UNA CERTEZA, DOS DUDAS Y UNA CARTA INCONCLUSA.
I.- La certeza: un calendario.
Bertold Brecht murió el 14 de agosto de 1956 en Berlín. Si las matemáticas no me fallan, su muerte ocurre hace 49 años y 10 meses aproximadamente.
Además de poesía y novela, Brecht escribió y dirigió obras de teatro. Algunas de ellas las conozco gracias al trabajo cultural del Centro Libre de Experimentación Teatral y Artística, y al del maestro Luis de Tavira quien todavía busca, como todos nosotros, transformar la sociedad que permita existir, sin dobleces, a la Honesta Persona de Sechuán.
Hace poco leí que el departamento de intelectuales de Wall Mart decretó que hay que esperar que, cuando "El Anhelado" llegué al poder, yo me exilie, como Brecht, en Dinamarca. Bueno, en realidad, Brecht sólo estuvo en Dinamarca hasta 1939 y de ahí se fue a Finlandia, luego a Rusia, luego a Estados Unidos. En 1947 se fue a Suiza porque en EU lo acusaron de actividades antiamericanas. Regresó luego a Alemania y murió de una trombosis coronaria el 14 de agosto de 1956 en Berlín.
Bertold Brecht nació el 20 de febrero de 1898 en Augsburgo, Alemania, donde tiempo después trazó un círculo de tiza como una más de las Historias de Almanaque.
Acá en México, “almanaque” es sinónimo de “calendario”.
Y, cuando menos acá en México, hay dos calendarios: el de arriba, que impone fechas, dolores y simulaciones; y el de abajo, que acompaña cada indignación con una rebeldía, a veces organizada. Ahora, mientras en el calendario de arriba se prepara un debate entre los espejos del Poder, en el almanaque de abajo se cumple un mes de una injusticia llamada Atenco.
En el calendario de arriba se marcan certezas impuestas con violencia; en el almanaque de abajo se construyen dudas. Sobre ellas, las dudas, Brecht escribió:
"Pero la más hermosa de todas las dudases
cuando los débiles y desalentados levantan su cabezay
dejan de creeren
la fuerza de sus opresores"
Así que marquemos este nuestro almanaque con dudas, con supuestos...
II.- Duda Uno: La Extraña Desaparición de Elías Contreras.
Y no me refiero a su muerte. Como casi nadie sabe, Elías Contreras, Comisión de Investigación del EZLN, está difunto. Con ese impreciso status con el que los zapatistas nos identificamos desde el 1 de enero de 1994, el finado Elías Contreras encabezó una de las complicadas batallas que contra el Mal y el Malo se libran en todos los rincones del mundo.
No los aburriré repitiendo los detalles de esa historia o leyenda, puesto que los pueden encontrar en los capítulos que se escribieron por turnos con Paco Ignacio Taibo II, y que el periódico mexicano La Jornada publicó por entregas con el título de “Muertos Incómodos”, y que luego aparecieron en el libro del mismo nombre.
Baste entonces decir que para ese caso o cosa, Elías Contreras viajó a la Ciudad de México, a Guadalajara y a otras ciudades del país. Pero cuando ahora hablo de la Extraña Desaparición de Elías Contreras, no me refiero a esos meses que pasó fuera de las montañas del Sureste Mexicano, sino a unos días o semanas, no puedo precisarlo, que están en blanco, tanto en los informes que enviaba a la Comandancia General del EZLN, como en las pláticas que tuvo conmigo y en su viejo cuaderno de apuntes.
No, contra lo que puedan suponer algunos, esos huecos en el calendario de lucha de Elías Contreras no se refieren a su relación con la Magdalena, la travestida que se convirtió en héroe-heroína como de por sí se hace abajo, es decir, sin hacer bulla, como si no importara. No, la relación de Elías Contreras con la Magdalena no forma parte de los contados pero significativos espacios en blanco de su vida. Al contrario, en sus pláticas abundaba y redundaba en referencias a ella/él. Y en su libreta de apuntes hay también muchas líneas dedicadas a él/ella.
No sé si antes lo he dicho pero, para Elías Contreras, la Magdalena era su heroína, o su héroe. No sólo por haberle salvado la vida en una calle de la colonia Guerrero, aquí en la Ciudad de México; ni tampoco sólo por la forma en que enfrentó al tal Morales en las afueras de Ocosingo, Chiapas. Más bien era por la naturalidad con que había hecho una y otra cosa. Como si ambas acciones fueran, más que la culminación de un proceso lógico, sólo una acción en un tiempo y en un lugar, un acto más en el ignorado calendario de resistencia y lucha de quienes son abajo sin que nadie les lleve el apunte.
Elías Contreras era o es un zapatista (hablando de vida, nosotros no sabemos distinguir entre el pasado y el presente, sólo excluimos el futuro) y como tal tenía aprecio especial por quien no alardea. Si a esto le agregamos el complejo y contradictorio puente sentimental que en el corazón de Elías Contreras se construyó hacia el de la Magdalena, tenemos una relación que, precisamente por construirse a contracorriente, era firme. Por eso es que Elías Contreras no pretendió esconder esa relación mediante una edición que la eliminara de su historia propia. No, si Elías era parco o evasivo cuando la melancolía le ponía el nombre de la Magdalena en los labios no era porque se avergonzara, sino porque, a mi entender, nunca pudo explicar y explicarse ni lo que la Magdalena era ni lo que era para él.
Elías Contreras era Comisión de Investigación del EZLN, algo así como lo que ustedes, los ciudadanos, llaman “detective privado”. Aunque, como es sabido, los zapatistas tenemos algo averiado el sentido de la propiedad privada. Así que, más que “privado”, Elías Contreras era algo así como un detective muy otro, “el otro detective”. Pero tenía varias características esenciales para su trabajo: excelente observador, buena memoria, capacidad inductiva, era parco en el hablar y pródigo en la escucha. Y no sólo escuchar lo que se dice, también lo que se calla.
En fin, tampoco los aburriré con eso, después de todo cualquier cosa parecida se puede encontrar en las novelas, películas y series de televisión de detectives.
En realidad quiero detenerme en una característica que, creo, no es típica. Me refiero a que Elías Contreras, como la mayoría de los zapatistas, era un cazador. Y como tal sabía “huellar” al animal, es decir, sabía seguirle el rastro. El rastro, la huella, el vestigio, la pista. Entre el cazador y el detective hay este hilo común. Pero ya he dicho que Elías Contreras era un detective muy otro y, además de seguir huellas, le gustaba dejar pistas. No para dejar constancia de su paso, sino para conducir al futuro rastreador por lo que miraba y aprendía. Ense?ar a mirar, así podría resumirse esta complicada pedagogía que Elías Contreras construía a su paso.
“No nomás anduve tras del Mal y el Malo que era el tal Morales. También lo topé a otros que tenían otro nombre y otro modo. Porque el Mal y el Malo otros nombres tienen y no se esconden abajo sino que caminan arriba tan contentos, y se pasean y se saludan y están como muy alegres, como si no fueran el Mal y el Malo”, me dijo hace tiempo.
Y en alguna plática me insinuó que había dejado algunas pistas o huellas de su paso por la ciudad. ”Qué tal que alguna vez te das una vuelta Sup, de repente lo encuentras por dónde anduve conociendo y aprendiendo”, me dijo Elías Contreras.Y agregó: “No se puede ponerle freno al rico. No si no se quita la sistema que hace rico al rico”.
“La sistema”, así dijo Elías Contreras, con ese modo de los compas de convertir al femenino las palabras que terminan con “a”. Así “el mapa” es “la mapa”.
Y “una mapa” fue lo que encontré, en su cuaderno, como pista o huella de algunos de esos días que resaltaban como hueco en sus informes y pláticas. Es croquis muy sencillo de la Ciudad de México, de ésos que tienen las rutas del metro. Elías agregó, con tinta azul, algunas pequeñas anotaciones: fechas, nombres y flechitas.
No tengo una certeza en esto, así que aventuro una hipótesis, un supositorio:
Siguiendo esos rastros puedo aventurar que Elías Contreras, Comisión de Investigación del EZLN, tal vez asistió a la presentación de “La Honesta Persona de Sechuán”, montada por la Casa del Teatro bajo la dirección de Luis de Tavira.
Podemos suponer que Elías Contreras, como zapatista que es y fue, se sentó inicialmente en la parte de atrás del auditorio. Y podemos suponer que, conforme avanzaba la trama y se interesaba en ella, se fue pasando más adelante.
Recuerdo vagamente el argumento de esta obra de Brecht, así que seré muy sintético, sin olvidar recomendarles la lectura del texto y, mejor aún, asistir a su representación cuando haya modo, tiempo y lugar:
Shen Te es una mujer en un arrabal de cualquier ciudad del mundo y recibe la visita del Poder, representado por 3 licenciados, que la tocan con la varita mágica de la desgracia disfrazada de fortuna. Los licenciados deciden apoyar las cualidades individuales de Shen Te, pero esto provoca envidias de los demás habitantes. Para poder defenderse de la avaricia que provoca su progreso, Shen Se se inventa un varón, Shi Ta, que la defiende haciendo alarde del autoritarismo, la codicia y la violencia propias del machismo.
Podemos suponer que el llamado “distanciamiento brechtiano” fue resuelto con fortuna en el trabajo artístico de los integrantes de la Casa del Teatro, y que Elías Contreras, desde su butaca, asentía en silencio, confirmando el planteamiento de que no basta que una persona sea buena y noble para cambiar al mundo y que lo que se necesita es transformar la estructura social.
Podemos suponer que, al final de la función, Elías Contreras intentó acercarse a la actriz que interpretaba a Shen Se y a Shi Ta, y que los guardias de seguridad le impidieron llegar a los camerinos. Podemos suponer que Elías no sólo quería felicitar a la artista, sino platicar con ella sobre la dualidad forzada que el sistema impone a las personas. Seguramente Elías pensaba en la Magdalena cuando trataba de entender ese desdoblamiento.
Tal vez, es un supositorio, Elías Contreras dedujo que, al convertirse en mujer, el hombre que era la Magdalena no sólo optaba por ser otra, sino también elegía un lado para luchar. Es como mujer que la Magdalena salva a Elías de los tiras en el DF, y es como mujer que se enfrenta al tal Morales. La Magdalena, diría Elías Contreras, eligió ser mujer para pelear contra el sistema que le imponía un desdoblamiento, que la obligaba a ser lo que no era.
Y, siguiendo con el supositorio, Elías Contreras sintió un estremecimiento al comprender no sólo a la mujer como víctima del sistema, también y sobre todo como quien lo enfrenta y desafía. La víctima que se rebela.
Como indígena y como zapatista, Elías Contreras sabía lo que eso significaba. Y tal vez de eso quería platicar con la actriz: de la necesidad de luchar contra el sistema que nos obliga a negar lo que somos, de desafiarlo y de hacerlo en colectivo.
Claro que no tenemos ninguna certeza de todo esto, es sólo una suposición, un supositorio, nacido de una duda.
Pero todo esto viene a cuento porque hace un mes que el sistema, representado en la policía, atacó, violó y encarceló a mujeres en San Salvador Atenco. Y estas mujeres, nuestras compa?eras, no sólo no se rindieron, ni como luchadoras ni como mujeres, sino que se pusieron, como diríamos los zapatistas, más bravas.
En ellas lejos queda la imagen impuesta de la femenina resignación, en ellas es derrotada la derrota.
“Son buena gente”, hubiera dicho Elías Contreras.
Y Bertold Brecht hubiera dicho:
“A la buena gente se la conocen
que resulta mejorcuando
se la conoce”
III.- Duda Dos: El Otro Debate o el Diálogo Imposible entre Bertold Brecht y Don Durito de La Lacandona.
Si, como tal vez no dijo Julio Cortázar, la naturaleza imita al arte, quienes escuchan o leen este texto estarán de acuerdo en dar la debida credibilidad al siguiente diálogo entre Bertold Brecht y alguien que se parece extraordinariamente a un escarabajo:
Se dio en el café “Comandanta Ramona” que está junto con pegado de la tiendita “El Rincón Zapatista”, como su nombre lo indica, está en un rincón de la calle Zapotecos, en la colonia Obrera de la Ciudad de México. El “Rincón Zapatista” está, en estos días, literalmente asediado por diversas corporaciones policíacas. Ignoro la causa, pero, es un supositorio, tal vez se deba a lo que no ocurrió esta madrugada.
Estaba lloviendo. Como no había quién atendiera, me tocó hacerla de mesero. Así que yo fui testigo. Bertold Brecht pidió un café vienés (que no hay en el menú, así que le puse helado de fresa, porque el de nuez es, ése sí, propiedad privada) y Durito un café capuchino con harta azúcar. Los dos pidieron cuernitos con jamón y queso, pero Durito se empacó las dos órdenes.
No sé bien cómo empezó, pero lo que logré apuntar, fingiendo que escribía en la libreta la cuenta de lo que Durito se empacaba con singular alegría, es lo siguiente:
...
“Durito: - A ver Bertoldo, de por sí es un cuete entender a los intelectuales y todavía tú lo complicas más con eso de “tuis”. Cómo que “tuis”? Parece nombre de chicloso -.
Brecht: - “Tuis” era el nombre que se daba en Chima, uniendo las letras iniciales, a los miembros de la casta de los “telect-ual-ines”, los trabajadores intelectuales. El TUI es el intelectual de esta época de mercados y mercancías. El arrendador del intelecto? (Bertold Brecht. “La Novela de los Tuis”. Alianza Editorial, Madrid 1991. Tradución de Juan del Solar. p 32 y 47)
Durito: - O sea que como quien dice, los “tuis” son los intelectuales orgánicos del dinero. Ya decía yo que para ser chiclosos les faltaba cajeta. Eso quiere decir que tenían palancas, se iban a tomar las copas con el Carlos Slim, sacaban su tarjeta de “cliente distinguido” de Wall Mart, y ya luego a la escribidera. Por ejemplo, en esa novela que no acabaste de escribir y que, si echamos trato, yo estoy dispuesto a terminarla... -
Brecht: - Por lo cual le estaría profundamente agradecido -.
Durito: - No, que agradecido ni qué nada, hay que mocharse con un porcentaje de las regalías, para juntar el varo para las fianzas de las presas de Atenco -.
Brecht: - Mmh? ?Aceptaría usted un cheque? -
Durito: - Uy no mi buen!, esos rebotan más que el balón de fútbol en las redes de la portería de la selección mexicana. Mientras pienso cómo te cobro, síguele con tu rollo, mientras yo le hago los honores a los cuernos de mi escudero -.
Yo, el Sup, no dije nada, pero con discreción me toqué la frente, por aquello de que no me fuera a atorar en la puerta? Mmh? Aunque tal vez Durito se refería a los cuernos de jamón y queso.
Durito: - Bueno Bertoldo, decías que esos tuis... -
Brecht: - Sí, “provistos de la totalidad del saber y expertos en todas las prácticas literarias, eran los administradores de la cultura y de la vida comercial y mercantil al mismo tiempo. Su única arma era el espíritu. La palabra 'telect-ual-ines' significaba trabajadores de la mente, discernidores, diferenciadores y, más precisamente aún: formuladores.” (Ibid. P 19) -.
Durito: - Mmh? El “bisnes” de la pensadera, la grandeza del espíritu en proporción directa a la de la cuenta bancaria. Pero ellos dicen que buscan la libertad de la idea, la supremacía del espíritu sobre la materia, que la conciencia determina al ser social -
Brecht: - “El espíritu precede siempre a los hechos, pero no como un tractor, sino como un perro que hiciera cabriolas.” (ibid. p.8) -.
Durito: - Como un desfile anunciando la presentación de un circo. Me temo que estamos rozando peligrosamente el tema de las próximas elecciones. Y ahora la novedad del fascismo en tres pistas”-
Brecht: - “Lo 'totalmente nuevo' de la fascistización son las líneas directrices de la dominación capitalista que surgen ahora nítidamente y en toda su desnudez, unas líneas que siempre habían existido y habían sido respetadas por los tuis de la “gran” época de oro. Se engañan muy seriamente respecto a las posibilidades de progreso y libertad espiritual bajo esta dominación.” (Ibid. P 9) -
Durito: - Entonces para ser intelectuales son bastante mensos. Oí Bertoldo, ?estás diciendo que no hay cambio de rumbo, por más que se cambien el caballo y el jinete? -
Brecht: - “El 'nuevo' espíritu que hace su aparición no sólo no modifica las relaciones fundamentales, sino que las conserva incluso mejor” (ibidem) -.
Durito: - ?Mejor? ?Quieres decir con más orden? -
Brecht: - Con todo lo que necesita el sistema para mantener y reproducir las relaciones de explotación. Ejemplos: “Tras la proclamación de la república, el orden imperante en Chima fue adquiriendo un carácter cada vez más desenfrenado. La secular actividad de los tuis empezó a dar sus frutos. Ya casi no había hierba alguna que comer, pero las mujeres se repartían números entre ellas y, siguiendo un orden riguroso, se paraban frente a las tiendas vacías y se iban con las manos también vacías, respetando el orden de los números. Las fábricas cerraban porque los altos mandos del ejército ya no compraban nada, los obreros llevaban sus relojes de control a las plazas públicas y se plantaban allí cada mañana, tiritando en el frío de un invierno cada vez más intenso, Y los que enfermaban de gripe iban muriendo en el mismo orden numérico que tenían sus camas de hospital.”. (Ibid. p. 69) -
Durito: - Mmh, por eso los tontolines ésos se preocupan tanto por el desorden? -
Brecht: - Otro ejemplo: “El gobierno de Wei-wei se fijó como meta conceder al espíritu el papel de guía en todos los asuntos públicos. Se empleó como carteros a maestros del estilo epistolar que habían obtenido el doctorado en filología y tenían, además letra muy bonita. Algunos geógrafos pasaron a conducir locomotoras. El gobierno tenía muy claro que esa gente era capaz de conducir los trenes a su destino preciso de manera totalmente distinta a como lo harían personas no versadas en geografía. (...) Como las capas más pobres de la población se quejaran en el parlamento de que nunca veían un trozo de carne, el gobierno respondió con el nombramiento de cientos de zoólogos que empezaron a impartir cursos vespertinos al pueblo. Todos obtuvieron así pronto información sobre los bueyes y terneras, y muchos ampliaron incluso sus conocimientos en la materia recabando datos sobre animales de países exóticos o sobre la fauna de épocas pretéritas.” (Ibid. p 70-71) -.
Durito: - Pero eso es una estupidez gigantesca! -
Brecht: -“La estupidez se vuelve invisible al adquirir proporciones muy grandes. Las afirmaciones incongruentes son irrefutables. Ni-en-leh señaló que filósofo podía tener dificultades si afirmaba que dos por dos igual cinco, mientras que corría pocos riesgos sosteniendo que dos por dos igual betún para calzado”. (Ibid. 71-72). -
Durito: - Mmh? Por cierto, ya necesito darle lustre a mi caparazón. Pero los intelectuales del dinero están en contra de los actos inhumanos? -
Brecht: - “Están contra la antropofagia en la provincia de Chen. Pero respetan las leyes. Se someten a una disposición según la cual la gente bien vestida debe hacerse afilar los dientes, y exigen que los mal vestidos cumplan con la ley según la cual deben mantenerse limpios y evitar determinados alimentos que les ensucien la carne. Un desacato a las leyes (ilegalidad) pondría en peligro su lucha por cierto tipo de vida humana amenazada”. (Ibid.p. 110) -.
Durito: - ?O sea que no hay diferencia entre un adulador pagado por un partido político y un chicloso de las ideas? -
Brecht: - “A menudo nos preguntamos si el arte del lameculismo supone un talento innato. (...) En realidad, la mayoría de la gente puede llegar a un grado medio de lameculismo, no del todo desvalido, dando simplemente rienda suelta a sus inclinaciones naturales. Algo muy distinto ocurre con el arte del lameculismo: hay que aprenderlo, Y para ello hace falta asiduidad, sobre todo. Sólo el ejercicio y la perseverancia permiten sobrepasar el lameculismo vulgar y corriente, y sólo cuando la imaginación se aúna a la paciencia, se accede a la maestría. (...) El lameculismo practicado como arte crea formulaciones originales, características sentidas en profundidad: da forma. Por lo demás, el arte del lameculismo se cuenta entre las pocas artes que dan de comer.” (Ibid. p.101-102)-
Durito: - No, pues estás cabrón Bertoldo. Si todo eso que dices se conociera ahora, más de uno brincaría, y no de gusto. Mira, si vas al plantón frente a la cárcel de Santiaguito, tal vez te haga un descuento por terminar la novela ésa de los chiclosos tontolines -.
Se despidió Brecht y Durito se puso, dijo, a hacer la digestión. O sea que se quedó jetón. Yo dejé los platos sin lavar porque mi turno ya había terminado.
Afuera la madrugada era una duda sin resolver?
IV.- Supongamos que...
Detrás de su nube, Sombra mira y escribe:
Falta lo que me hace falta. Su ausencia es herida que se renueva aún en esta cicatriz que mal regalan las horas.
Aún y cuando os sé lejana, luz que me desvela, con la mirada acorto las distancias y en vuestro cuerpo marco las señales para la ruta que aspiro que caminen después mis labios.
Bien sé que la sombra que me envuelve y nombra, muro se hace entre vuestra piel y la que ahora me duele por no teneros.
Apenas puedo asomarme por una grieta y, a través de ella, rondar vuestro talle, ceñirlo con la mirada y con la mirada rendirlo. Tocan mis ojos lo que tocar no pueden mis manos. De vuestra carne la espera, amable y distanciada luz, es cadena cruel para tanta libre ansia, mordaza perversa para el deseo, y eterna vergüenza para quien impávido la acepta. Y maldigo así este tiempo que muro pone sobre el muro que de vuesa gracia me aparta.
Y vencerlo me prometo. Envuelto en sombras, sombra yo, me llegaré a vuestro cuerpo para rehacer la ruta hasta el nudo del deseo para desatarlo luego. Con los labios habré de quitarle las ropas y las penas. Una promesa le dibujaré en la nuca y con su nombre susurrado le peinaré los cabellos. Sus senos con mi pecho serán cubiertos y nuestras caderas se mecerán al compás de jadeos y gemidos. Esas vuestras manos a mi espalda habrán de aferrarse cuando el placer vuele su caída hasta la pequeña muerte de su vientre. No habrá entonces ni luz ni sombra, apenas un relámpago languideciendo con nuestras pieles desgastadas.
Esperad de mi espera, alto vuelo, que habrá que hacer de nuevo la madrugada?
Amanece. La madrugada esconde sus nostalgias en la lluvia de junio. Sobre la mesa, un libro queda abierto con la ayuda del peso de una pipa rota. En una página manchada con ceniza, con línea irregular están subrayados unos versos de Bertold Brecht:
“La lluvia
No regresa hacia arriba
Cuando la herida
Ya no duele,
Duele la cicatriz”.
Desde la Ciudad de México.
(Subcomandante Insurgente Marcos)
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UNA CERTEZZA, DUE DUBBI ED UNA LETTERA INCOMPIUTA
I - La certezza: un calendario
Bertold Brecht morì il 14 agosto 1956 a Berlino. Se la matematica non mi difetta, la sua morte è avvenuta approssimativamente 49 anni e 10 mesi fa.
Oltre a poesie e novelle, Brecht scrisse e diresse opere teatrali. Alcune di esse le conosco grazie all'opera culturale del Centro Libero di Sperimentazione Teatrale ed Artistica ed a quello del maestro Luis de Tavira che ancora cerca, come tutti noi, di trasformare la società in modo che permetta di esistere, senza ipocrisie, all'Onesta Persona di Sechuán.
Poco fa ho letto che il dipartimento di intellettuali del Wall Mart ha decretato che c'è da aspettarsi che, quando "Il Prediletto" arriverà al potere, io me ne vada in esilio, come Brecht, in Danimarca. Bene, in realtà Brecht rimase in Danimarca solo fino al 1939 e da lì andò in Finlandia, dopo in Russia, poi negli Stati Uniti. Nel 1947 andò in Svizzera perché negli Stati Uniti era stato accusato di attività antiamericane. Ritornò poi in Germania e morì per una trombosi coronaria il 14 agosto 1956 a Berlino.
Bertold Brecht nacque il 20 febbraio 1898 ad Asburgo, Germania, dove tempo dopo tracciò un cerchio di gesso come una delle Storie dell'Almanacco.
Qui in Messico, "almanacco" è sinonimo di "calendario".
E, almeno qui in Messico, ci sono due calendari: quello dell'alto che impone date, dolori e ipocrisie, e quello in basso che accompagna ogni indignazione con una ribellione, a volte organizzata. Ora, mentre nel calendario dell'alto si prepara un dibattito tra gli specchi del Potere, nell'almanacco in basso compie un mese un'ingiustizia chiamata Atenco.
Nel calendario dell'alto si segnano certezze imposte con la violenza, nell'almanacco in basso si costruiscono dubbi. Su questi, i dubbi, Brecht scrisse:
"Ma il più bello fra tutti i dubbi
è quando i deboli e senza speranza alzano la loro testa
e smettono di credere
nella forza dei loro oppressori."
Cosicché segniamo questo nostro almanacco con dubbi, con ipotesi…
II - Dubbio Uno: La Strana Scomparsa di Elías Contreras
E non mi riferisco alla sua morte. Come quasi nessuno sa, Elías Contreras, Commissione di Investigazione dell'EZLN, è defunto. Con quell'impreciso status col quale noi zapatisti ci identifichiamo dal 1° gennaio 1994, il defunto Elías Contreras era alla testa di una delle complicate battaglie che contro il Male ed il Malvagio si librano in tutti gli angoli del mondo.
Non vi annoierò ripetendo i dettagli di quella storia o leggenda, dato che potete trovarli nei capitoli che scrissi a turno con Paco Ignacio Taibo II, e che il quotidiano messicano La Jornada pubblicò a puntate col titolo di "Morti Scomodi", e che poi apparvero nel libro con lo stesso titolo.
Basti quindi dire che per un qualche caso, Elías Contreras viaggiò a Città del Messico, a Guadalajara ed in altre città del paese. Ma quando ora parlo della Strana Scomparsa di Elías Contreras, non mi riferisco a quei mesi che trascorse lontano dalle montagne del Sudest Messicano, ma ad alcuni giorni o settimane, non posso precisarlo, che sono in bianco, tanto nelle relazioni che inviava al Comando Generale dell'EZLN, come nelle conversazioni che ha avuto con me e pure nel suo vecchio quaderno di appunti.
No, aldilà di quanto qualcuno possa pensare, quei vuoti nel calendario di lotta di Elías Contreras non si riferiscono alla sua relazione con la Magdalena, il travestito che si trasformò in eroe-eroina come a volte succede in basso, cioè senza chiasso, come se non fosse importante. No, la relazione di Elías Contreras con la Magdalena non fa parte dei brevi ma significativi spazi in bianco della sua vita. Al contrario, nelle sue conversazioni abbondava e ridondava di riferimenti a lei/lui. E nel suo quadernetto di appunti ci sono anche molte righe dedicate a lui/lei.
Non so se prima l'ho detto ma, per Elías Contreras, la Magdalena era la sua eroina, o il suo eroe. Non solo per avergli salvato la vita in una strada del quartiere Guerrero, qui a Città del Messico; neanche solo per il modo con cui affrontò quel tal Morales alla periferia di Ocosingo, in Chiapas. Piuttosto era per la semplicità con cui aveva fatto l'una e l'altra cosa. Come se entrambe le azioni fossero, più che il culmine di un processo logico, solo un'azione di una volta ed in un luogo, un atto in più nell'ignorato calendario di resistenza e di lotta di coloro che sono in basso senza che nessuno prenda appunti.
Elías Contreras era o è uno zapatista (parlando di vita, noi non sappiamo distinguere tra il passato ed il presente, escludiamo solo il futuro) e come tale aveva una stima speciale per chi non ostenta. Se a questo lo aggiungiamo al complesso e contraddittorio ponte sentimentale che nel cuore di Elías Contreras si era costruito verso quello della Magdalena, abbiamo una relazione che, proprio per essersi costruita controcorrente, era solida. Per questo motivo Elías Contreras non pretese mai di nascondere quella relazione con una versione che la eliminasse dalla sua stessa storia. No, se Elías era parco o evasivo quando la malinconia gli metteva sulle labbra il nome della Magdalena, non era perché si vergognasse, ma perché, secondo me, non potè mai spiegare, né spiegarsi, chi era la Magdalena né che cosa fosse per lui.
Elías Contreras era Commissione di Investigazione dell'EZLN, qualcosa del tipo di ciò che voi cittadini chiamate "detective privato". Sebbene sia risaputo che noi zapatisti abbiamo forti riserve nel concetto di proprietà privata. Cosicché, più che "privato", Elías Contreras era come un detective molto altro, "l'altro detective". Ma aveva varie delle caratteristiche essenziali per il suo lavoro: era un eccellente osservatore, con buona memoria, capacità deduttiva, era parco nel parlare e prodigo nell'ascolto. E non solo nell'ascoltare quello che si dice, ma anche quello che si tace.
Non vi annoierò con questo, dopo tutto, qualcosa di simile si può trovare nei romanzi, nei film e nelle serie televisive di detective.
In realtà voglio soffermarmi su di una caratteristica che, credo, non sia tipica. Mi riferisco al fatto che Elías Contreras, come la maggioranza degli zapatisti, era un cacciatore. E come tale sapeva "seguire le orme" dell'animale. L'impronta, l'orma, la traccia, la pista. Tra il cacciatore ed il detective c'è questo filo in comune. Ma ho già detto che Elías Contreras era un detective molto altro e che, oltre a seguire le orme, gli piaceva lasciare piste. Non per lasciare traccia del suo passaggio, ma per condurre il futuro battitore sulla pista di quello che aveva visto e saputo. Insegnare a guardare, così potrebbe riassumersi questa complicata pedagogia che Elías Contreras costruiva al suo passaggio.
"Non solo ho camminato dietro al Male e al Malvagio che era quel tal Morales. L'ho anche incontrato in altri che avevano un altro nome ed altre maniere. Perché il Male e il Malvagio hanno pure altri nomi e non si nascondono in basso ma camminano in alto tutti contenti, e passeggiano e si salutano e sono come molto allegri, come se non fossero il Male e il Malvagio", mi disse tempo fa.
Ed in qualche conversazione insinuò che aveva lasciato alcune piste o tracce del suo passaggio per la città. "Magari, una volta o l'altra fai un giro là, Sup, ed all'improvviso ti trovi dalle parti dove sono andato per conoscere ed imparare", mi disse Elías Contreras.
Ed aggiunse: "Non si possono mettere freni al ricco. No se non si pone fine al sistema che rende ricco il ricco".
"La sistema", disse Elías Contreras, in quel modo strano dei compagni di trasformare al femminile le parole che finiscono in "a". Così troviamo che "il mappa" è "la mappa".
E "una mappa" è stata quella che ho trovato, nel suo quaderno, cioè una pista, una traccia di alcuni di quei giorni che erano in bianco nelle sue relazioni e conversazioni. È una piantina molto semplice di Città del Messico, come quelle delle linee della metro. Elías aggiunse, in blu, alcune piccole annotazioni: date, nomi e frecce.
Non ho certezze, posso solo arrischiare un'ipotesi, una supposizione:
Seguendo queste tracce posso ipotizzare che Elías Contreras, Commissione di Investigazione dell'EZLN, assistette alla presentazione de "L'Onesta Persona di Sechuán", montata dalla Casa del Teatro sotto la direzione di Luis de Tavira.
Possiamo supporre che Elías Contreras, come zapatista che è e fu, si sedette inizialmente in fondo all'auditorium. E possiamo supporre che, man mano si sviluppava la trama e lo coinvolgeva, si spostasse sempre più avanti.
Ricordo vagamente la trama di quest'opera di Brecht, così sarò molto sintetico, senza dimenticare di raccomandarvi la lettura del testo e/o, meglio ancora, di assistere alla sua rappresentazione se ci sono modo, tempo e posto:
Shen Te è una donna di un sobborgo di una qualunque città del mondo e riceve la visita del Potere, rappresentato da 3 dottori che la toccano con la bacchetta magica della disgrazia mascherata da fortuna. I dottori decidono di sviluppare le qualità individuali di Shen Te, ma questo provoca l'invidia dei suoi vicini. Per potersi difendere dall'avarizia provocata dal suo progresso, Shen Te si inventa un uomo, Shi Ta, che la difende facendo sfoggio di autoritarismo, di avidità e della violenza proprie del maschilismo.
Possiamo presumere che il cosiddetto "distanziamento brechtiano" fu risolto felicemente nel lavoro artistico dei membri della Casa del Teatro, e che Elías Contreras, dalla sua poltrona, approvasse in silenzio, confermando il concetto che non basta che una persona sia buona e nobile per cambiare il mondo ma che per fare questo è necessario trasformare la struttura sociale.
Possiamo presumere che, alla fine dell'opera, Elías Contreras cercò di avvicinarsi all'attrice che interpretava a Shen Se e Shi Ta, e che le guardie di sicurezza gli impedirono di arrivare ai camerini. Possiamo presumere che Elías non volesse solo congratularsi con l'artista, ma anche conversare con lei sulla dualità forzata che il sistema impone alle persone. Sicuramente Elías pensava alla Magdalena quando tentava di capire questo sdoppiamento.
Forse, è una supposizione: Elías Contreras dedusse che, trasformandosi in donna, l'uomo che era la Magdalena non sceglieva solo di essere un'altra, ma sceglieva anche una parte per cui lottare. È come donna che la Magdalena salva Elías dai poliziotti nel DF ed è come donna che affronta quel tal Morales. La Magdalena, direbbe Elías Contreras, scelse d'essere donna per lottare contro il sistema che le imponeva uno sdoppiamento che la obbligava ad essere quello che non era.
E, sempre proseguendo nell'ipotesi, Elías Contreras rabbrividì nel comprendere la donna non solo come una vittima del sistema, ma anche, e soprattutto, come chi lo affronta e lo sfida. La vittima che si ribella.
Come indigeno e come zapatista, Elías Contreras sapeva ciò che significa tutto questo. E forse voleva parlare di questo con l'attrice: della necessità di lottare contro il sistema che ci obbliga a negare quello che siamo, a sfidarlo ed a far questo collettivamente.
Naturalmente non abbiamo nessuna certezza di tutto ciò, è solo un'ipotesi, una supposizione, nata da un dubbio.
Ma tutto questo arriva proprio al momento giusto, perché un mese fa il sistema, rappresentato dalla polizia, ha attaccato, violentato ed imprigionato delle donne in San Salvador Atenco. E queste donne, le nostre compagne, non solo non si sono arrese, né come attiviste né come donne, ma sono diventate, come diremmo noi zapatistas, più coraggiose.
In loro è lontana l'immagine imposta della rassegnazione femminile, in loro è sconfitta la sconfitta.
"Sono brave persone", avrebbe detto Elías Contreras.
E Bertold Brecht avrebbe detto:
"Le brave persone si riconoscono
perché risultano migliori
quando le si conosce."
III - Dubbio Due: L'Altro Dibattito o il Dialogo Impossibile tra Bertold Brecht e Don Durito de La Lacandona
Se, come Julio Cortázar forse non ha detto, la natura imita l'arte, coloro che ascoltano o leggono questo testo saranno d'accordo nel dare la dovuta credibilità al seguente dialogo tra Bertold Brecht e qualcuno che somiglia straordinariamente ad uno scarabeo:
È successo nel caffè "Comandanta Ramona", che si trova proprio attaccato al negozietto "El Rincón Zapatista", che, come indica il suo nome, è in un angolo della strada Zapoteco, nel qurtiere Obreros di Città del Messico. "El Rincón Zapatista" è, in questi giorni, letteralmente assediato da vari corpi di polizia. Ne ignoro il motivo ma, è una ipotesi, forse si deve a quello che non è successo questa mattina all'alba.
Stava piovendo. Dato che non c'era nessuno che se ne occupasse, mi è toccato di fare il cameriere. Cosicché sono stato testimone. Bertold Brecht ha chiesto un caffè viennese (che non c'è nel menù, così gliel'ho servito con gelato alla fragola, perché quello di noce è proprietà privata) e Durito un cappuccino con tanto zucchero. I due hanno chiesto cornetti al prosciutto e formaggio, ma Durito si è impacchettato le due ordinazioni.
Non so bene come è incominciata, ma quello che sono riuscito a segnarmi fingendo di scrivere sul libretto dei conti quello che Durito si impacchettava con singolare allegria, è quanto segue:
...
Durito: - Allora Bertold, già è pesante capire gli intellettuali e tu lo complichi ancora di più con quel "tuis". Che è "tuis"? Sembra il nome di una gomma da masticare -
Brecht: - "Tuis" era il nome che si dava in China, unendo le lettere iniziali, ai membri della casta degli "in-tel-let-tua-li", i lavoratori intellettuali. Il TUI è l'intellettuale di questa epoca di mercati e merci. L'affittuario dell'intelletto" (Bertold Brecht. "Il Romanzo dei Tuis". Alleanza Editoriale, Madrid 1991. Traduzione di Juan del Casato. p 32 e 47).
Durito: - Cioè, vale a dire, i "tuis" sono gli intellettuali organici al denaro. Lo dicevo io che erano appiccicosi. Il che vuol dire che avevano soldi, se ne andavano a brindare col Carlos Slim, tiravano fuori la loro tessera di "cliente particolare" di Wall Mart, e poi... Per esempio, in quella novella che non hai finito di scrivere e che, se ci mettiamo d'accordo, sarei disposto a terminare… -
Brecht: - Per questo le sarei profondamente grato -.
Durito: - No, niente gratitudine, dobbiamo solo accordarci per una percentuale, per riuscire a mettere insieme i soldi per il rilascio delle prigioniere e dei prigionieri di Atenco -.
Brecht: - Mmh… Accetterebbe un assegno? -
Durito: - No, mio caro! Quelli rimbalzano più di un pallone nelle reti della nazionale di calcio messicana. Mentre penso a come farti pagare, continua a parlare, intanto io faccio gli onori ai cornetti del mio scudiero -
Io, il Sup, non ho detto niente, ma con discrezione mi sono toccato la fronte per essere sicuro di non incornarmi poi nella porta… Mmh… Anche se forse Durito si riferiva ai cornetti al prosciutto e formaggio.
Durito: - Bene Bertold, dicevi che quei tuis… -
Brecht: - Sì, "provvisti della totalità del sapere ed esperti in tutte le pratiche letterarie, erano gli amministratori della cultura e della vita commerciale e mercantile contemporaneamente. La loro unica arma era lo spirito. La parola 'intellettuali' significava lavoratori della mente, discernitori, differenziatori e, ancor più con precisione: formulatori" (Ibid P 19).
Durito: - Mmh… Il "business" del pensiero, la grandezza dello spirito in proporzione diretta con il conto bancario. Ma loro dicono che cercano la libertà dell'idea, la supremazia dello spirito sulla materia, che la coscienza determina l'essere sociale -
Brecht: - "Lo spirito precede sempre i fatti, ma non come un trattore, bensì come un cane che fa le capriole" (ibid. p.8).
Durito: - Come una sfilata che annuncia l'arrivo di un circo. Temo che stiamo sfiorando pericolosamente il tema delle prossime elezioni. Ed ora la novità del fascismo a tre piste…
Brecht: - "Il 'completamente nuovo' della fascistizzazione sono le linee direttrici della dominazione capitalista che sorgono ora nitidamente ed in tutta la loro nudità, delle linee che erano esistite sempre e che erano state rispettate dai tuis della "grande" epoca d'oro. Davvero si ingannano molto rispetto alle possibilità di progresso e di libertà spirituale sotto questa dominazione" (Ibid P 9)-.
Durito: - Allora per essere intellettuali sono abbastanza scemi. Senti Bertold, stai dicendo che non c'è cambiamento di rotta per quanto si cambino il cavallo ed il fantino…? -
Brecht: - "Il 'nuovo' spirito che fa la sua apparizione non solo non modifica le relazioni fondamentali, ma le conserva ancora meglio" (ibidem) -.
Durito: - Meglio? Vuoi dire con più ordine? -
Brecht: - Con tutto quello di cui ha bisogno il sistema per mantenere e riprodurre le relazioni di sfruttamento. Esempi: "Dopo la proclamazione della repubblica, l'ordine imperante in Cina ha acquisito un carattere sempre più sfrenato. La secolare attività dei tuis ha cominciato a dare i suoi frutti. Non c'era quasi più nemmeno erba da mangiare, ma le donne si spartivano numeri tra di loro e, seguendo un ordine numerico rigoroso, si fermavano di fronte ai negozi vuoti ed andavano via anche con le mani altrettanto vuote, rispettando l'ordine numerico. Le fabbriche chiudevano perché gli alti comandi dell'esercito non compravano più niente, gli operai ogni mattina andavano con i loro cartellini sulle piazze pubbliche e stavano lì impalati, tremando nel freddo di un inverno sempre più rigido. E quelli che si ammalavano d'influenza continuavano a morire nello stesso ordine numerico che avevano i loro letti in ospedale" (Ibid p. 69) -
Durito: - Mmh, per questo i tontini si preoccupano tanto per il disordine… -
Brecht: - Un altro esempio: "Il governo di Wei-wei si fissò come meta di concedere allo spirito il ruolo di guida in tutti gli ambiti pubblici. Si assunsero come postini i maestri dello stile epistolare laureati in filologia ed avevano, oltretutto, una grafia molto bella. Alcuni geografi diventarono conducenti di locomotive. Il governo pensava che quella gente fosse capace di condurre i treni alla loro giusta meta in modo completamente diverso da come lo avrebbero fatto delle persone non esperte in geografia (…). Dato che gli strati più poveri della popolazione si lamentarono in parlamento che non vedevano mai un pezzo di carne, il governo rispose con la nomina di centinaia di zoologi che incominciarono a distribuire prediche al popolo. Tutti ottennero così una veloce informazione sui buoi e vitelli, e molti ampliarono perfino le loro conoscenze in materia ricevendo dati su animali di paesi esotici o sulla fauna di epoche passate" (Ibid p 70-71) -.
Durito: - Ma questa è una stupidità gigantesca! -
Brecht: - "La stupidità diventa invisibile quando assume proporzioni molto grandi. Le affermazioni incoerenti sono irrefutabili. Ni-en-leh disse: un filosofo può trovarsi in difficoltà se afferma che due per due è uguale a cinque, mentre corre pochi rischi sostenendo che due per due è uguale a suola di scarpe" (Ibid 71-72). -
Durito: - Mmh… Di sicuro, devo davvero dare un po' di lucido al mio carapace. Ma gli intellettuali del denaro sono contro le azioni inumane… -
Brecht: - "Sono contro l'antropofagia nella provincia di Chen. Ma rispettano le leggi. Si sottomettono ad una disposizione secondo la quale la gente ben vestita deve affilarsi i denti, ed esigono che i mal vestiti rispettino la legge secondo la quale devono tenersi puliti ed evitare determinati cibi che li sporchino, come la carne. Una sfida alle leggi (illegalità) metterebbe in pericolo la loro lotta per un certo tipo di vita umana minacciata" (Ibid.p 110) -.
Durito: - Cioè dici che c'è differenza tra un adulatore pagato da un partito politico ed un intellettuale (chicloso) delle idee? -
Brecht: - "Spesso ci domandiamo se l'arte del leccaculismo presupponga un talento innato. (…) In realtà, la maggioranza della gente può arrivare ad un grado medio di leccaculismo, non del tutto da disprezzare, dando semplicemente briglia sciolte alle sue inclinazioni naturali. Qualcosa di molto diverso succede con l'arte del leccaculismo: bisogna impararla. E per questo è necessaria assiduità, soprattutto. Solo l'esercizio e la perseveranza permettono di superare il leccaculismo volgare e corrente, e solo quando l'immaginazione si unisce alla pazienza si accede alla maestria. (…) Il leccaculismo praticato come arte crea formule originali, caratteristiche sentite in profondità: dà forma. Per il resto, l'arte del leccaculismo si può contare tra le poche arti che danno da mangiare" (Ibid p.101-102) -.
Durito: - Nohh, e bravo Bertold. Se tutto quello che dici adesso si sapesse, più di uno sobbalzerebbe, e non di gioia. Senti, se vai al presidio di fronte alla prigione di Santiaguito, forse ti faccio uno sconto per finire quella novella sui chiclosos tontini -.
Brecht ha salutato e Durito si è predisposto, ha detto, alla digestione. Cioè è rimasto lì tranquillo. Io ho lasciato i piatti da lavare perché il mio turno era già finito.
Fuori l'alba era un dubbio da risolvere…
IV - Supponiamo che…
Dietro la sua nuvola, Ombra guarda e scrive:
Manca ciò che mi manca. La sua assenza è una ferita che si rinnova ancora in questa cicatrice mal regalata dalle ore.
Ancora e quando vi so lontana, la luce che mi svela, con lo sguardo accorcio le distanze e nel vostro corpo marco i segnali per la rotta cui aspiro che percorreranno poi le mie labbra.
Bene, so che l'ombra che mi avvolge e nomina, si fa muro tra la vostra pelle e quella che ora mi fa male per non esserci.
Posso appena affacciarmi da una fessura e, attraverso essa, girare intorno ai vostri fianchi, cingerli con lo sguardo e con lo sguardo arrenderli. I miei occhi toccano quello che toccare non possono toccare le mie mani. Della vostra carne l'attesa, gentile e lontana luce, è catena crudele per tanta libera ansia, bavaglio perverso per il desiderio, ed eterna vergogna per chi impavido l'accetta. E maledico così questo tempo che pone muro sul muro che mi allontana dalla vostra grazia.
E mi prometto di vincere. Avvolto in ombre, io stesso ombra, arriverò al vostro corpo per rifare la rotta fino al nodo del desiderio per poi sceglierlo. Con le labbra toglierò i vestiti e le pene. Una promessa le disegnerò sulla nuca e col suo nome sussurrato le pettinerò i capelli. I suoi seni saranno coperti col mio petto ed i nostri fianchi si muoveranno all'unisono con affanni e gemiti. Le vostre mani si afferreranno alla mia schiena quando il piacere scivolerà fino alla piccola fine del suo ventre. Non ci sarà allora né luce né ombra, solo un lampo che langue con i nostri corpi sfiniti.
Attesa della mia attesa, alto volo, che dovrà compiere di nuovo l'alba…
Albeggia. L'alba nasconde le sue nostalgie nella pioggia di giugno. Sul tavolo, un libro resta aperto con l'aiuto del peso di una pipa rotta. In una pagina macchiata dalla cenere, con una riga irregolare sono sottolineati alcuni versi di Bertold Brecht:
La pioggia
Non ritorna verso l'alto
Quando la ferita
Non duole più,
Duole la cicatrice.
Da Città del Messico
(Subcomandante Insurgente Marcos)
quindi.. non si dimentica più.... R.
RispondiEliminaCome un leopardo non può cancellare le sue macchie...
RispondiEliminaCiao, D.