Los ratones



I topi stavano dentro la fogna, in mezzo agli escrementi, e crescevano a botte e veleno e quando ne ebbero la forza quei topi saltarono fuori, ma s'accorsero che c'era il gatto. Il gatto era pacifico, però quando vide i topi, con una zampata, li ricacciò nella fogna.
I topi provarono rabbia, ma più che la rabbia fu la paura che inchiodò quei topi alla fogna per sempre. Ma quei topi prolificarono e nacque una nuova generazione di topi che crebbero in mezzo agli escrementi della fogna a botte e veleno, e quando ne ebbero la forza fuori dalla fogna per fare a pezzi il gatto. Lo trovarono, lo scannarono, lo divorarono. Sui resti del gatto lasciarono i loro escrementi.
Ma quei topi si accorsero che c'erano molti altri gatti e soprattutto c'era il cane. Il cane era più grosso del gatto. Il cane era pacifico, ma quando vide i topi, con una zampata, li ricacciò nella fogna. Quei topi provarono rabbia, ma più che la rabbia fu la paura che inchiodò quei topi alla fogna per sempre.
Ma quei topi prolificarono e nacque una nuova generazione di topi, che crebbero in mezzo agli escrementi della fogna a botte e veleno, e quando ne ebbero la forza, quei topi saltarono fuori dalla fogna per fare a pezzi il cane. Lo trovarono, lo divorarono, lo fecero a pezzi. Sui resti del cane lasciarono i loro escrementi.
Ma quei topi si accorsero che c'erano molti altri cani e soprattutto c'era il vecchio, e il vecchio aveva il bastone. Il vecchio era pacifico, ma quando vide i topi li ricacciò, a colpi di bastone, dentro la loro fogna. Quei topi provarono rabbia, ma più che la rabbia fu la paura che inchiodò quei topi alla fogna per sempre.
Ma quei topi prolificarono e nacque una nuova generazione di topi, che crebbe in mezzo agli escrementi della fogna a botte e veleno, e quando quei topi ne ebbero la forza, saltarono fuori dalla fogna per uccidere il vecchio e fare a pezzi il suo bastone. Lo trovarono, lo scannarono, divorarono il vecchio e anche il bastone. E sui resti del bastone e del vecchio lasciarono i loro escrementi.
Ma quei topi si accorsero che c'erano molti altri vecchi, e giovani, uomini, donne, c'era un intero paese, anche tutte le bestie, gli animali del paese. Ma quei topi ormai erano tanti e prolificarono ancora e nacquero nuove generazioni di topi, che crescevano a botte e veleno nella fogna che era diventata la casa del vecchio.
Quando il paese si accorse che la casa del vecchio era una fogna infestata dai topi, il paese si mosse per andare a derattizzare la casa del vecchio. Ma i topi erano tanti. Saltarono addosso agli uomini, alle donne, ai vecchi, ai ragazzini e scannarono tutti. E persino gli animali, e anche gli uccelli che, appena si posavano a terra o su un ramo, venivano ammazzati dai topi.
E quando nel paese, che era ormai diventato una fogna, rimasero soltanto topi, i topi si saltarono addosso vicendevolmente, si scannarono, e morirono tutti. Ché un topo può vivere in una soffitta o nel giardino del re, in un palazzo reale o in una discarica, ma dove vive il topo, lì è sempre una fogna. Ché il topo può uccidere un uomo, un vecchio, un ragazzino, una bestia qualunque... ma quando muore, un topo fa sempre la fine del sorcio.

Ascanio Celestini


Los ratones estuvieron dentro de la alcantarilla, entre los excrementos, y crecieron a cuba y a veneno y cuando tuvieron de ello la fuerza aquellos ratones saltaron fuera, pero se percataron que hubo el gato. El gato fue pacífico, pero cuando vio los ratones, con un zarpazo, los devolvió en la alcantarilla.
Los ratones probaron rabia, pero más que la rabia fue el miedo que clavó para siempre aquellos ratones a la alcantarilla. Pero aquellos ratones multiplicaron, y nació una nueva generación de ratones, que creció entre los excrementos de la alcantarilla a cuba y a veneno, y cuando tuvieron de ello la fuerza, aquellos ratones saltaron fuera de la alcantarilla para hacer trizas el gato. Lo encontraron, lo degollaron, lo devoraron. Sobre los restos del gato dejaron sus excrementos.
Pero aquellos ratones se percataron que hubieron muchos otros gatos y sobre todo hubo el perro. El perro fue más grande que el gato. El perro fue pacífico, pero cuando vio los ratones, con un zarpazo, los devolvió en la alcantarilla. Aquellos ratones probaron rabia, pero más que la rabia fue el miedo que clavó para siempre aquellos ratones a la alcantarilla.
Pero aquellos ratones multiplicaron y nació una nueva generación de ratones, que crecieron entre los excrementos de la alcantarilla a cuba y a veneno, y cuando tuvieron de ello la fuerza, aquellos ratones saltaron fuera de la alcantarilla para matar el perro. Lo encontraron, lo devoraron, lo hicieron trizas. Sobre los restos del perro dejaron sus excrementos.
Pero aquellos ratones se percataron que hubieron muchos otros perros y sobre todo hubo el viejo, y el viejo tuvo el bastón. El viejo fue pacífico, pero cuando vio los ratones los devolvió, a golpes de bastón, dentro de su alcantarilla. Aquellos ratones probaron rabia, pero más que la rabia fue el miedo que clavó para siempre aquellos ratones a la alcantarilla.
Pero aquellos ratones multiplicaron y nació una nueva generación de ratones, que creció entre los excrementos de la alcantarilla a cuba y a veneno, y cuando aquellos ratones tuvieron de ello la fuerza, saltaron fuera de la alcantarilla para matar el viejo y manera a trozos su bastón. Lo encontraron, lo degollaron, devoraron el viejo y también el bastón. Y sobre los restos del bastón y el viejo dejaron sus excrementos.
Pero aquellos ratones se percataron que hubieron muchos otros viejos, y jóvenes, hombres, mujeres, fueron un entero país, también todas las bestias, los animales del país. Pero ya aquellos ratones fueron muchos y todavía multiplicaron y nacieron nuevas generaciones de ratones, que crecieron a cuba y a veneno en la alcantarilla que se convirtió en la casa del viejo.
Cuando el país se percató que la casa del viejo fue una alcantarilla infestada por los ratones, el país se movió para ir a desratizar la casa del viejo. Pero los ratones fueron muchos. Les saltaron encima a los hombres, a las mujeres, a los viejos, a los muchachitos y degollaron todo. Y hasta los animales, y también los pájaros que, en cuanto se posaron a tierra o sobre una rama, fueron matados por los ratones.
Y cuando en el país, que se volvió ya una alcantarilla, quedaron solamente ratones, los ratones se saltaron encima recíprocamente, se degollaron, y murieron todo. Que un ratón puede vivir en un desván o en el jardín del rey, en un edificio real o en un vertedero, pero dónde vive el ratón, allí siempre está una alcantarilla. Que el ratón puede matar a un hombre, un viejo, un muchachito, bestia cualquiera... pero cuando muere, un ratón hace siempre el fin del rata.

Ascanio Celestini


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