarse o encaramarse según las circunstancias. Luego, rodeando el entorno, enhiestos árboles parecen efectuar una guardia de honor a la solemnidad informal de un sitio que, nimbado por la sinfonía de pájaros curiosos o sabios, se me figura, como comento en las palabras introductorias: EL ALTAR REVOLUCIONARIO QUE PRESERVA CUBA PARA LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD.
Con poemas, canciones (mayoritariamente de la trova), actuaciones de varios compañeros y demás manifestaciones como cuentos, dibujos, caricaturas, se celebró el cumpleaños número 70 del Che.
Previamente se leyó una Declaración, avalada por todos los artistas representados para la ocasión por la UNEAC Nacional y de diversas provincias, llamada en síntesis "POR LOS CAMINOS DEL CHE", donde se reafirma la voluntad de los creadores cubanos de continuar por la senda político-cultural que legara aquel que peleó, soñó, creó y se inmoló para dignificar la condición humana. Sixto Bonachea, Vicepresidente de la UNEAC de Sancti Spíritus, tuvo a su cargo la lectura - luego, amablemente, me obsequió el original de dicho documento que conservo con orgullo -.
Se me hizo entrega del Diploma, que acredita un premio esencialmente moral, el cual desborda cualquier mérito que hubiese ambicionado obtener mi simple formación de trabajador de la cultura. Dije textualmente antes de recitar "Sol de Polen", el poema que nominé principal "culpable" de todo ese bagaje personal que estaba recibiendo: "Yo no creía que había que caminar tanto para que me entregaran el Diploma... (risas). Voy a ser breve porque el poema es un poquito extenso... Imagínense, para mí, para nosotros (señalé a Violeta), la emoción que nos puede embargar; la alegría profunda de estar aquí, en la Comandancia donde El Che pergeñó la batalla final y dio origen al triunfo de esta revolución que, aún con esfuerzo, con sacrificio, estamos sosteniendo... Permítanme que diga "estamos sosteniendo", porque en Argentina cotidianamente realizamos actividades por Cuba... Especialmente quiero traer conmigo a todos los compañeros artistas, y dentro de ellos a los poetas, a los escritores amigos, algunos agrupados en la SADE - Sociedad Argentina de Escritores -, otros con vínculos en las Casas de Amistad Argentino-Cubanas, pero fundamentalmente amigos; los tengo conmigo... a mis Norberto Corti, Carlos Carbone, Eduardo Polito, Juan Núñez, en fin, a toda esa gente que ha luchado toda la vida por y en aras del socialismo y del comunismo y, por cierto, que Cuba siempre es ese foro que inclusive está en la poesía. Así que permítanme que "con ellos", para ustedes y la memoria del Che les diga el poema Sol de Polen"...
Como símbolo de amistad y solidaridad, los aplausos que brindaron los compañeros que acababa de conocer, se extendieron por varios minutos, dándome aire para que la emoción no obstara posibilitarme recordar el constante afecto recibido desde mi familia y agradecer a tantos otros seres que en el sur de nuestro expoliado continente lucharon y luchan por mantener viva la llama de la libertad... son ellos, junto a la memoria de mi padre y el amor de las personas que me rodean, quienes íntimamente me alientan a proseguir este espinoso camino de la mano de la poesía.
En representación de los participantes cubanos recibió también su Diploma el poeta Rubén Failde. Luego se le dio continuidad a la cálida ceremonia. Aparecieron el canto y la alegría, manifestaciones recurrentes que los cubanos utilizan, espontáneamente, para matizar los actos relacionados con la historia de su Isla.
Sentí la sensación que el Che se hubiese tentado a leer un poema suyo, o cantado un tango o una zamba... y que también habría compartido con alegría aquella peña serrana, recordando quizás, los tiernos y románticos encuentros con sus amigos de la adolescencia cordobesa.
SIMPLEMENTE "CHE"
El descenso fue gratificante porque a pesar de encontrarnos bastante exhaustos pudimos intercambiar opiniones, relatos de los distintos pueblos de donde proveníamos, con jugosas referencias de hitos históricos que se han transmitido en la región, a través de quienes, en los últimos 40 años, han protagonizado hechos superlativos en este magnífico escenario.
A partir de ese día recibí la invitación para volver a Cuba luego de mi regreso a Argentina programado para el mes siguiente. La misma sería por un año...
Entre otros obsequios enfundé de recuerdo una caricatura que efectuó un dibujante mientras yo recitaba y el original manuscrito de la Declaración "Por los Caminos del Che" que me entregara el Presidente de la Asociación de Músicos y Vicepresidente de la UNEAC de Sancti Spíritu.
Cerca de los camiones que nos llevarían nuevamente a Santa Clara, en el portal de la posada del Pedrero, volvimos a conversar con Pupo, mejor dicho a receptar aquello que nos comentó con su infinita paciencia a modo de despedida :
- Aquí, en la sierra, jamás se apagará la memoria del Che. Mientras yo tenga fuerzas continuaré acompañando a las distintas delegaciones que se aproximen a nuestra casa. Este día 14 de Junio, como también el 8 de Octubre, representan fechas muy sentidas para nosotros y sabemos que siempre se acercarán compañeros de distintos lugares de Cuba y también del exterior.
Pensamos que tenemos que transmitir a la gente joven la gran proeza que se protagonizó en aquellos tiempos. Yo también me siento incluido, pero debo decir que ha sido muy poco lo que pude aportar porque por suerte no pasó mucho tiempo hasta que triunfáramos.
El Che nos dejó también el sentido del honor y la entrega por una causa superior. Es imposible no amar a esa figura y no seguir su ejemplo. Aun me parece verlo, bien delgado, con la ropa un tanto desarreglada y su mirada penetrante y clara...
Volvimos a pararnos en las cajas de aquellos camiones de fabricación soviética, provenientes de un tiempo donde la correlación de fuerza mundial era muy diferente a la que nos encontrábamos atravesando en los postreros tramos del siglo...
En estos últimos años, que me depararon la fortuna de residir en esta sociedad que verdaderamente efectuó una tajante revolución, sin precedentes en América Latina y, lamentablemente, sin que exista aun otro país que haya podido lograr un sistema de equidad similar al socialismo, pude comprobar el auténtico respeto y el inmenso amor que Ernesto Guevara ¡El Che! prosigue despertando en la enorme mayoría del pueblo cubano.
En el litoral argentino el vocablo Che significa amistad en un tierno sentido posesivo y de admiración, "mi amigo"; también se denomina así al prójimo, al hombre, en la lengua del pueblo Mapuche al sur del continente. Es una de las tantas voces empleadas por los aborígenes, genuinos habitantes de la tierra sudamericana, que lograron subsistir a la cruenta masacre física y cultural desatada por la "civilización" europea...
Actualmente se utiliza en toda la República Argentina entre los seres que se dispensan confianza y afecto (contraponiéndose a la vacua formalidad del vínculo interpersonal) de manera similar al tuteo, pero con un fuerte arraigo de contenido popular, el cual le posibilita integrar esa cultura que subyace alerta y con integridad en una sociedad que ha sufrido los embates de la frívola globalización capitalista.
Quizás, simbolice el mejor homenaje que el mundo le brinde, cotidianamente, a la estatura de aquel que soñaba ayudar a redimir de la sumisión y la prepotencia a todos los habitantes del planeta. Aquel que cayó combatiendo mientras se dirigía a luchar junto a los millones de "ches" que cohabitan en el sur de la Patria Grande Latinoamericana; ese amigo de la verdad que continúa señalando, cada vez con mayor nitidez desde su legado de vida y obra, la ruta del Hombre Nuevo, arquetipo que deberá construir la humanidad si es que logra la mesura imprescindible para evitar su autodestrucción.
Hector Celano
Pueden tener seguridad nuestros amigos del Continente insumiso que, si es necesario, lucharemos hasta la última consecuencia económica de nuestros actos y si se lleva más lejos aún la pelea, lucharemos hasta la última gota de nuestra sangre rebelde, para hacer de nuestra tierra una república soberana, con los verdaderos atributos de una nación feliz, democrática y fraternal de sus hermanos de América.
De: "Pasajes de la guerra revolucionaria", Cuba 1956 - 1959 Edición Anotada. Editora Política, La Habana 2001. Ernesto Che Guevara
EL GUÍA DEL CHE EN CABALLETE DE CASA
Era muy joven, aún no había abandonado la adolescencia, cuando, por su pedido, lo llevan delante del Che. Él, lo único que deseaba era participar en la guerrilla como ya lo estaba haciendo su hermano mayor llamado Nilo.
- ¿Tú me puedes llevar hasta un sitio seguro donde acampar?
- Sí comandante, yo conozco bien esta zona...
- Bueno, ven a verme luego, a las cinco...
Pupo aspiró profundo y de un sólo impulso le dijo:
- Comandante, yo quiero incorporarme a la guerrilla, deseo que usted me acepte...
El Che escudriñó fugazmente a aquel muchacho esmirriado, de estatura inferior a la mediana, uno más de los jóvenes que, cada vez en mayor cantidad, comenzaban a expresar la decisión de luchar contra la prepotencia de los matones de Batista; en esencia, de elevar la conciencia por defender sus tierras, sus derechos. Con una mirada llana y punzante respondió:
- Ya veremos... te espero a las cinco.
El muchacho, de 19 años, demostró ser un verdadero vaqueano entre las sierpes de las sierras que en su conjunto componen el Escambray.
Desde aquella región bella y, en ese entonces, sufrida, saldría para la historia "El guía del Che".
En los bohíos, en el interior de la Isla, a quienes conocen bien el terreno y cumplen funciones de orientar, de guiar, se los denomina prácticos. Ernesto Gonzalo Pino Fábrega "Pupo", era uno de ellos...
El 14 de junio de 1998, día que el Che cumpliría 70 años, me presentan, en la zona de El Pedrero - al pie de la montaña que serviría de morada al comandante y su tropa durante casi dos meses -, a Pupo, con quién tuve la posibilidad de hablar durante algunas horas. El Escambray habría de constituirse en natural testigo del preludio bélico que desembocaría en la toma de la ciudad capital de las Villas, Santa Clara, precipitando abruptamente la huída de Batista y el triunfo definitivo de la Revolución.
Llegamos en camiones provenientes de un complejo edilicio, nominado popularmente como "Escuela al campo" - bajo este rótulo se menciona a establecimientos de Enseñanza Media donde van, anualmente, estudiantes de las ciudades para realizar un aprendizaje diferente y complementario al que se imparte en ellas. Ascienden a más de un centenar en toda Cuba. En este caso, la escuela, se encuentra ubicada en una ladera cercana a las sierras.
Allí habíamos pernoctado la noche del 13 y el mismo día 14 por la tarde. De regreso del Escambray, en esa misma instalación, tendríamos una charla-conferencia, que resultó muy didáctica, con el Comandante Armando Acosta Cordero y el amigo del Che Alberto Granado.
Componíamos un grupo de aproximadamente 50 artistas y trabajadores de la cultura que nos disponíamos a homenajear al Che en el sitio mismo donde instaló la comandancia antes de tomar Santa Clara. Desconocía aun que en ese lugar recibiría el Diploma que acredita el Premio "Ciudad del Che" entregado por la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba). En realidad el lauro abarcaba todos esos emocionantes momentos que los compañeros cubanos me proporcionaban con alegría y naturalidad.
Nos esperaban en El Pedrero varios moradores del lugar y el mismísimo Pupo acompañado por parte de su familia. En ese paraje, transcurridos más de 38 años de los acontecimientos históricos que celebrábamos, se encontraba este hombre que continuamente efectúa la ascensión de la montaña, para guiar, y a la vez comentar, los sucesos que lo tuvieron como uno de los protagonistas directos de la magna empresa. Tendríamos el honor de ser conducidos por quién sugeriría al comandante Guevara el alto pico para desplegar su finalidad sin ser localizado por el enemigo.
Lo perentorio del hábitat de la insurgencia, acarreaba la previsión de urgentes movimientos de cada una de las Columnas que Fidel Castro había distribuido desde su asentamiento en el extremo oriental de la Isla. Hacia los últimos meses de 1958, la columna Nº 8 "Ciro Redondo", tenía la precisa misión de tomar Santa Clara y, entre otros importantes objetivos, producir el estratégico quiebre comunicacional de las tropas del ejército opresor entre occidente y oriente.
Santa Clara, hermosa ciudad del centro de Cuba, catalizaba, por aquellos años, una intensa vida cultural, política y económica, la cual, le confería la sólida inserción que ostentaba entre las zonas más relevantes del país; si el Ejército Rebelde lograba hacer pie en dicha capital, podría adquirir el significativo caudal de prestigio que le daría un gran espaldarazo en la contienda.
El Che y su gente debían cumplir con tal cometido, pero, podría pensarse que a esta altura, era demasiado audaz o de una ilimitada intrepidez, plantearse semejante meta por el alto mando de un ejército, que a menos de dos años de ese momento, contaba con sólo 12 hombres y apenas 7 fusiles...
Pupo, nos ayuda a comprender con mayor exactitud, el instante crucial de la guerra:
Todo el mundo hablaba del Che. Decían que era un hombre valiente, severo, inteligente, pero más que nada que era una buena persona. Él tenía un carácter serio, muy recto. Lo «mal hecho» no le gustaba. Cualquiera que cometiera una indisciplina que él lo supiera... estaba sancionado, lo mandaba para la cocina o a hacer una posta desarmado... a trabajar a los jardines, vaya, no se quedaba ninguno que cometiera una indisciplina sin que él le pusiera una sanción; una sanción de trabajo, de guardia, pero, bueno, no se le quedaba nada... Él decía que no le permitía a nadie que robara fruta o que fuera a casa de un campesino, sin su autorización, a pedirle nada. Entonces era el último en almorzar o comer; hasta que toda la tropa no lo hiciera, él no comía. Si había... , si se repartía cigarro, toda la tropa tenía que recibir lo mismo y, si aquí se torcía tabaco, había que darle tabaco a todos los hombres también, fumaran o no, de lo contrario, no se repartía... Si había plátano maduro, si se daba plátano maduro, había que darle a todos los soldados si no, no se repartía... y así... ¡él era así!.
Nosotros, aquí, en la región, estábamos muy mal; se nos maltrataba. Éramos prácticamente esclavos de los terratenientes. Necesitábamos organizarnos y pelear contra la tiranía. Cuando nos enteramos que el Ejército Rebelde se acercaba a Las Villas, muchos campesinos, especialmente jóvenes, decidimos incorporarnos. Componíamos, un grupo de "guajiros*" dispuestos a colaborar en lo que fuese con Fidel, el Che, Camilo, aquellos hombres de los cuales sabíamos poco y, si se quiere, mucho, porque los sentíamos hermanos nuestros.
La vida hasta ese entonces se nos presentaba sin horizonte... nos esperaba solamente la explotación y el hambre. Con la proximidad de ellos se comenzó a hablar de una Reforma Agraria; que la tierra sería nuestra. Además los crímenes que cometían los batistianos eran horrendos. ¡Muchos no dudamos en pedir nuestro puesto en la lucha!.
También había una gran confusión y, por supuesto, algunos oportunistas; por eso el Comandante tomaba sus precauciones...
* Guajiro: Nombre típico del campesino cubano.
POR LOS CAMINOS DEL CHE
Ya, Armando Acosta Cordero (quien luego sería nombrado Comandante), le había sugerido al Che la zona del Escambray para establecer la comandancia; entonces, con Pupo, se decide el lugar exacto donde acampará la tropa.
Hasta ese sitio, cuya altura se aproxima a los 400 metros, fuimos, guiados por él - como otrora lo hiciera con el Che -, quienes, con canciones, poemas, charlas y recuerdos, homenajearíamos aquellos pasajes tan intensos de la vida de Cuba.
Habíamos partido de Santa Clara el 13 de junio, en una pequeña "guagua" - ómnibus - hasta Fomento, ciudad enclavada en el interior por donde también dejó su huella liberadora la Columna "Ciro Redondo".
Antes de la nueva División Político-Administrativa que efectuara la máxima Dirección de la Revolución en 1976, toda esta zona central de Cuba se denominaba Las Villas, siendo, Santa Clara, su capital. Actualmente, la distribución territorial corresponde tanto a dicha región, hoy llamada Villa Clara, como a otras dos bellas y pujantes provincias llamadas Sancti Spíritus y Cienfuegos.
La organización de nuestro recorrido la realizó la UNEAC de Santa Clara, cuyo presidente era (y es hasta el presente) el talentoso dibujante y humorista Pedro Méndez, el cual, estaba al frente de la delegación, pero también "comandando" cuánta ocurrencia graciosa apareciese entre nosotros.
Salimos a media mañana... entre chistes, cantos (tangos y milongas que aportábamos mi hija Violeta y yo) y referencias dulces e irónicas a "historias" argentino-cubanas. Llegamos a Fomento a las 3 de la tarde.
Bajo un sol empeñado en no pasar desapercibido nos esperaba uno de los momentos más emotivos del recorrido. Se trataba de un acto que la ciudad había preparado con la finalidad de recordar la figura del Comandante Guevara y a quienes se alzaron con el Ejército Rebelde. Todo el pueblo se había volcado frente a su plaza mayor. Luego de los compases de la Banda Provincial, se anunció la presencia de Alberto Granado y el comandante Acosta Cordero, además de las distintas delegaciones que cubriríamos el camino hasta el Escambray y, naturalmente, las autoridades que se encontraban allí.
Fomento, cuyo aporte a la causa patriótica revistió gran importancia, es una bonita y antigua ciudad, cuyo casco mantiene su estética típicamente colonial.
Hasta allí llegaron trabajadores de la cultura de casi todas las provincias de la Isla. Actualmente muchos de ellos me honran con su amistad (como el escritor Julio Llanes - presidente de la UNEAC de Sancti Spíritus - y otros artistas de diversas ciudades del país).
Conocer aquellos parajes, compartir con la gente sencilla, ha sido uno de los motivos fundamentales para que aceptara la Conocer aquellos parajes, compartir con la gente sencilla, ha sido uno de los motivos fundamentales para que aceptara la invitación a volver y luego tomara la decisión de quedarme a vivir en Cuba hasta el presente.
Aun no imaginaba que, a pedido de las Artes Escénicas del Ministerio de Cultura y a instancias de quienes dirigían el proyecto "Guerrilla de Teatreros" en la Provincia de Granma, regresaría pocos meses después.
Visitamos un sobrio museo que revive aquellos pasajes revolucionarios, donde, como dato curioso, recuerdo que el periodista Rafael Daniel, de la Televisión de Sancti Spíritus que a su vez reporta para la TV Nacional (con el cual mantenemos intercambios epistolares y ocasionalmente nos vemos), fue quien me realizara el primer reportaje para la televisión cubana - también, ese mismo día, entrevistó a Violeta Libertad -. Previamente habíamos sido presentados al Comandante Acosta Cordero, con quien hemos compartido otros momentos en estos años y, a su vez, nos reencontramos con Alberto Granado, al que había conocido en una disertación que brindó acerca de su amistad con el Che, años antes, en la ciudad de Buenos Aires.
Mi corazón debía esforzarse por sostener un ritmo acorde a las pulsaciones que permitiesen mantenerme en pie y con una mínima solvencia emocional... Era imposible no efectuar una sinonimia vivencial al ver nuevamente a Alberto, y a la vez, no sentir centellear el pensamiento por la disparidad de los ámbitos, el entorno tan distante de las grandes urbes y la masiva participación del pueblo cubano, por la evocación al compatriota nuestro más universal que, con su entrega, se ha instalado como vanguardia en las aspiraciones de los humildes: "¡EL CHE!".
Por fortuna, con una cámara filmadora que nos habían facilitado y el grabadorcito periodístico que generalmente me acompaña, hemos logrado registrar varios pasajes vividos en medio del apasionante clímax.
Volvimos a los vehículos. Emprenderíamos otro recorrido para instalarnos en la mencionada "escuela al campo".
Ya estaban sumadas las distintas delegaciones de las demás provincias a esta bella ofrenda y, fundamentalmente, digna reafirmación ideológica, a la cual se le dio en llamar "Por los caminos del Che".
ASCENSIÓN
Nos ubicamos en la escuela e inmediatamente fuimos hasta uno de los arroyos para darnos un refrescante baño.
Las sierras y las colinas están rodeadas por muchos afluentes que mantienen la limpidez de las aguas en sitios donde no impera la contaminación como en otros países de Latinoamérica.
Por la noche, a pesar de los insectos que se empeñaban en darnos una desagradable recepción, estuvimos guitarreando y recitando hasta altas horas.
Ya de mañana, nos esperaban camiones con cajas abiertas que nos trasladaron hasta El Pedrero.
Recuerdo que el tránsito duró aproximadamente dos horas. Pasamos por estrechas sendas donde el asfalto o sencillamente el ripio se encontraba resquebrajado por la acción de los ríos y riachos que descienden desde los picos. En ocasiones hubo que bajar para ayudar al paso de los vehículos. ¡Nos encontrábamos recorriendo parte de las sierras por donde otrora se posarían las miradas de los combatientes!
Pupo nos esperaba junto a otros lugareños. Bajo su tutela comenzamos la ascensión.
Existe un sendero que denota no hallarse demasiado transitado, pero que va marcando hacia arriba algunos tramos; por momentos se pierde el rastro, entonces, en la caminata, comienza a tomar relieve el rol de Pupo.
Solamente se pueden ver un par de casas que dan la impresión de no estar habitadas en la actualidad (esa es la del gallego Arístides, dice Pupo señalando una) y luego empiezan a aparecer los indicios concretos de la instalación de la guerrilla en aquellos postreros meses de 1958.
Aunque las construcciones están a la intemperie y en su mayor parte son de madera y guano (hojas de palma), aun se mantienen en buen estado y se puede comprobar la ubicación que ocupó la tropa, las tareas que se realizaban y, si se continúa ascendiendo hasta el pico de la montaña, aparece, en un claro que tiene un diámetro de unos 100 metros, el ámbito de La Comandancia propiamente dicha.
Una gran cantidad de "hilos de agua" y "chorros" acarician la sierra. No existen prácticamente animales ponzoñosos, salvo, alguien comentó, la esporádica presencia de algún alacrán (escorpión). Al internarse se encuentra una vegetación bastante copiosa, semiselvática, exuberante; habitada por distintas especies de aves. El piso es húmedo, con una abigarrada urdimbre de raíces. De los altos árboles penden "claveles del aire" y lianas...
Hoy podría afirmar que no he pasado por esas rústicas e históricas construcciones sino que ellas fueron las que desfilaron por mi vista, al igual que en estos momentos que "vuelvo a verlas" como si estuviese integrado al paisaje y su entorno casi místico.
Pupo dice que estamos a 1 km. de La Comandancia. La fatiga se apodera de muchos de nosotros.
En un cartel se lee: Dormitorios, en otro: Comedor... Pasamos por una "Farmacia-enfermería" que es un bohío semiderruido.
Allí el "Parque de Armas" y su Herrería - construcción abierta con techo de guano pensada para reparar y fabricar elementos de combate -.
El Anfiteatro donde el Che impartió sus charlas a la tropa... El lugar de lectura, la Escuela... El Anfiteatro exhibe una especie de gradería - asiento de los rebeldes -. Se encuentra en un plano de unos 20 metros de superficie, rodeado de árboles y arbustos.
Trascendemos el dormitorio n° 6 y luego aparece LA COMANDANCIA (como me suele ocurrir en determinados momentos emotivos, sin proponérmelo conscientemente, comencé a "cantar" un tango compartido afectuosamente por varios acompañantes... - cabe acotar que en Cuba el tango es muy respetado y posee un lugar importante dentro de la música que se difunde. Se registran más de 100 Peñas de tango en toda la isla).
POESÍA PURA
En ese entorno hicimos un alto y conversé largo rato con Pupo...
Las relaciones del Che con los compañeros y con la zona fueron lo más humanitarias que yo haya podido conocer en la vida ¿por qué?: El Che llega un día a esta zona con 151 hombres... destrozado... Hizo la caminata de Oriente hasta aquí, en 45 días, casi sin comer, peleando con el enemigo... Bueno esa gente llegó aquí... y... difícil de contar cómo llegan aquí... Tenían pantalones... ripiados, gastados de caminar dentro de la maleza con los pies reventados de la mazamorra. Aquello daba pena; descalzos, pasados por tiros, heridos por donde quiera, con brazos partidos... Peleando con el enemigo de Oriente hasta aquí y cuando llegaron aquí se encontraron una situación, el Che se encuentra con una situación muy difícil... Ya él tiene la misión de tomar el mando de lo que era "la parte sur de las Villas", porque había varias discordias entre las tropas que estaban en la zona y tuvo la misión por Fidel de que todas las tropas se pusieran bajo su mando, las que existían aquí en el Escambray, desde que entró al sur de Jíbaro con los combatientes de Porfirio Busiedo; pero la gente del 2° Frente no quería entregar el mando.
Cuando él pasa por Gavilán... todos los compañeros quisieran conocerlo, pero encuentra ese planteo y les dice: "con esas buenas armas, esta cantidad de hombres que tienen ¿porqué no han tomado el cuartel de Güinía ?"; - ¡no, eso no es así, le contestaron, eso está "acorazao" ahí, no se puede tomar eso! -. "Mira,dijo él, ¡con estos muchachos destrozados y con estas malas armas yo les voy a tomar el cuartel de Güinía!".
Ellos se echaron unas carcajadas, se rieron... y él les dijo "¡bien se ve que ustedes no están aquí para combatir, sinó por comer vacas!". Ahí fue donde surgió el nombre de "los come vacas del Escambray". No obstante esto la gente de Faure Chomón (Jefe del Directorio), se puso bajo su mando. Él dijo la misión que tenía y se acató.
La gente del 2° Frente no aceptó, entonces él regresa a Gavilán. Ya estando allí envía a Armando Acosta Cordero que buscara un campesino para encontrar el lugar donde hacer el campamento. Armando conversa con Minguito García, un campesino que conocía, y van al monte "El Bufette", monte grande, espeso, pero no tiene agua; entonces pasan a la loma de "Pico Tuerto". Aquella es una loma alta, pero no tiene bosques, sólo un bosquecito chiquito y un mojito de agua. Entonces, allí, estando en "Pico Tuerto", le dice Minguito: Armando, yo te propongo ir a "Caballete de Casa", porque yo he estado allí en cacerías de torcazas y conozco allí que hay agua y un monte muy bueno; es cuando suben por aquí por la Yadona.
En "Pasajes de la guerra revolucionaria", compilación de artículos periodísticos escritos por el Che, el mismo comenta: "Hubo que hacer en el Escambray una intensísima labor en favor de la unidad revolucionaria (...) existían cinco organizaciones diferentes actuando con mandos también diferentes y en una misma provincia. Tras laboriosas conversaciones que hube de tener con sus respectivos jefes, se llegó a una serie de acuerdos entre las partes y se pudo ir a la integración de un frente aproximadamente común".
Cuando Armando llega allí le cuenta al Che y él le dice: "No hay un práctico aquí que me lleve a "Caballete de Casa"... y justamente yo estaba allí: - ¡Yo conozco Caballete, yo lo llevo! -, me dice "entonces a las 5 de la tarde vamos a salir para allá".
Se traslada a Manaca, donde actualmente está el Cementerio de los Mártires. Allá hace un campamento y de allí sale a combatir. Él, estuvo un tiempo aquí y otro allá, por la comodidad de aquello para atacar a los cuarteles...
Estando allí, converso con él, me empezó a preguntar si era de aquí, si conocía la zona. En eso le dice a Armando: ‘a nosotros lo que nos hace falta son unos mulos para traer la Guerrilla para acá’. Yo le digo: "conozco quien tiene dos arrias de mulos muy buenos" y le dijo a Armando: "tomale el nombre y citalo para acá" . Armando escribe en una libreta y arranca la hoja, la dobla y se la da al Che y el Che me dice: "¡la primer misión tuya aquí como Guerrillero es llevarle este papelito al dueño de los mulos!". Tú de ahora en más te diriges a Ramiro Valdés.
El campesino, cuando se enteró que era nada menos que el "Che" quien le solicitaba ese aporte para la guerrilla, es decir, que a través de un pago prestara los animales, se negó a cobrar, aunque él mismo insistiera varias veces en pagarle...
Antes de establecernos en el entorno de La Comandancia fuimos hasta El Mirador, en la parte más alta del Escambray... Exclamé algo que todos asintieron: "¡Esto es poesía pura!".
DE LABIOS A LA BRISA
El Che era un hombre de gran corazón... Un día se enteró que una joven mujer había parido dos varones jimaguas (mellizos) aquí en la zona, sería el 15 o 16 de diciembre del 58. Alguien le contó que estaba en una situación bastante precaria, entonces, aunque no sobraban alimentos, al contrario estábamos bastante justos para cubrir las necesidades de todos, él ordenó que se le preparara una buena cantidad de productos y se le enviaran para ayudarla; su esposo no quiso aceptar el recado diciendo que no tenía dinero para pagarlo, a lo cual se le respondió que ese era un obsequio sin ningún interés, era un regalo del Che; no debían dar nada a cambio. Allí iba de todo. Él le dio la orden a Ramiro para que le mandara de todo lo que había ahí. El Che era así. Al Che no se le pasaba nada.
Como el Che le puedo decir que yo no he conocido a nadie, porque era un guerrillero, era un jefe de guerrilla, pero se preocupaba por toda la situación, desde un niño enfermo, que cualquiera tuviera atención médica, que el poquito de
medicina alcanzara... hay mucha gente buena, pero como el Che yo no he conocido a nadie. No se le olvidaba nada. No le pasaba nada por alto.
Cuando llegó a la zona de Gavilanes y vio la situación que no había médico y no había nada, entonces, con los poquitos médicos que traía, dejó a un doctor, "tú le das atención aquí a toda la zona campesina". Siempre decía: "que no se quede nadie sin un poquito de azúcar o sal". El mismo 24 de diciembre le dijo a Ramiro "a los campesinos que no tengan que cenar usted les reparte comida"...
La primera cocina que se hizo aquí en el campamento, fue arriba en la última cañadita, en un llanito, después se preparó la Cocina del Campamento, de la Escuela. Había gente que decía que en la cocina de arriba cocinaban mejor que en la de abajo; esto llegó a oídos del Che, que tan pronto estaba aquí, en Manacas, o en Gavilanes, como haciendo emboscadas por ahí o tomando pueblos, entonces él entraba aquí, estaba un día o dos y se iba otra vez... Se entera del comentario y cuando llegó a la Comandancia le dijo a Ramiro Valdés: ‘la cocina de arriba me la pasa para abajo, desde ahora hay una sola cocina’.
Al principio, durante casi un mes se daba una sola comida, a las 2 de la tarde, se hacía un almuerzo y hasta el otro día a las dos, porque no había comida, había que hacerlo así, había que guapear, y se hacía una emboscada a la carretera de Trinidad y había que guardarle la comida a todos los combatientes, así fue la guerra. ¡El Che era así!.
En Alto Jobo dio la primera reunión en plena guerra y les habló a los campesinos de la necesidad que había de repartirles las tierras para que sembraran y tener qué comer. Habló allí de la Reforma Agraria. Se reunieron 400 personas... A los pocos días un campesino para quedar bien llenó un recipiente con naranjas, llegó aquí con el fango hasta las rodillas y le dijo: "mire comandante, me he enfangado por traele unas naranjas" y el Che le respondió ‘¡eso le pasa a ud. por guataca (alcahuete), porque yo no le he pedido a usted nada!’. El hombre allí entendió que lo que le pedía el Che era que luchara por lo suyo...
Una anécdota que me contaron: Cuando venían por las llanuras de Camaguey, hacen una acampada y una caldosa (guiso típico de la campaña) y la señora del mayoral le dio a él especialmente un plato de arroz con pollo; El Che se dirigió a la caldera, vació el plato en la cazuela y dijo, haciendo lo que nadie hacía: ‘¡aquí esta tarde todos comemos arroz con pollo!’. Toda la tropa compatió el plato porque el Che no aceptaba a nadie nada en particular, ni un tabaco, si no había para toda la tropa, él no recibía nada. Para almorzar o comer él preguntaba:‘¿Ya los muchachos comieron todos?’ Si no, a la posta que estaba por allá, por detrás de la loma, había que llevársela, no se podían quedar sin comer, recién entonces él comía.
También quería pagar a quienes se les pedía algún servicio, como ocurrió con el caso que comenté de los bueyes que eran muy importantes para trasladar los elementos pesados.
Existen infinidad de anécdotas que se fueron dando en aquellos escasos e intensos meses. Él quería que siempre se tuviese en cuenta la idea de compartir.
Cuando a mí me aceptó, me preguntó si yo sabía cómo se podían conseguir alimentos. Por supuesto que le contesté que sí - ¡Soy nacido y criado en la zona! le dije -, entonces pasé a ser responsable de esa misión. Fundamentalmente tenía que tratar de proveer a la cocina de lo que hiciera falta. Luego, cuando aquel hombre y su gente siguió camino, pasé a integrar el primer núcleo del Partido que se formó aquí, en La Vidaña, fui el Secretario del núcleo, después pasé dos escuelas de Partido, trabajé con la granja... y hasta el presente sigo al servicio de La Revolución, aunque estoy jubilado.
Nosotros antes del triunfo éramos analfabetos o semianalfabetos. Teníamos pocas posibilidades de aprender y, además, estábamos muy incomunicados entre los mismos habitantes del lugar. Sentíamos la necesidad de cambiar esa situación, pero no encontrábamos el modo de hacerlo... Luego del 1° de enero del 59 comenzó otro enfrentamiento que duró alrededor de tres años; se llamó "la lucha contra bandidos", porque en estos sitios se concentró gran parte de la contrarrevolución y hubo que pelear duramente para desalojar a todos aquellos que querían apropiarse de los bienes del pueblo y que respondían a la propaganda ideológica que inmediatamente comenzó a realizar el imperialismo.
Hubo que pelear y a la vez persuadir a algunos compañeros que en un principio estaban confundidos y desinformados de los verdaderos fines patrióticos y liberadores de Fidel y la gente que seguía sus propuestas.
El Che estaba continuamente ocupado. Tenía una gran capacidad de trabajo y en los ratos libres leía mucho. De tantas cosas que podíamos aprender de él, dos me han quedado muy grabadas: Una era que él siempre predicaba con el ejemplo. Primero trataba de hacer las cosas él para que los demás aprendiésemos o para que todos entendiéramos que no existían tareas imposibles dentro del campamento. La otra era el modo de castigar a los irresponsables; en general buscaba que entendiesen el error que habían cometido y procuraba combatir el egoísmo que puede aparecer en circunstancias donde a veces faltan las provisiones necesarias, se está apartado de su familia y arriesgando la vida.
Cuando podía se ocupaba en enseñar a leer a los que no lo sabían o trataba que aquellos que sí lo hacían ayudaran a sus compañeros a aprender... Intentaba demostrar la importancia que tenía saber leer, combatir la ignorancia.
DESDE LA HISTÓRICA ALTURA
En el pico de la sierra elegido para preparar la toma de Santa Clara, se pueden ver dos espacios que, aunque están interrelacionados, se diferencian entre sí. Uno es un claro (espacio limpio, llano) de aproximadamente 100 metros de diámetro, contrastando con la vegetación que, hasta llegar allí, mantiene formas abigarradas e intrincadas. El otro sitio se le ha llamado "El Mirador", pues desde él se alcanza a observar un amplísimo panorama de valles y sierras menores, permitiendo que los rebeldes pudiesen detectar eventuales desplazamientos del enemigo.
La Comandancia, ubicada en el primero de los ámbitos mencionados, presenta un bohío o rancho de madera y paja de unos cuatro metros de largo por tres de ancho, donde se estableció el Che. Un lugar para el radio, algunos enseres, un camastro sobre el piso de tierra y todos los puntos suspensivos para que la imaginación sobrevuele entre la emoción y el asombro.
A pocos pasos se divisa El Refugio. Un boquete realizado en una pequeña elevación que tiene cerca de dos metros de diámetro y una respetable profundidad para enfrentar el probable asedio de ataques aéreos, pues la aviación mantenía una febril persecución contra los insurgentes.
Se respetaba mucho la alternativa de las posibles agresiones por aire, ya que desde el comienzo de la guerra, habían sido las sorpresivas descargas desde el espacio, letales armas que lastimaron seriamente la guerrilla produciéndole irreparables bajas.
Algunas plantas se insertan en el claro y han quedado también troncos dispuestos como para sentarse o encaramarse según las circunstancias. Luego, rodeando el entorno, enhiestos árboles parecen efectuar una guardia de honor a la solemnidad informal de un sitio que, nimbado por la sinfonía de pájaros curiosos o sabios, se me figura, como comento en las palabras introductorias: EL ALTAR REVOLUCIONARIO QUE PRESERVA CUBA PARA LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD.
Con poemas, canciones (mayoritariamente de la trova), actuaciones de varios compañeros y demás manifestaciones como cuentos, dibujos, caricaturas, se celebró el cumpleaños número 70 del Che.
Previamente se leyó una Declaración, avalada por todos los artistas representados para la ocasión por la UNEAC Nacional y de diversas provincias, llamada en síntesis "POR LOS CAMINOS DEL CHE", donde se reafirma la voluntad de los creadores cubanos de continuar por la senda político-cultural que legara aquel que peleó, soñó, creó y se inmoló para dignificar la condición humana. Sixto Bonachea, Vicepresidente de la UNEAC de Sancti Spíritus, tuvo a su cargo la lectura - luego, amablemente, me obsequió el original de dicho documento que conservo con orgullo -.
Se me hizo entrega del Diploma, que acredita un premio esencialmente moral, el cual desborda cualquier mérito que hubiese ambicionado obtener mi simple formación de trabajador de la cultura. Dije textualmente antes de recitar "Sol de Polen", el poema que nominé principal "culpable" de todo ese bagaje personal que estaba recibiendo: "Yo no creía que había que caminar tanto para que me entregaran el Diploma... (risas). Voy a ser breve porque el poema es un poquito extenso... Imagínense, para mí, para nosotros (señalé a Violeta), la emoción que nos puede embargar; la alegría profunda de estar aquí, en la Comandancia donde El Che pergeñó la batalla final y dio origen al triunfo de esta revolución que, aún con esfuerzo, con sacrificio, estamos sosteniendo... Permítanme que diga "estamos sosteniendo", porque en Argentina cotidianamente realizamos actividades por Cuba... Especialmente quiero traer conmigo a todos los compañeros artistas, y dentro de ellos a los poetas, a los escritores amigos, algunos agrupados en la SADE - Sociedad Argentina de Escritores -, otros con vínculos en las Casas de Amistad Argentino-Cubanas, pero fundamentalmente amigos; los tengo conmigo... a mis Norberto Corti, Carlos Carbone, Eduardo Polito, Juan Núñez, en fin, a toda esa gente que ha luchado toda la vida por y en aras del socialismo y del comunismo y, por cierto, que Cuba siempre es ese foro que inclusive está en la poesía. Así que permítanme que "con ellos", para ustedes y la memoria del Che les diga el poema Sol de Polen"...
Como símbolo de amistad y solidaridad, los aplausos que brindaron los compañeros que acababa de conocer, se extendieron por varios minutos, dándome aire para que la emoción no obstara posibilitarme recordar el constante afecto recibido desde mi familia y agradecer a tantos otros seres que en el sur de nuestro expoliado continente lucharon y luchan por mantener viva la llama de la libertad... son ellos, junto a la memoria de mi padre y el amor de las personas que me rodean, quienes íntimamente me alientan a proseguir este espinoso camino de la mano de la poesía.
En representación de los participantes cubanos recibió también su Diploma el poeta Rubén Failde. Luego se le dio continuidad a la cálida ceremonia. Aparecieron el canto y la alegría, manifestaciones recurrentes que los cubanos utilizan, espontáneamente, para matizar los actos relacionados con la historia de su Isla.
Sentí la sensación que el Che se hubiese tentado a leer un poema suyo, o cantado un tango o una zamba... y que también habría compartido con alegría aquella peña serrana, recordando quizás, los tiernos y románticos encuentros con sus amigos de la adolescencia cordobesa.
SIMPLEMENTE "CHE"
El descenso fue gratificante porque a pesar de encontrarnos bastante exhaustos pudimos intercambiar opiniones, relatos de los distintos pueblos de donde proveníamos, con jugosas referencias de hitos históricos que se han transmitido en la región, a través de quienes, en los últimos 40 años, han protagonizado hechos superlativos en este magnífico escenario.
A partir de ese día recibí la invitación para volver a Cuba luego de mi regreso a Argentina programado para el mes siguiente. La misma sería por un año...
Entre otros obsequios enfundé de recuerdo una caricatura que efectuó un dibujante mientras yo recitaba y el original manuscrito de la Declaración "Por los Caminos del Che" que me entregara el Presidente de la Asociación de Músicos y Vicepresidente de la UNEAC de Sancti Spíritu.
Cerca de los camiones que nos llevarían nuevamente a Santa Clara, en el portal de la posada del Pedrero, volvimos a conversar con Pupo, mejor dicho a receptar aquello que nos comentó con su infinita paciencia a modo de despedida :
- Aquí, en la sierra, jamás se apagará la memoria del Che. Mientras yo tenga fuerzas continuaré acompañando a las distintas delegaciones que se aproximen a nuestra casa. Este día 14 de Junio, como también el 8 de Octubre, representan fechas muy sentidas para nosotros y sabemos que siempre se acercarán compañeros de distintos lugares de Cuba y también del exterior.
Pensamos que tenemos que transmitir a la gente joven la gran proeza que se protagonizó en aquellos tiempos. Yo también me siento incluido, pero debo decir que ha sido muy poco lo que pude aportar porque por suerte no pasó mucho tiempo hasta que triunfáramos.
El Che nos dejó también el sentido del honor y la entrega por una causa superior. Es imposible no amar a esa figura y no seguir su ejemplo. Aun me parece verlo, bien delgado, con la ropa un tanto desarreglada y su mirada penetrante y clara...
Volvimos a pararnos en las cajas de aquellos camiones de fabricación soviética, provenientes de un tiempo donde la correlación de fuerza mundial era muy diferente a la que nos encontrábamos atravesando en los postreros tramos del siglo...
En estos últimos años, que me depararon la fortuna de residir en esta sociedad que verdaderamente efectuó una tajante revolución, sin precedentes en América Latina y, lamentablemente, sin que exista aun otro país que haya podido lograr un sistema de equidad similar al socialismo, pude comprobar el auténtico respeto y el inmenso amor que Ernesto Guevara ¡El Che! prosigue despertando en la enorme mayoría del pueblo cubano.
En el litoral argentino el vocablo Che significa amistad en un tierno sentido posesivo y de admiración, "mi amigo"; también se denomina así al prójimo, al hombre, en la lengua del pueblo Mapuche al sur del continente. Es una de las tantas voces empleadas por los aborígenes, genuinos habitantes de la tierra sudamericana, que lograron subsistir a la cruenta masacre física y cultural desatada por la "civilización" europea...
Actualmente se utiliza en toda la República Argentina entre los seres que se dispensan confianza y afecto (contraponiéndose a la vacua formalidad del vínculo interpersonal) de manera similar al tuteo, pero con un fuerte arraigo de contenido popular, el cual le posibilita integrar esa cultura que subyace alerta y con integridad en una sociedad que ha sufrido los embates de la frívola globalización capitalista.
Quizás, simbolice el mejor homenaje que el mundo le brinde, cotidianamente, a la estatura de aquel que soñaba ayudar a redimir de la sumisión y la prepotencia a todos los habitantes del planeta. Aquel que cayó combatiendo mientras se dirigía a luchar junto a los millones de "ches" que cohabitan en el sur de la Patria Grande Latinoamericana; ese amigo de la verdad que continúa señalando, cada vez con mayor nitidez desde su legado de vida y obra, la ruta del Hombre Nuevo, arquetipo que deberá construir la humanidad si es que logra la mesura imprescindible para evitar su autodestrucción.
Hector Celano
ESCAMBRAY
I nostri amici del Continente insubordinato possono avere la sicurezza che, se è necessario, lotteremo fino all’ultima conseguenza economica dei nostri atti, e se ancora più lontano dovesse arrivare la battaglia, lotteremo fino all’ultima goccia del nostro sangue ribelle, per fare della nostra terra una repubblica sovrana, coi veri attributi di una nazione felice, democratica e fraterna verso i suoi fratelli d’America.
Da: "Passaggi della guerra rivoluzionaria". Cuba 1956 - 1959 Edición Anotada. Editrice Politica, L’Avana 2001. Ernesto "Che" Guevara
LA GUIDA DEL "CHE" IN CABALLETE DE CASA
Era molto giovane, non aveva ancora abbandonato l’adolescenza quando, dietro sua richiesta, lo portano davanti al Che. L'unica cosa che desiderava era di partecipare alla guerriglia, come già stava facendo suo fratello maggiore chiamato Nilo.
- Tu mi puoi portare fino ad un posto sicuro dove accampare?
- Sì comandante, io conosco bene questa zona...
- Bene, vieni a trovarmi più tardi, alle cinque...
Pupo inspirò profondamente e con un solo impulso gli disse:
- Comandante, io voglio unirmi alla guerriglia, desidero che lei mi accetti...
Il Che scrutò fugacemente quel ragazzo gracile, di statura inferiore alla media, uno in più dei giovani che, sempre in maggior quantità, cominciavano a manifestare la decisione di lottare contro la prepotenza dei "bulli" di Battista; in definitiva, di elevare la coscienza per difendere le proprie terre, i propri diritti.
Con un sguardo limpido ed acuto rispose:
- Lo vedremo... ti aspetto alle cinque.
Il ragazzo di 19 anni dimostrò di essere un vero veterano tra i sentieri delle catene montuose (la sierra) che compongono l’Escambray nel suo insieme.
Da quella bella, ed allora sofferta, regione sarebbe assurto alla storia "la guida del Che".
Nei villaggi, all’interno dell’Isola, quelli che conoscono bene il territorio e svolgono la funzione di orientare, di guidare, sono denominati pratici. Ernesto Gonzalo Pino Fábrega "Pupo", era uno di questi...
Il 14 giugno del 1998, giorno in cui il Che avrebbe compiuto 70 anni, nella zona de El Pedrero – ai piedi della montagna che servì da dimora al comandante ed alla sua truppa per quasi due mesi - mi presentarono Pupo, con il quale ebbi la possibilità di parlare per alcune ore. L’Escambray si preparava ad essere il naturale testimone del preludio bellico che sarebbe sfociato nella presa della città capitale de "Las Villas", Santa Clara, affrettando bruscamente la fuga di Battista ed il trionfo definitivo della Rivoluzione.
Arriviamo in camion provenienti da un complesso edilizio, chiamato popolarmente "Scuola di campo" - con questo appellativo si menzionano gli edifici della Scuola Media dove vanno, annualmente, gli studenti delle città per svolgere un apprendistato differente e complementare a quello che s’impartisce in città. Superano il centinaio in tutta Cuba. In questo caso, la scuola è situata in un pendio vicino alle catene montuose.
Lì avevamo pernottato la notte del 13 e lo stesso 14 di pomeriggio. Di ritorno dall’Escambray, in quello stesso edifico, avremmo fatto un chiacchierata/conferenza, che risultò molto istruttiva, col Comandante Armando Acosta Cordero e con l’amico del "Che", Alberto Granado.
Componevamo un gruppo di approssimativamente 50 fra artisti e operatori della cultura che si disponevano a rendere omaggio al "Che" nello stesso posto dove egli stabilì il comando prima di prendere Santa Clara. Ignoravo ancora che in quel posto avrei ricevuto il Diploma che assegna il Premio "Città del Che" consegnato dalll’UNEAC (Unione Nazionale di Scrittori ed Artisti di Cuba). In realtà l’alloro abbracciava tutti quei momenti emozionanti che i compagni cubani mi dispensavano con allegria e semplicità.
Ci aspettavano ne "El Pedrero" vari abitanti del posto e lo stesso Pupo accompagnato dalla sua famiglia. In quei paraggi, trascorsi più di 38 anni dagli avvenimenti storici che celebravamo, si trovava quest’uomo che effettua continuamente l’ascensione della montagna, per fare da guida, e contemporaneamente commentare, gli eventi che lo videro come uno dei protagonisti diretti della grande impresa. Avemmo l’onore di essere condotti da colui che indicò al comandante Guevara l’alto picco da cui spiegare il suo obbiettivo senza essere localizzato dal nemico.
La perentorietà dell’habitat dell’insorgenza, portava a prevedere l’urgenza dei movimenti di ognuna delle colonne che Fidel Castro aveva distribuito dal suo insediamento nell’estremo orientale dell’Isola. Verso gli ultimi mesi del 1958, la colonna n. 8, "Ciro Redondo", aveva la precisa missione di prendere Santa Clara e, tra gli altri importanti obiettivi, provocare la strategica rottura delle comunicazioni fra le truppe dell’esercito oppressore tra oriente e occidente.
Santa Clara, bella città del centro di Cuba, catalizzava in quegli anni un’intensa vita culturale, politica ed economica, che le conferiva la solida reputazione che ostentava tra le zone più importanti del paese; se l’Esercito Ribelle riusciva a metter piede in quella capitale, poteva acquisire la significativa portata di prestigio che gli avrebbe dato una decisa spinta in avanti nella lotta.
Il Che e i suoi dovevano compiere tale missione, ma si sarebbe potuto pensare che, a questa altezza, era troppo audace o di una intrepidezza senza limiti, porsi una simile meta alla guida di un esercito che a meno di due anni da quel momento, contava solo dodici uomini e appena sette fucili...
Pupo, ci aiuta a comprendere con maggiore esattezza, l’istante cruciale della guerra:
Tutti parlavano del Che. Dicevano che era un uomo coraggioso, severo, intelligente, ma soprattutto che era una brava persona. Lui aveva un carattere serio, molto retto. Il "mal fatto" non gli piaceva. Chiunque commettesse un’indisciplina di cui veniva a conoscenza era sanzionato, lo mandava in cucina o a fare la guardia disarmato... a lavorare nei giardini, insomma, nessuno dopo aver commesso un’indisciplina rimaneva senza la sua sanzione; una sanzione di lavoro, di guardia, ma, insomma, non gli sfuggiva niente... Lui diceva che non permetteva a nessuno di rubare frutta o di andare a casa di un contadino a chiedere niente, senza la sua autorizzazione. Allora era l’ultimo a pranzare o a mangiare; fino a che tutta la truppa non lo aveva fatto, lui non mangiava. Se c’erano... si dividevano sigarette, tutta la truppa doveva ricevere lo stesso e, se qui si rollava tabacco, bisognava dare tabacco anche tutti gli altri uomini, fumassero o no, altrimenti, non si ripartiva... Se c’erano banane mature, se si davano banane mature, bisognava darle a tutti i soldati, se no non si ripartiva... e così via... Egli era così!
Noi qui, nella regione, stavamo molto male; ci maltrattavano. Eravamo praticamente schiavi dei proprietari terrieri. Avevamo bisogno di organizzarci e combattere contro la tirannia. Quando sapemmo che l’Esercito Ribelle si avvicinava a "Las Villas", molti contadini, specialmente i giovani, decisero di aggregarsi. Componevamo, un gruppo di "guajiros"* disposti a collaborare in tutti i modi con Fidel, con il Che, con Camilo, con quegli uomini dei quali sapevamo poco e, se vogliamo, molto, perché li sentivamo nostri fratelli.
La vita fino ad allora ci si presentava senza orizzonte... ci aspettavano solamente lo sfruttamento e la fame. Con la loro vicinanza si iniziò a parlare di una Riforma Agraria; che la terra sarebbe stata nostra. Inoltre i crimini che commettevano gli uomini di Battista erano orrendi. In molti non dubitammo a chiedere il nostro posto nella lotta!
C’era anche una gran confusione e, ovviamente, alcuni opportunisti; per questo il Comandante prendeva le sue precauzioni...
* Guajiro:nome tipico del contadino cubano
PER LE STRADE DEL CHE
Armando Acosta Cordero (che dopo sarebbe stato nominato Comandante) aveva già suggerito al Che la zona dell’Escambray per stabilire il comando; allora, con Pupo, si decise il posto esatto dove accampare la truppa.
Fino a quel posto, la cui altezza si avvicina ai 400 metri, fummo guidati da lui – come in altri tempi lo si era fatto con il Che – e con canzoni, poesie, chiacchierate e ricordi, omaggiammo quei passaggi tanto intensi della vita di Cuba.
Eravamo partiti da Santa Clara il 13 giugno, in una piccola "guagua" - autobus - fino a Formento, città collocata all’interno, dove lasciò la sua orma liberatrice anche la colonna "Ciro Redondo".
Prima della nuova Divisione Politico/Amministrativa che avrebbe effettuato la massima Direzione della Rivoluzione nel 1976, tutta questa zona centrale di Cuba era denominata "Las Villas", con Santa Clara come capitale.
Attualmente, la distribuzione territoriale corrisponde tanto a detta regione, oggi chiamata Villa Clara, quanto ad altre due belle e rigogliose province chiamate Sancti Spiritus e Cienfuegos.
L’organizzazione del nostro percorso fu realizzata dall’UNEAC di Santa Clara il cui presidente era, ed è ancora, il talentuoso disegnatore ed umorista Pedro Méndez, il quale era capo della delegazione, ma "capitanava anche le trovate spiritose che facevamo tra di noi.
Uscimmo a metà mattinata... tra barzellette, canti (tanghi e milongas che io e mia figlia Violeta apportavamo) e riferimenti dolci ed ironici alle "storie" argentino/cubane. Arrivammo a Formento alle tre del pomeriggio.
Sotto un sole ostinato a non passare inosservato ci aspettava uno dei momenti più emozionanti del percorso. Si trattava di un Atto che la città aveva preparato con il fine di ricordare la figura del Comandante Guevara e coloro che si sollevarono con l’Esercito Ribelle. Tutto il paese si era riversato nella piazza maggiore. Dopo i passi della Banda Provinciale, fu annunciata la presenza di Alberto Granado e del comandante Acosta Cordero, oltre alle diverse delegazioni con cui avevamo percorso la strada fino all’Escambray e, naturalmente, alle autorità che si trovavano lì.
Formento, il cui apporto alla causa patriottica rivestì grande importanza, è una bella ed antica città, il cui centro storico mantiene la sua estetica tipicamente coloniale. Fin lì arrivarono i lavoratori della cultura di quasi tutte le province dell’Isola. Attualmente molti di essi mi onorano con la loro amicizia (come lo scrittore Julio Llanes - presidente dell’UNEAC di Sancti Spíritus - ed altri artisti di diverse città del paese).
Conoscere quei paraggi, convivere con la gente semplice, è stato uno dei motivi fondamentali perché accettassi l’invito a ritornare e in seguito prendessi la decisione di rimanere a vivere a Cuba fino al presente.
Ancora non immaginavo che, su richiesta delle Arti Sceniche del Ministero della Cultura e delle istanze di coloro che dirigevano il progetto "Guerriglia dei Teatranti" nella provincia di Granma, sarei ritornato dopo pochi mesi.
Visitammo un sobrio museo che rivive quei passaggi rivoluzionari, dove, come dato curioso, ricordo che il giornalista Rafael Daniel, della Televisione di Sancti Spíritus che a sua volta corrisponde per la TV Nazionale (con il quale manteniamo scambi epistolari ed occasionalmente ci vediamo), che mi fece il primo reportage per la televisione cubana - quello stesso giorno, intervistò anche Violeta Libertad. Precedentemente eravamo stati presentati al Comandante Acosta Cordero, con il quale abbiamo condiviso altri momenti in questi anni e, a sua volta, ci ritrovammo con Alberto Granado, che avevo conosciuto in una dissertazione circa la sua amicizia con il Che che ci offrì anni prima, nella città di Buenos Aires.
Il mio cuore doveva sforzarsi di sostenere un ritmo concorde alle pulsazioni per permettermi di mantenermi in piedi e con una minima solvenza emotiva... Era impossibile non effettuare un paragone fra i vissuti vedendo nuovamente Alberto, e contemporaneamente, non sentire scintillare il pensiero a causa della differenza di contesto, l’ambiente così distante dalle grandi città e la massiccia partecipazione del popolo cubano all’evocazione del nostro compatriota più universale che, con la sua consegna, si è stabilito come avanguardia nelle aspirazioni degli umili: "IL CHE!
Per fortuna, con una videocamera che ci avevano prestato e il registratore da giornalista che solitamente mi accompagna, siamo riusciti a fermare vari momenti vissuti in mezzo all’appassionante climax.
Ritornammo ai veicoli. Avremmo intrapreso un altro percorso per installarci nella menzionata "scuola di campo".
Le distinte delegazioni delle altre province si erano già unite a questa bella offerta e, fondamentalmente, degna riaffermazione ideologica, alla quale fu dato il nome: "Per le strade del Che".
ASCENSIONE
Ci sistemammo nella scuola ed immediatamente andammo fino ad uno dei ruscelli per darci un rinfrescante bagno.
Le catene montuose e le colline sono circondate da molti affluenti che mantengono la limpidezza delle acque in posti dove non impera l’inquinamento come in altri paesi dell’America Latina.
Di sera, nonostante gli insetti che si impegnavano a darci una spiacevole accoglienza, ci intrattenemmo suonando la chitarra e recitando fino ad ore piccole.
Già di mattina, ci aspettavano i camion aperti che ci trasportarono fino a El Pedrero.
Ricordo che il tragitto durò approssimativamente due ore. Passammo per stretti sentieri dove l’asfalto o semplicemente il riempitivo era screpolato dall’azione dei fiumi e dei ruscelli che discendono dai picchi. In alcune occasioni si dovette scendere per aiutare il passaggio dei veicoli. Stavamo percorrendo una parte della sierra dove in altri tempi si erano posati gli sguardi dei combattenti!
Pupo ci aspettava vicino ad altra gente del posto. Sotto la sua tutela cominciammo la salita.
Esiste un sentiero che mostra di non essere troppo transitato, ma che continua verso l’alto a segnalare alcuni tratti; progressivamente se ne perde la traccia, allora, nella camminata, comincia a prendere rilievo il ruolo di Pupo.
Si possono vedere solamente un paio di case che danno l’impressione di non essere abitate attualmente (quella è la casa del galiziano Aristide, dice Pupo segnalandone una) e dopo iniziano ad apparire gli indizi concreti dell’installazione della guerriglia in quegli ultimi mesi del 1958.
Benché le costruzioni stiano alle intemperie e per la maggiore parte siano di legno e "guano" (foglie di palma) ancora si mantengono in buono stato a testimoniare la posizione che occupò la truppa, i compiti che si realizzavano e, se si continua ascendendo fino al picco della montagna, appare, in una radura che ha un diametro di circa 100 metri, il settore di Comando propriamente detto.
Una gran quantità di "rivoli d’acqua" e "zampilli" accarezzano la sierra. Non esistono praticamente animali velenosi, salvo, qualcuno commentò, la sporadica presenza di qualche scorpione. Addentrandosi si trova una vegetazione abbastanza copiosa, semiselvatica, esuberante; abitata da diverse specie di uccelli. Il terreno è umido, con un variopinto ordito di radici. Dagli alti alberi pendono "garofani dell’aria" e liane...
Oggi potrei affermare che non sono passato per quelle rustiche e storiche costruzioni ma furono loro a sfilare davanti alla mia vista, come in questi momenti che "torno a vederle" come fossi parte del paesaggio e del suo ambiente quasi mistico.
Pupo dice che siamo ad 1 km. dal Comando. La fatica si impadronisce di molti di noi.
Su un cartello si legge: "dormitorio", su un altro: "mensa"... Passiamo da una "farmacia/infermeria" che è un capanna semi distrutta.
Lì il "Deposito delle Armi" e la sua "Officina" - una costruzione aperta con soffitto di "guano" pensata per riparare e fabbricare elementi da combattimento. L’anfiteatro dove il Che faceva i suoi discorsi alla truppa... Il luogo per la lettura, la Scuola...
L’anfiteatro presenta una specie di gradinata – i sedili dei ribelli. Si trova su un piano di circa 20 metri di superficie, circondato da alberi ed arbusti.
Attraversiamo il dormitorio n. 6 e quindi appare "IL COMANDO" (come mi succede normalmente in determinati momenti emotivi, senza propormelo coscientemente, cominciai a "cantare il tango "L’ultima sbornia sostenuto affettuosamente da vari accompagnatori... – bisogna sottolineare che a Cuba il tango è molto rispettato e possiede un posto importante all’interno della musica che si diffonde. Si registrano più di 100 Peñas - gruppi di tango - in tutta l’isola).
POESIA PURA
In quei dintorni facemmo una fermata e conversai a lungo con Pupo...
Le relazioni del Che con i compagni e con la zona furono le più umane che io abbia mai potuto conoscere nella mia vita. Perché? Il Che arriva un giorno in questa zona con 151 uomini... stremato... Aveva camminato da Oriente fin qui, in 45 giorni, quasi senza mangiare, combattendo con il nemico... Bene, quella gente arrivò qui... e... è difficile da raccontare come arrivarono qui... Avevano pantaloni... stracciati, consumati dal camminare nella sterpaglia, con i piedi distrutti dai parassiti. Facevano pena; scalzi, colpiti, feriti per ogni dove, con le braccia rotte... combattendo con il nemico da Oriente fin qui. Arrivarono e si trovarono in una situazione, il Che si trovò in una situazione molto difficile... Gli viene data la missione di prendere il comando della parte meridionale di "Las Villas", perché c’erano vari dissidi tra le truppe che stavano nella zona e, dal momento in cui entrò nel sud di Jíbaro con i combattenti di Porfirio Busiedo, Fidel gli assegnò la missione di mettere tutte le truppe sotto il suo comando, quelle che erano qui nell’Escambray; però la gente del 2° Fronte non voleva consegnare il comando.
Quando passò per Gavilan... tutti i compagni volevano conoscerlo, ma trova questa situazione e dice loro: - Con queste buone armi, questa quantità di uomini che avete perché non avete preso il quartiere di Güinía?; - No, non è così, gli risposero, quello è "corazzato", non lo si può espugnare! - Guarda, disse lui, con questi ragazzi stremati e con queste armi malandate lo prendo io il quartiere di Güinía!
Loro scoppiarono a ridere, risero... e lui disse loro: - Bene, si vede che voi non state qui per combattere, ma per mangiare vacche! Lì nacque il nome "i mangia vacche dell’Escambray". Nonostante questo, la gente di Faure Chomón (Capo della Direttiva), si mise sotto il suo comando. Lui disse quale missione avevano e si sottomisero. La gente del 2° Fronte non accettò, allora lui ritorna a Gavilan. Stando lì sul posto, invia Armando Acosta Cordero a cercare un contadino per trovare il luogo dove allestire l’accampamento. Armando conversa con Minguito García, un contadino che conosceva, e vanno al monte "Il Bufette", un monte grande, fitto, ma senza acqua; allora passano alla collina di "Pico Tuerto". Questa è una collina alta, ma senza boschi, solo un bosco piccolino ed un rivolo di acqua. Allora, lì, a "Pico Tuerto", gli dice Minguito: - Armando, io ti propongo di andare a "Caballete de Casa", perché io sono stato lì in battuta di caccia e so che c’è acqua e un monte molto buono; allora salgono di qui per la Yadona, non vanno per il Guineo a Gavilán.
In "Passaggi della guerra rivoluzionaria, raccolta di articoli giornalistici scritti dal Che, egli stesso commenta: "Nell’Escambray si dovette fare un intenso lavoro a favore dell’unità rivoluzionaria (...) esistevano cinque organizzazioni differenti che operavano sotto comandi ugualmente differenti e in una stessa provincia. Dopo laboriose conversazioni che dovetti avere con i loro rispettivi capi, si giunse ad una serie di accordi tra le parti e potei procedere all’integrazione di un fronte approssimativamente comune".
Quando Armando arriva lì riferisce tutto al Che e lui gli dice: - Qui non c’è uno pratico del posto che mi porti a "Caballette de Casa"?... ed io ero proprio lì: - Io conosco Caballette, la porto io! Lui mi dice: - Allora alle 5 del pomeriggio usciamo per andare lì.
Si sposta a Manaca, dove attualmente c’è il "Cimitero dei Martiri". Lì fa un accampamento e da lì va a combattere. Lui stette un poco di tempo qui ed un poco lì, data la comodità di quel posto per attaccare i quartieri...
Stando lì, converso con lui, mi inizia a domandare se ero del posto, se conoscevo la zona. A un certo momento dice ad Armando: - Quello che ci è necessario sono dei muli per portare qui la guerriglia. Io gli dico: - Conosco chi ha due ammaini di muli molto buoni, e lui disse ad Armando: - Prendi il suo nome e digli di venire qui. Armando scrive su un libretto e strappa il foglio, lo piega e lo dà al Che ed il Che mi dice: - La tua prima missione qui come guerrigliero è quella di portare questo foglietto al padrone dei muli! Tu d’ora in poi sei agli ordini di Ramiro Valdés.
Il contadino, quando seppe che era niente meno che il Che a sollecitargli quel contributo per la guerriglia, cioè che prestasse gli animali a pagamento, si rifiutò di riscuotere, benché egli stesso insistette varie volte a pagarlo...
Prima di stabilirci nei dintorni de "Il Comando" andammo fino a El Mirador, nella parte più alta dell’Escambray... Esclamai qualcosa che tutti approvarono: "Questa è poesia pura!
DI LABBRA A LA BREZZA
Il Che era un uomo di gran cuore... Un giorno seppe che una giovane donna aveva partorito due gemelli maschi qui nella zona, forse il 15 o 16 dicembre del ‘58. Qualcuno gli raccontò che si trovava in una situazione abbastanza precaria. Allora, benché gli alimenti non eccedessero, al contrario giusto coprivano le necessità di tutti, lui ordinò che le si preparasse e le fosse portata una buona quantità di cibo per aiutarla; suo marito non volle accettare la provvista dicendo che non aveva denaro per pagarla, al che gli fu risposto che quello era un regalo senza nessun interesse, era un regalo del Che; non dovevano dare niente in cambio. Lì c’era di tutto. Diede l’ordine a Ramiro affinché gli mandasse un po’ di tutto di quello che c’era. Il Che era così. Al Che non sfuggiva niente.
Le posso dire che come il Che io non ho conosciuto nessuno, perché era un guerrigliero, era un capo di guerriglia, ma si preoccupava di tutta la situazione, di un bambino malato, che ognuno avesse attenzione medica, che quel poco di medicine bastassero... c’è molta gente buona, ma come il Che io non ho conosciuto nessuno. Non si dimenticava niente. Non gli sfuggiva niente.
Quando arrivò nella zona di Gavilanes e vide che non c’era medico e non c’era niente, allora, con le poche medicine che portava, disse ad un dottore, - Tu qui ti prenderai cura di tutta la zona di campagna. Diceva sempre: "che non rimanga nessuno senza un pochino di zucchero o di sale". Lo stesso 24 dicembre disse a Ramiro: - Distribuisci il cibo ai contadini che non hanno di che cenare...
La prima cucina che si fece qui nell’accampamento, fu sopra l’ultima gola, in un piccolo piano, dopo si preparò la Cucina dell’Accampamento, della Scuola. C’era gente che diceva che nella cucina di sopra cucinavano meglio che in quella di sotto; questo giunse all’orecchio del Che, che subito arrivava qui in Manacas o in Formento, come facendo imboscate o prendendo i paesi, allora entrava qui, stava un giorno o due ed andava via di nuovo... Venne a sapere del commento e quando arrivò al Comando disse a Ramiro Valdés: - La cucina di sopra me la porti di sotto, d’ora in poi c’è una sola cucina.
In principio, per quasi un mese, si distribuiva un solo pasto, alle due del pomeriggio, si pranzava e poi nulla fino al giorno seguente alle due, perché non c’era cibo, bisognava fare così, si doveva "stringere", e si faceva un’imboscata sulla strada di Trinidad e bisognava conservare il cibo per tutti i combattenti, così era la guerra. Il Che era così!
In Alto Jobo diede la prima riunione in piena guerra e parlò ai contadini della necessità che c’era di distribuire le terre affinché si seminasse e avesse di che mangiare. Lì parlò della Riforma Agraria. Si riunirono 400 persone... Dopo pochi giorni un contadino per fare bella figura riempì un recipiente con delle arance, arrivò qui con il fango fino alle ginocchia e gli disse: "Guardi comandante, mi sono infangato per portale delle arance" ed il Che gli rispose - Questo le passa per adulazione, perché io non le ho chiesto niente!. Lì l’uomo capì che quello che gli chiedeva il Che era che lottasse per la sua causa...
Un aneddoto che mi raccontarono: mentre andavano per le pianure di Camaguey, fanno una sosta per una "brodosa" (stufato tipico della campagna) e la signora del Maggiore dà solo al Che un piatto di riso con pollo; il Che si diresse alla cucina, vuotò il piatto nella casseruola e disse, facendo quello che nessuno faceva: - Qui questo pomeriggio tutti mangiamo riso con pollo!. Tutta la truppa divise il piatto perché il Che non accettava da nessuno niente in particolare, nemmeno un sigaro: se non ce n’era per tutta la truppa, egli non accettava niente. Per pranzare o mangiare domandava: - Tutti i ragazzi hanno già mangiato? Se no, bisognava richiamare la postazione che stava lì, dietro la collina, che non potevano rimanere senza mangiare. Solo allora anche lui mangiava.
Inoltre voleva pagare coloro ai quali si chiedeva qualche servizio, come accadde nel caso che ho raccontato dei muli che erano molto importanti per trasportare cose pesanti.
DALLA STORICA ALTURA
Sul picco della sierra scelto per preparare la presa di Santa Clara, si possono vedere due spazi che, benché siano interrelati, si differenziano tra loro. Uno è una radura (uno spazio pulito, piano) di approssimativamente 100 metri di diametro, che contrasta con la vegetazione che, fino a quel punto, mantiene forme variopinte ed intricate. L’altro posto è stato chiamato "El Mirador (La Terrazza), perché da lì si riesce ad osservare un amplissimo panorama di valli e catene minori, permettendo ai ribelli di poter scoprire eventuali spostamenti del nemico.
Il Comando, ubicato nel primo degli ambiti menzionati, presenta una capanna, o rancio di legno e paglia, di circa quattro metri per tre di larghezza, dove si stabilì il Che. Un posto per la radio, alcuni utensili, una branda per terra e tutti i puntini di sospensione affinché l’immaginazione sorvoli tra l’emozione e lo stupore.
A pochi passi si scorge "Il Rifugio. Una breccia realizzata in una piccola altura che ha circa due metri di diametro ed una rispettabile profondità per affrontare il probabile assedio di attacchi aerei, perché l’aviazione manteneva una febbrile persecuzione contro gli insorti.
Si temeva molto la possibilità di eventuali aggressioni dall’aria, poiché dall’inizio della guerra, c’erano stati sorprendenti bombardamenti, armi letali che ferirono seriamente i guerriglieri, producendolo irreparabili perdite.
Alcune piante si inseriscono nella radura e sono rimasti anche dei tronchi disposti come per sedersi o arrampicarsi a seconda delle circostanze. Dopo, circondando l’ambiente, alti alberi sembrano effettuare una guardia d’onore alla solennità informale di un posto che, circondato dalla sinfonia di uccelli curiosi o saggi, mi si figura, come commento alle parole introduttive: "L’ALTARE RIVOLUZIONARIO CHE CUBA PRESERVA PER LA STORIA DELL’UMANITA' ".
Con poemi, canzoni, interventi di vari compagni ed altre manifestazioni come racconti, disegni, caricature, si celebrò il 70° compleanno del Che.
Previamente si lesse una Dichiarazione, avallata da tutti gli artisti rappresentati per l’occasione dalll’UNEAC Nazionale e di diverse province, chiamata in sintesi "PER LE STRADE DEL CHE", dove si riafferma la volontà dei creatori cubani di continuare per il sentiero politico/culturale che lasciò in eredità colui che combatté, sognò, creò e si immolò per dare dignità alla condizione umana. Sixto Bonachea, vicepresidente dell’UNEAC di Sancti Spíritus, ebbe a suo carico la lettura – in seguito, gentilmente, mi regalò l’originale di detto documento che conservo con orgoglio.
Mi fu consegnato il Diploma che attribuisce un premio essenzialmente morale, che supera qualunque merito la mia semplice formazione di lavoratore della cultura avrebbe ambito ottenere. Prima di recitare "Sole di Polline", il poema che nominai principale "colpevole" di tutto quel tributo personale che stavo ricevendo, dissi testualmente: "Io non credevo che bisognasse camminare tanto perché mi fosse consegnato il Diploma... (risate). Sarò breve perché la poesia è un po’ lunga... Immaginino, per me, per noi, (indicai Violeta), l’emozione che ci può rapire; l’allegria profonda di essere qui, nel Comando dove il Che delineò la battaglia finale e diede origine al trionfo di questa rivoluzione che, ancora con sforzo, con sacrificio, stiamo sostenendo... Mi permettano di dire "stiamo sostenendo", perché in Argentina svolgiamo quotidianamente attività per Cuba... In special modo voglio portare con me tutti i compagni artisti, e fra loro i poeti, gli scrittori amici, alcuni associati alla SADE - Società Argentina di Scrittori - altri legati alle Case di Amicizia Argentino-Cubane, ma fondamentalmente amici; li porto con me... il mio Norberto Corti, Carlos Carbone, Eduardo Polito, Juan Núñez, infine, tutta quella gente che ha lottato tutta la vita per e in onore del socialismo e del comunismo e, certamente, Cuba è sempre quel centro che sta nella poesia. Cosicché mi permettano che "con tutti loro", per voi e per la memoria del Che pronunci il poema ‘Sole di Polline’..."
Come simbolo di amicizia e solidarietà, gli applausi che mi offrirono i compagni che avevo appena conosciuto, durarono per vari minuti, dandomi aria affinché l’emozione non mi impedisse la possibilità di ricordare il costante affetto ricevuto dalla mia famiglia e ringraziare tante altre persone che lottarono nel sud del nostro depredato continente e lottano per mantenere viva la fiamma della libertà... sono loro, insieme alla memoria di mio padre e all’amore delle persone che mi circondano, che intimamente m’incoraggiano a proseguire questo spinoso cammino per mano della poesia.
In rappresentanza dei partecipanti cubani, anche il poeta Rubén Failde ricevette il suo Diploma. Quindi si diede seguito alla calorosa cerimonia. Apparvero il canto e l’allegria, manifestazioni ricorrenti che i cubani utilizzano, spontaneamente, per sfumare gli eventi legati alla storia della loro Isola.
Ebbi la sensazione che il Che sarebbe stato tentato di leggere una sua poesia, o a cantare un tango o una zamba... e, anche, che avrebbe condiviso con allegria quella festa di montagna, ricordando magari i teneri e romantici incontri con i suoi amici dell’adolescenza cordobese.
SEMPLICEMENTE "CHE"
La discesa fu gratificante perché, nonostante ci sentissimo piuttosto esausti, potemmo scambiare opinioni, racconti dei diversi paesi di provenienza, con ricchi riferimenti alle storiche pietre miliari che si sono trasmesse nella regione attraverso coloro che, negli ultimi quarant’anni, sono stati protagonisti di fatti superlativi in questo magnifico scenario.
A partire da quel giorno ricevetti l’invito a far ritorno a Cuba dopo il mio rientro in Argentina programmato per il mese seguente. Sarebbe avvenuto dopo un anno...
Tra gli altri regali mi portai in ricordo una caricatura che fece un disegnatore mentre io declamavo e il manoscritto originale della Dichiarazione "Per le Strade del Che che mi consegnò il Presidente dell’Associazione dei Musicisti e Vicepresidente dell’UNEAC di Sancti Spíritu.
Vicino ai camion che ci avrebbero riportato nuovamente a Santa Clara, sul portone della locanda de El Pedrero, tornammo a conversare con Pupo, per meglio dire ad accogliere quello che pronunciò con la sua infinita pazienza a mo' di addio:
- Qui, nella sierra, non si spegnerà mai la memoria del Che. Finché avrò forza continuerò ad accompagnare le diverse delegazioni che si avvicineranno alla nostra casa. Questo giorno 14 di Giugno, così come l’8 di Ottobre, rappresentano date molto importanti per noi e sappiamo che sempre arriveranno compagni da diversi posti di Cuba ed anche dall’estero.
Pensiamo di dover trasmettere ai giovani la grande prodezza che si compì in quei tempi. Anch’io me ne sento parte, ma devo dire che è stato molto poco il contributo che ho potuto dare, perché per fortuna non passò molto tempo per il nostro trionfo.
Il Che ci lasciò anche il senso dell’onore e la consegna per una causa superiore. E’ impossibile non amare quella figura e non seguire il suo esempio. Ancora mi sembra di vederlo, snello, con i vestiti un po’ disordinati ed il suo sguardo penetrante e trasparente...
Tornammo a sederci sulle panche di quei camion di fabbricazione sovietica, provenienti da un tempo dove la correlazione delle forze mondiali era molto differente da quella che ci troviamo ad attraversare negli ultimi tratti del secolo...
In questi ultimi anni, che mi hanno offerto la fortuna di risiedere in questa società che ha realizzato una rivoluzione davvero tranciante e senza precedenti nell'America Latina e, deplorevolmente, senza che esista neanche un altro paese che abbia potuto raggiungere un sistema di equità simile al socialismo, ho potuto sperimentare l’autentico rispetto e l’immenso amore che Ernesto Guevara "Il Che! continua a risvegliare nella maggior parte del popolo cubano.
Sul litorale argentino il vocabolo "Che" significa amicizia in un tenero senso possessivo e di ammirazione, il "mio amico"; si denomina così anche il prossimo, l’uomo nella lingua del popolo Mapuche al sud del continente. E’ una delle tante voci usate dagli indigeni, genuini abitanti della terra sudamericana che riuscirono a sopravvivere al cruento massacro fisico e culturale effettuato dalla "civiltà" europea...
Attualmente si usa in tutta la Repubblica Argentina tra quanti si dispensano fiducia ed affetto (contrapponendosi alla vuota formalità del vincolo interpersonale), in maniera simile al "darsi del tu", ma con una forte radice di contenuto popolare, che facilita l’integrazione di quella cultura che soggiace all'erta e con integrità in una società che ha sofferto gli attacchi della frivola globalizzazione capitalista.
Forse simbolizza il migliore omaggio che il mondo offre, quotidianamente, all’altezza di colui che sognava di aiutare a redimere dalla sottomissione e dalla prepotenza tutti gli abitanti del pianeta. Colui che cadde combattendo mentre si dirigeva a combattere vicino ai milioni di "che" che convivono nel sud della Grande Patria Latino-Americana; quell’amico della verità che continua a segnalare, ogni volta con maggiore nitidezza, dal suo lascito di vita ed opera, la rotta dell’Uomo Nuovo, archetipo che dovrà costruire l’umanità se si raggiunge quella misura imprescindibile per evitare la sua autodistruzione.
Hector Celano
I nostri amici del Continente insubordinato possono avere la sicurezza che, se è necessario, lotteremo fino all’ultima conseguenza economica dei nostri atti, e se ancora più lontano dovesse arrivare la battaglia, lotteremo fino all’ultima goccia del nostro sangue ribelle, per fare della nostra terra una repubblica sovrana, coi veri attributi di una nazione felice, democratica e fraterna verso i suoi fratelli d’America.
Da: "Passaggi della guerra rivoluzionaria". Cuba 1956 - 1959 Edición Anotada. Editrice Politica, L’Avana 2001. Ernesto "Che" Guevara
LA GUIDA DEL "CHE" IN CABALLETE DE CASA
Era molto giovane, non aveva ancora abbandonato l’adolescenza quando, dietro sua richiesta, lo portano davanti al Che. L'unica cosa che desiderava era di partecipare alla guerriglia, come già stava facendo suo fratello maggiore chiamato Nilo.
- Tu mi puoi portare fino ad un posto sicuro dove accampare?
- Sì comandante, io conosco bene questa zona...
- Bene, vieni a trovarmi più tardi, alle cinque...
Pupo inspirò profondamente e con un solo impulso gli disse:
- Comandante, io voglio unirmi alla guerriglia, desidero che lei mi accetti...
Il Che scrutò fugacemente quel ragazzo gracile, di statura inferiore alla media, uno in più dei giovani che, sempre in maggior quantità, cominciavano a manifestare la decisione di lottare contro la prepotenza dei "bulli" di Battista; in definitiva, di elevare la coscienza per difendere le proprie terre, i propri diritti.
Con un sguardo limpido ed acuto rispose:
- Lo vedremo... ti aspetto alle cinque.
Il ragazzo di 19 anni dimostrò di essere un vero veterano tra i sentieri delle catene montuose (la sierra) che compongono l’Escambray nel suo insieme.
Da quella bella, ed allora sofferta, regione sarebbe assurto alla storia "la guida del Che".
Nei villaggi, all’interno dell’Isola, quelli che conoscono bene il territorio e svolgono la funzione di orientare, di guidare, sono denominati pratici. Ernesto Gonzalo Pino Fábrega "Pupo", era uno di questi...
Il 14 giugno del 1998, giorno in cui il Che avrebbe compiuto 70 anni, nella zona de El Pedrero – ai piedi della montagna che servì da dimora al comandante ed alla sua truppa per quasi due mesi - mi presentarono Pupo, con il quale ebbi la possibilità di parlare per alcune ore. L’Escambray si preparava ad essere il naturale testimone del preludio bellico che sarebbe sfociato nella presa della città capitale de "Las Villas", Santa Clara, affrettando bruscamente la fuga di Battista ed il trionfo definitivo della Rivoluzione.
Arriviamo in camion provenienti da un complesso edilizio, chiamato popolarmente "Scuola di campo" - con questo appellativo si menzionano gli edifici della Scuola Media dove vanno, annualmente, gli studenti delle città per svolgere un apprendistato differente e complementare a quello che s’impartisce in città. Superano il centinaio in tutta Cuba. In questo caso, la scuola è situata in un pendio vicino alle catene montuose.
Lì avevamo pernottato la notte del 13 e lo stesso 14 di pomeriggio. Di ritorno dall’Escambray, in quello stesso edifico, avremmo fatto un chiacchierata/conferenza, che risultò molto istruttiva, col Comandante Armando Acosta Cordero e con l’amico del "Che", Alberto Granado.
Componevamo un gruppo di approssimativamente 50 fra artisti e operatori della cultura che si disponevano a rendere omaggio al "Che" nello stesso posto dove egli stabilì il comando prima di prendere Santa Clara. Ignoravo ancora che in quel posto avrei ricevuto il Diploma che assegna il Premio "Città del Che" consegnato dalll’UNEAC (Unione Nazionale di Scrittori ed Artisti di Cuba). In realtà l’alloro abbracciava tutti quei momenti emozionanti che i compagni cubani mi dispensavano con allegria e semplicità.
Ci aspettavano ne "El Pedrero" vari abitanti del posto e lo stesso Pupo accompagnato dalla sua famiglia. In quei paraggi, trascorsi più di 38 anni dagli avvenimenti storici che celebravamo, si trovava quest’uomo che effettua continuamente l’ascensione della montagna, per fare da guida, e contemporaneamente commentare, gli eventi che lo videro come uno dei protagonisti diretti della grande impresa. Avemmo l’onore di essere condotti da colui che indicò al comandante Guevara l’alto picco da cui spiegare il suo obbiettivo senza essere localizzato dal nemico.
La perentorietà dell’habitat dell’insorgenza, portava a prevedere l’urgenza dei movimenti di ognuna delle colonne che Fidel Castro aveva distribuito dal suo insediamento nell’estremo orientale dell’Isola. Verso gli ultimi mesi del 1958, la colonna n. 8, "Ciro Redondo", aveva la precisa missione di prendere Santa Clara e, tra gli altri importanti obiettivi, provocare la strategica rottura delle comunicazioni fra le truppe dell’esercito oppressore tra oriente e occidente.
Santa Clara, bella città del centro di Cuba, catalizzava in quegli anni un’intensa vita culturale, politica ed economica, che le conferiva la solida reputazione che ostentava tra le zone più importanti del paese; se l’Esercito Ribelle riusciva a metter piede in quella capitale, poteva acquisire la significativa portata di prestigio che gli avrebbe dato una decisa spinta in avanti nella lotta.
Il Che e i suoi dovevano compiere tale missione, ma si sarebbe potuto pensare che, a questa altezza, era troppo audace o di una intrepidezza senza limiti, porsi una simile meta alla guida di un esercito che a meno di due anni da quel momento, contava solo dodici uomini e appena sette fucili...
Pupo, ci aiuta a comprendere con maggiore esattezza, l’istante cruciale della guerra:
Tutti parlavano del Che. Dicevano che era un uomo coraggioso, severo, intelligente, ma soprattutto che era una brava persona. Lui aveva un carattere serio, molto retto. Il "mal fatto" non gli piaceva. Chiunque commettesse un’indisciplina di cui veniva a conoscenza era sanzionato, lo mandava in cucina o a fare la guardia disarmato... a lavorare nei giardini, insomma, nessuno dopo aver commesso un’indisciplina rimaneva senza la sua sanzione; una sanzione di lavoro, di guardia, ma, insomma, non gli sfuggiva niente... Lui diceva che non permetteva a nessuno di rubare frutta o di andare a casa di un contadino a chiedere niente, senza la sua autorizzazione. Allora era l’ultimo a pranzare o a mangiare; fino a che tutta la truppa non lo aveva fatto, lui non mangiava. Se c’erano... si dividevano sigarette, tutta la truppa doveva ricevere lo stesso e, se qui si rollava tabacco, bisognava dare tabacco anche tutti gli altri uomini, fumassero o no, altrimenti, non si ripartiva... Se c’erano banane mature, se si davano banane mature, bisognava darle a tutti i soldati, se no non si ripartiva... e così via... Egli era così!
Noi qui, nella regione, stavamo molto male; ci maltrattavano. Eravamo praticamente schiavi dei proprietari terrieri. Avevamo bisogno di organizzarci e combattere contro la tirannia. Quando sapemmo che l’Esercito Ribelle si avvicinava a "Las Villas", molti contadini, specialmente i giovani, decisero di aggregarsi. Componevamo, un gruppo di "guajiros"* disposti a collaborare in tutti i modi con Fidel, con il Che, con Camilo, con quegli uomini dei quali sapevamo poco e, se vogliamo, molto, perché li sentivamo nostri fratelli.
La vita fino ad allora ci si presentava senza orizzonte... ci aspettavano solamente lo sfruttamento e la fame. Con la loro vicinanza si iniziò a parlare di una Riforma Agraria; che la terra sarebbe stata nostra. Inoltre i crimini che commettevano gli uomini di Battista erano orrendi. In molti non dubitammo a chiedere il nostro posto nella lotta!
C’era anche una gran confusione e, ovviamente, alcuni opportunisti; per questo il Comandante prendeva le sue precauzioni...
* Guajiro:nome tipico del contadino cubano
PER LE STRADE DEL CHE
Armando Acosta Cordero (che dopo sarebbe stato nominato Comandante) aveva già suggerito al Che la zona dell’Escambray per stabilire il comando; allora, con Pupo, si decise il posto esatto dove accampare la truppa.
Fino a quel posto, la cui altezza si avvicina ai 400 metri, fummo guidati da lui – come in altri tempi lo si era fatto con il Che – e con canzoni, poesie, chiacchierate e ricordi, omaggiammo quei passaggi tanto intensi della vita di Cuba.
Eravamo partiti da Santa Clara il 13 giugno, in una piccola "guagua" - autobus - fino a Formento, città collocata all’interno, dove lasciò la sua orma liberatrice anche la colonna "Ciro Redondo".
Prima della nuova Divisione Politico/Amministrativa che avrebbe effettuato la massima Direzione della Rivoluzione nel 1976, tutta questa zona centrale di Cuba era denominata "Las Villas", con Santa Clara come capitale.
Attualmente, la distribuzione territoriale corrisponde tanto a detta regione, oggi chiamata Villa Clara, quanto ad altre due belle e rigogliose province chiamate Sancti Spiritus e Cienfuegos.
L’organizzazione del nostro percorso fu realizzata dall’UNEAC di Santa Clara il cui presidente era, ed è ancora, il talentuoso disegnatore ed umorista Pedro Méndez, il quale era capo della delegazione, ma "capitanava anche le trovate spiritose che facevamo tra di noi.
Uscimmo a metà mattinata... tra barzellette, canti (tanghi e milongas che io e mia figlia Violeta apportavamo) e riferimenti dolci ed ironici alle "storie" argentino/cubane. Arrivammo a Formento alle tre del pomeriggio.
Sotto un sole ostinato a non passare inosservato ci aspettava uno dei momenti più emozionanti del percorso. Si trattava di un Atto che la città aveva preparato con il fine di ricordare la figura del Comandante Guevara e coloro che si sollevarono con l’Esercito Ribelle. Tutto il paese si era riversato nella piazza maggiore. Dopo i passi della Banda Provinciale, fu annunciata la presenza di Alberto Granado e del comandante Acosta Cordero, oltre alle diverse delegazioni con cui avevamo percorso la strada fino all’Escambray e, naturalmente, alle autorità che si trovavano lì.
Formento, il cui apporto alla causa patriottica rivestì grande importanza, è una bella ed antica città, il cui centro storico mantiene la sua estetica tipicamente coloniale. Fin lì arrivarono i lavoratori della cultura di quasi tutte le province dell’Isola. Attualmente molti di essi mi onorano con la loro amicizia (come lo scrittore Julio Llanes - presidente dell’UNEAC di Sancti Spíritus - ed altri artisti di diverse città del paese).
Conoscere quei paraggi, convivere con la gente semplice, è stato uno dei motivi fondamentali perché accettassi l’invito a ritornare e in seguito prendessi la decisione di rimanere a vivere a Cuba fino al presente.
Ancora non immaginavo che, su richiesta delle Arti Sceniche del Ministero della Cultura e delle istanze di coloro che dirigevano il progetto "Guerriglia dei Teatranti" nella provincia di Granma, sarei ritornato dopo pochi mesi.
Visitammo un sobrio museo che rivive quei passaggi rivoluzionari, dove, come dato curioso, ricordo che il giornalista Rafael Daniel, della Televisione di Sancti Spíritus che a sua volta corrisponde per la TV Nazionale (con il quale manteniamo scambi epistolari ed occasionalmente ci vediamo), che mi fece il primo reportage per la televisione cubana - quello stesso giorno, intervistò anche Violeta Libertad. Precedentemente eravamo stati presentati al Comandante Acosta Cordero, con il quale abbiamo condiviso altri momenti in questi anni e, a sua volta, ci ritrovammo con Alberto Granado, che avevo conosciuto in una dissertazione circa la sua amicizia con il Che che ci offrì anni prima, nella città di Buenos Aires.
Il mio cuore doveva sforzarsi di sostenere un ritmo concorde alle pulsazioni per permettermi di mantenermi in piedi e con una minima solvenza emotiva... Era impossibile non effettuare un paragone fra i vissuti vedendo nuovamente Alberto, e contemporaneamente, non sentire scintillare il pensiero a causa della differenza di contesto, l’ambiente così distante dalle grandi città e la massiccia partecipazione del popolo cubano all’evocazione del nostro compatriota più universale che, con la sua consegna, si è stabilito come avanguardia nelle aspirazioni degli umili: "IL CHE!
Per fortuna, con una videocamera che ci avevano prestato e il registratore da giornalista che solitamente mi accompagna, siamo riusciti a fermare vari momenti vissuti in mezzo all’appassionante climax.
Ritornammo ai veicoli. Avremmo intrapreso un altro percorso per installarci nella menzionata "scuola di campo".
Le distinte delegazioni delle altre province si erano già unite a questa bella offerta e, fondamentalmente, degna riaffermazione ideologica, alla quale fu dato il nome: "Per le strade del Che".
ASCENSIONE
Ci sistemammo nella scuola ed immediatamente andammo fino ad uno dei ruscelli per darci un rinfrescante bagno.
Le catene montuose e le colline sono circondate da molti affluenti che mantengono la limpidezza delle acque in posti dove non impera l’inquinamento come in altri paesi dell’America Latina.
Di sera, nonostante gli insetti che si impegnavano a darci una spiacevole accoglienza, ci intrattenemmo suonando la chitarra e recitando fino ad ore piccole.
Già di mattina, ci aspettavano i camion aperti che ci trasportarono fino a El Pedrero.
Ricordo che il tragitto durò approssimativamente due ore. Passammo per stretti sentieri dove l’asfalto o semplicemente il riempitivo era screpolato dall’azione dei fiumi e dei ruscelli che discendono dai picchi. In alcune occasioni si dovette scendere per aiutare il passaggio dei veicoli. Stavamo percorrendo una parte della sierra dove in altri tempi si erano posati gli sguardi dei combattenti!
Pupo ci aspettava vicino ad altra gente del posto. Sotto la sua tutela cominciammo la salita.
Esiste un sentiero che mostra di non essere troppo transitato, ma che continua verso l’alto a segnalare alcuni tratti; progressivamente se ne perde la traccia, allora, nella camminata, comincia a prendere rilievo il ruolo di Pupo.
Si possono vedere solamente un paio di case che danno l’impressione di non essere abitate attualmente (quella è la casa del galiziano Aristide, dice Pupo segnalandone una) e dopo iniziano ad apparire gli indizi concreti dell’installazione della guerriglia in quegli ultimi mesi del 1958.
Benché le costruzioni stiano alle intemperie e per la maggiore parte siano di legno e "guano" (foglie di palma) ancora si mantengono in buono stato a testimoniare la posizione che occupò la truppa, i compiti che si realizzavano e, se si continua ascendendo fino al picco della montagna, appare, in una radura che ha un diametro di circa 100 metri, il settore di Comando propriamente detto.
Una gran quantità di "rivoli d’acqua" e "zampilli" accarezzano la sierra. Non esistono praticamente animali velenosi, salvo, qualcuno commentò, la sporadica presenza di qualche scorpione. Addentrandosi si trova una vegetazione abbastanza copiosa, semiselvatica, esuberante; abitata da diverse specie di uccelli. Il terreno è umido, con un variopinto ordito di radici. Dagli alti alberi pendono "garofani dell’aria" e liane...
Oggi potrei affermare che non sono passato per quelle rustiche e storiche costruzioni ma furono loro a sfilare davanti alla mia vista, come in questi momenti che "torno a vederle" come fossi parte del paesaggio e del suo ambiente quasi mistico.
Pupo dice che siamo ad 1 km. dal Comando. La fatica si impadronisce di molti di noi.
Su un cartello si legge: "dormitorio", su un altro: "mensa"... Passiamo da una "farmacia/infermeria" che è un capanna semi distrutta.
Lì il "Deposito delle Armi" e la sua "Officina" - una costruzione aperta con soffitto di "guano" pensata per riparare e fabbricare elementi da combattimento. L’anfiteatro dove il Che faceva i suoi discorsi alla truppa... Il luogo per la lettura, la Scuola...
L’anfiteatro presenta una specie di gradinata – i sedili dei ribelli. Si trova su un piano di circa 20 metri di superficie, circondato da alberi ed arbusti.
Attraversiamo il dormitorio n. 6 e quindi appare "IL COMANDO" (come mi succede normalmente in determinati momenti emotivi, senza propormelo coscientemente, cominciai a "cantare il tango "L’ultima sbornia sostenuto affettuosamente da vari accompagnatori... – bisogna sottolineare che a Cuba il tango è molto rispettato e possiede un posto importante all’interno della musica che si diffonde. Si registrano più di 100 Peñas - gruppi di tango - in tutta l’isola).
POESIA PURA
In quei dintorni facemmo una fermata e conversai a lungo con Pupo...
Le relazioni del Che con i compagni e con la zona furono le più umane che io abbia mai potuto conoscere nella mia vita. Perché? Il Che arriva un giorno in questa zona con 151 uomini... stremato... Aveva camminato da Oriente fin qui, in 45 giorni, quasi senza mangiare, combattendo con il nemico... Bene, quella gente arrivò qui... e... è difficile da raccontare come arrivarono qui... Avevano pantaloni... stracciati, consumati dal camminare nella sterpaglia, con i piedi distrutti dai parassiti. Facevano pena; scalzi, colpiti, feriti per ogni dove, con le braccia rotte... combattendo con il nemico da Oriente fin qui. Arrivarono e si trovarono in una situazione, il Che si trovò in una situazione molto difficile... Gli viene data la missione di prendere il comando della parte meridionale di "Las Villas", perché c’erano vari dissidi tra le truppe che stavano nella zona e, dal momento in cui entrò nel sud di Jíbaro con i combattenti di Porfirio Busiedo, Fidel gli assegnò la missione di mettere tutte le truppe sotto il suo comando, quelle che erano qui nell’Escambray; però la gente del 2° Fronte non voleva consegnare il comando.
Quando passò per Gavilan... tutti i compagni volevano conoscerlo, ma trova questa situazione e dice loro: - Con queste buone armi, questa quantità di uomini che avete perché non avete preso il quartiere di Güinía?; - No, non è così, gli risposero, quello è "corazzato", non lo si può espugnare! - Guarda, disse lui, con questi ragazzi stremati e con queste armi malandate lo prendo io il quartiere di Güinía!
Loro scoppiarono a ridere, risero... e lui disse loro: - Bene, si vede che voi non state qui per combattere, ma per mangiare vacche! Lì nacque il nome "i mangia vacche dell’Escambray". Nonostante questo, la gente di Faure Chomón (Capo della Direttiva), si mise sotto il suo comando. Lui disse quale missione avevano e si sottomisero. La gente del 2° Fronte non accettò, allora lui ritorna a Gavilan. Stando lì sul posto, invia Armando Acosta Cordero a cercare un contadino per trovare il luogo dove allestire l’accampamento. Armando conversa con Minguito García, un contadino che conosceva, e vanno al monte "Il Bufette", un monte grande, fitto, ma senza acqua; allora passano alla collina di "Pico Tuerto". Questa è una collina alta, ma senza boschi, solo un bosco piccolino ed un rivolo di acqua. Allora, lì, a "Pico Tuerto", gli dice Minguito: - Armando, io ti propongo di andare a "Caballete de Casa", perché io sono stato lì in battuta di caccia e so che c’è acqua e un monte molto buono; allora salgono di qui per la Yadona, non vanno per il Guineo a Gavilán.
In "Passaggi della guerra rivoluzionaria, raccolta di articoli giornalistici scritti dal Che, egli stesso commenta: "Nell’Escambray si dovette fare un intenso lavoro a favore dell’unità rivoluzionaria (...) esistevano cinque organizzazioni differenti che operavano sotto comandi ugualmente differenti e in una stessa provincia. Dopo laboriose conversazioni che dovetti avere con i loro rispettivi capi, si giunse ad una serie di accordi tra le parti e potei procedere all’integrazione di un fronte approssimativamente comune".
Quando Armando arriva lì riferisce tutto al Che e lui gli dice: - Qui non c’è uno pratico del posto che mi porti a "Caballette de Casa"?... ed io ero proprio lì: - Io conosco Caballette, la porto io! Lui mi dice: - Allora alle 5 del pomeriggio usciamo per andare lì.
Si sposta a Manaca, dove attualmente c’è il "Cimitero dei Martiri". Lì fa un accampamento e da lì va a combattere. Lui stette un poco di tempo qui ed un poco lì, data la comodità di quel posto per attaccare i quartieri...
Stando lì, converso con lui, mi inizia a domandare se ero del posto, se conoscevo la zona. A un certo momento dice ad Armando: - Quello che ci è necessario sono dei muli per portare qui la guerriglia. Io gli dico: - Conosco chi ha due ammaini di muli molto buoni, e lui disse ad Armando: - Prendi il suo nome e digli di venire qui. Armando scrive su un libretto e strappa il foglio, lo piega e lo dà al Che ed il Che mi dice: - La tua prima missione qui come guerrigliero è quella di portare questo foglietto al padrone dei muli! Tu d’ora in poi sei agli ordini di Ramiro Valdés.
Il contadino, quando seppe che era niente meno che il Che a sollecitargli quel contributo per la guerriglia, cioè che prestasse gli animali a pagamento, si rifiutò di riscuotere, benché egli stesso insistette varie volte a pagarlo...
Prima di stabilirci nei dintorni de "Il Comando" andammo fino a El Mirador, nella parte più alta dell’Escambray... Esclamai qualcosa che tutti approvarono: "Questa è poesia pura!
DI LABBRA A LA BREZZA
Il Che era un uomo di gran cuore... Un giorno seppe che una giovane donna aveva partorito due gemelli maschi qui nella zona, forse il 15 o 16 dicembre del ‘58. Qualcuno gli raccontò che si trovava in una situazione abbastanza precaria. Allora, benché gli alimenti non eccedessero, al contrario giusto coprivano le necessità di tutti, lui ordinò che le si preparasse e le fosse portata una buona quantità di cibo per aiutarla; suo marito non volle accettare la provvista dicendo che non aveva denaro per pagarla, al che gli fu risposto che quello era un regalo senza nessun interesse, era un regalo del Che; non dovevano dare niente in cambio. Lì c’era di tutto. Diede l’ordine a Ramiro affinché gli mandasse un po’ di tutto di quello che c’era. Il Che era così. Al Che non sfuggiva niente.
Le posso dire che come il Che io non ho conosciuto nessuno, perché era un guerrigliero, era un capo di guerriglia, ma si preoccupava di tutta la situazione, di un bambino malato, che ognuno avesse attenzione medica, che quel poco di medicine bastassero... c’è molta gente buona, ma come il Che io non ho conosciuto nessuno. Non si dimenticava niente. Non gli sfuggiva niente.
Quando arrivò nella zona di Gavilanes e vide che non c’era medico e non c’era niente, allora, con le poche medicine che portava, disse ad un dottore, - Tu qui ti prenderai cura di tutta la zona di campagna. Diceva sempre: "che non rimanga nessuno senza un pochino di zucchero o di sale". Lo stesso 24 dicembre disse a Ramiro: - Distribuisci il cibo ai contadini che non hanno di che cenare...
La prima cucina che si fece qui nell’accampamento, fu sopra l’ultima gola, in un piccolo piano, dopo si preparò la Cucina dell’Accampamento, della Scuola. C’era gente che diceva che nella cucina di sopra cucinavano meglio che in quella di sotto; questo giunse all’orecchio del Che, che subito arrivava qui in Manacas o in Formento, come facendo imboscate o prendendo i paesi, allora entrava qui, stava un giorno o due ed andava via di nuovo... Venne a sapere del commento e quando arrivò al Comando disse a Ramiro Valdés: - La cucina di sopra me la porti di sotto, d’ora in poi c’è una sola cucina.
In principio, per quasi un mese, si distribuiva un solo pasto, alle due del pomeriggio, si pranzava e poi nulla fino al giorno seguente alle due, perché non c’era cibo, bisognava fare così, si doveva "stringere", e si faceva un’imboscata sulla strada di Trinidad e bisognava conservare il cibo per tutti i combattenti, così era la guerra. Il Che era così!
In Alto Jobo diede la prima riunione in piena guerra e parlò ai contadini della necessità che c’era di distribuire le terre affinché si seminasse e avesse di che mangiare. Lì parlò della Riforma Agraria. Si riunirono 400 persone... Dopo pochi giorni un contadino per fare bella figura riempì un recipiente con delle arance, arrivò qui con il fango fino alle ginocchia e gli disse: "Guardi comandante, mi sono infangato per portale delle arance" ed il Che gli rispose - Questo le passa per adulazione, perché io non le ho chiesto niente!. Lì l’uomo capì che quello che gli chiedeva il Che era che lottasse per la sua causa...
Un aneddoto che mi raccontarono: mentre andavano per le pianure di Camaguey, fanno una sosta per una "brodosa" (stufato tipico della campagna) e la signora del Maggiore dà solo al Che un piatto di riso con pollo; il Che si diresse alla cucina, vuotò il piatto nella casseruola e disse, facendo quello che nessuno faceva: - Qui questo pomeriggio tutti mangiamo riso con pollo!. Tutta la truppa divise il piatto perché il Che non accettava da nessuno niente in particolare, nemmeno un sigaro: se non ce n’era per tutta la truppa, egli non accettava niente. Per pranzare o mangiare domandava: - Tutti i ragazzi hanno già mangiato? Se no, bisognava richiamare la postazione che stava lì, dietro la collina, che non potevano rimanere senza mangiare. Solo allora anche lui mangiava.
Inoltre voleva pagare coloro ai quali si chiedeva qualche servizio, come accadde nel caso che ho raccontato dei muli che erano molto importanti per trasportare cose pesanti.
DALLA STORICA ALTURA
Sul picco della sierra scelto per preparare la presa di Santa Clara, si possono vedere due spazi che, benché siano interrelati, si differenziano tra loro. Uno è una radura (uno spazio pulito, piano) di approssimativamente 100 metri di diametro, che contrasta con la vegetazione che, fino a quel punto, mantiene forme variopinte ed intricate. L’altro posto è stato chiamato "El Mirador (La Terrazza), perché da lì si riesce ad osservare un amplissimo panorama di valli e catene minori, permettendo ai ribelli di poter scoprire eventuali spostamenti del nemico.
Il Comando, ubicato nel primo degli ambiti menzionati, presenta una capanna, o rancio di legno e paglia, di circa quattro metri per tre di larghezza, dove si stabilì il Che. Un posto per la radio, alcuni utensili, una branda per terra e tutti i puntini di sospensione affinché l’immaginazione sorvoli tra l’emozione e lo stupore.
A pochi passi si scorge "Il Rifugio. Una breccia realizzata in una piccola altura che ha circa due metri di diametro ed una rispettabile profondità per affrontare il probabile assedio di attacchi aerei, perché l’aviazione manteneva una febbrile persecuzione contro gli insorti.
Si temeva molto la possibilità di eventuali aggressioni dall’aria, poiché dall’inizio della guerra, c’erano stati sorprendenti bombardamenti, armi letali che ferirono seriamente i guerriglieri, producendolo irreparabili perdite.
Alcune piante si inseriscono nella radura e sono rimasti anche dei tronchi disposti come per sedersi o arrampicarsi a seconda delle circostanze. Dopo, circondando l’ambiente, alti alberi sembrano effettuare una guardia d’onore alla solennità informale di un posto che, circondato dalla sinfonia di uccelli curiosi o saggi, mi si figura, come commento alle parole introduttive: "L’ALTARE RIVOLUZIONARIO CHE CUBA PRESERVA PER LA STORIA DELL’UMANITA' ".
Con poemi, canzoni, interventi di vari compagni ed altre manifestazioni come racconti, disegni, caricature, si celebrò il 70° compleanno del Che.
Previamente si lesse una Dichiarazione, avallata da tutti gli artisti rappresentati per l’occasione dalll’UNEAC Nazionale e di diverse province, chiamata in sintesi "PER LE STRADE DEL CHE", dove si riafferma la volontà dei creatori cubani di continuare per il sentiero politico/culturale che lasciò in eredità colui che combatté, sognò, creò e si immolò per dare dignità alla condizione umana. Sixto Bonachea, vicepresidente dell’UNEAC di Sancti Spíritus, ebbe a suo carico la lettura – in seguito, gentilmente, mi regalò l’originale di detto documento che conservo con orgoglio.
Mi fu consegnato il Diploma che attribuisce un premio essenzialmente morale, che supera qualunque merito la mia semplice formazione di lavoratore della cultura avrebbe ambito ottenere. Prima di recitare "Sole di Polline", il poema che nominai principale "colpevole" di tutto quel tributo personale che stavo ricevendo, dissi testualmente: "Io non credevo che bisognasse camminare tanto perché mi fosse consegnato il Diploma... (risate). Sarò breve perché la poesia è un po’ lunga... Immaginino, per me, per noi, (indicai Violeta), l’emozione che ci può rapire; l’allegria profonda di essere qui, nel Comando dove il Che delineò la battaglia finale e diede origine al trionfo di questa rivoluzione che, ancora con sforzo, con sacrificio, stiamo sostenendo... Mi permettano di dire "stiamo sostenendo", perché in Argentina svolgiamo quotidianamente attività per Cuba... In special modo voglio portare con me tutti i compagni artisti, e fra loro i poeti, gli scrittori amici, alcuni associati alla SADE - Società Argentina di Scrittori - altri legati alle Case di Amicizia Argentino-Cubane, ma fondamentalmente amici; li porto con me... il mio Norberto Corti, Carlos Carbone, Eduardo Polito, Juan Núñez, infine, tutta quella gente che ha lottato tutta la vita per e in onore del socialismo e del comunismo e, certamente, Cuba è sempre quel centro che sta nella poesia. Cosicché mi permettano che "con tutti loro", per voi e per la memoria del Che pronunci il poema ‘Sole di Polline’..."
Come simbolo di amicizia e solidarietà, gli applausi che mi offrirono i compagni che avevo appena conosciuto, durarono per vari minuti, dandomi aria affinché l’emozione non mi impedisse la possibilità di ricordare il costante affetto ricevuto dalla mia famiglia e ringraziare tante altre persone che lottarono nel sud del nostro depredato continente e lottano per mantenere viva la fiamma della libertà... sono loro, insieme alla memoria di mio padre e all’amore delle persone che mi circondano, che intimamente m’incoraggiano a proseguire questo spinoso cammino per mano della poesia.
In rappresentanza dei partecipanti cubani, anche il poeta Rubén Failde ricevette il suo Diploma. Quindi si diede seguito alla calorosa cerimonia. Apparvero il canto e l’allegria, manifestazioni ricorrenti che i cubani utilizzano, spontaneamente, per sfumare gli eventi legati alla storia della loro Isola.
Ebbi la sensazione che il Che sarebbe stato tentato di leggere una sua poesia, o a cantare un tango o una zamba... e, anche, che avrebbe condiviso con allegria quella festa di montagna, ricordando magari i teneri e romantici incontri con i suoi amici dell’adolescenza cordobese.
SEMPLICEMENTE "CHE"
La discesa fu gratificante perché, nonostante ci sentissimo piuttosto esausti, potemmo scambiare opinioni, racconti dei diversi paesi di provenienza, con ricchi riferimenti alle storiche pietre miliari che si sono trasmesse nella regione attraverso coloro che, negli ultimi quarant’anni, sono stati protagonisti di fatti superlativi in questo magnifico scenario.
A partire da quel giorno ricevetti l’invito a far ritorno a Cuba dopo il mio rientro in Argentina programmato per il mese seguente. Sarebbe avvenuto dopo un anno...
Tra gli altri regali mi portai in ricordo una caricatura che fece un disegnatore mentre io declamavo e il manoscritto originale della Dichiarazione "Per le Strade del Che che mi consegnò il Presidente dell’Associazione dei Musicisti e Vicepresidente dell’UNEAC di Sancti Spíritu.
Vicino ai camion che ci avrebbero riportato nuovamente a Santa Clara, sul portone della locanda de El Pedrero, tornammo a conversare con Pupo, per meglio dire ad accogliere quello che pronunciò con la sua infinita pazienza a mo' di addio:
- Qui, nella sierra, non si spegnerà mai la memoria del Che. Finché avrò forza continuerò ad accompagnare le diverse delegazioni che si avvicineranno alla nostra casa. Questo giorno 14 di Giugno, così come l’8 di Ottobre, rappresentano date molto importanti per noi e sappiamo che sempre arriveranno compagni da diversi posti di Cuba ed anche dall’estero.
Pensiamo di dover trasmettere ai giovani la grande prodezza che si compì in quei tempi. Anch’io me ne sento parte, ma devo dire che è stato molto poco il contributo che ho potuto dare, perché per fortuna non passò molto tempo per il nostro trionfo.
Il Che ci lasciò anche il senso dell’onore e la consegna per una causa superiore. E’ impossibile non amare quella figura e non seguire il suo esempio. Ancora mi sembra di vederlo, snello, con i vestiti un po’ disordinati ed il suo sguardo penetrante e trasparente...
Tornammo a sederci sulle panche di quei camion di fabbricazione sovietica, provenienti da un tempo dove la correlazione delle forze mondiali era molto differente da quella che ci troviamo ad attraversare negli ultimi tratti del secolo...
In questi ultimi anni, che mi hanno offerto la fortuna di risiedere in questa società che ha realizzato una rivoluzione davvero tranciante e senza precedenti nell'America Latina e, deplorevolmente, senza che esista neanche un altro paese che abbia potuto raggiungere un sistema di equità simile al socialismo, ho potuto sperimentare l’autentico rispetto e l’immenso amore che Ernesto Guevara "Il Che! continua a risvegliare nella maggior parte del popolo cubano.
Sul litorale argentino il vocabolo "Che" significa amicizia in un tenero senso possessivo e di ammirazione, il "mio amico"; si denomina così anche il prossimo, l’uomo nella lingua del popolo Mapuche al sud del continente. E’ una delle tante voci usate dagli indigeni, genuini abitanti della terra sudamericana che riuscirono a sopravvivere al cruento massacro fisico e culturale effettuato dalla "civiltà" europea...
Attualmente si usa in tutta la Repubblica Argentina tra quanti si dispensano fiducia ed affetto (contrapponendosi alla vuota formalità del vincolo interpersonale), in maniera simile al "darsi del tu", ma con una forte radice di contenuto popolare, che facilita l’integrazione di quella cultura che soggiace all'erta e con integrità in una società che ha sofferto gli attacchi della frivola globalizzazione capitalista.
Forse simbolizza il migliore omaggio che il mondo offre, quotidianamente, all’altezza di colui che sognava di aiutare a redimere dalla sottomissione e dalla prepotenza tutti gli abitanti del pianeta. Colui che cadde combattendo mentre si dirigeva a combattere vicino ai milioni di "che" che convivono nel sud della Grande Patria Latino-Americana; quell’amico della verità che continua a segnalare, ogni volta con maggiore nitidezza, dal suo lascito di vita ed opera, la rotta dell’Uomo Nuovo, archetipo che dovrà costruire l’umanità se si raggiunge quella misura imprescindibile per evitare la sua autodistruzione.
Hector Celano
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