Se anuncia que pronto tendremos dedos biónicos para acariciar la luna, sin fecha todavía; y ya se sabe que dentro de quince años la cadena Hilton inaugurará su primer gran hotel sideral.
Ya resplandecen, en las naves espaciales, los avisos luminosos de Pizza Hut. Aquí, en la tierra, Picasso es el nombre del próximo modelo de automóviles Citroën y El Grito, el cuadro de Edvard Munch, ese alarido de un artista atormentado por lo que se veía venir, ha sido reciclado por la publicidad para un relanzamiento de los automóviles Pontiac. En Berlín acaba de cumplir su primer añito de vida un exitoso shopping center llamado Salvador Allende, de ocho mil metros cuadrados, en una calle que se llama Pablo Neruda.
Los robots no sólo desplazan a la mano de obra humana en las fábricas, sino que también están dejando sin trabajo al puño de obra en los rings de boxeo. Ya se celebran combates de robots en Las Vegas, en diversas categorías que van desde los pesos livianos (11 kilos) hasta los superpesados (221 kilos). Para alegría del respetable público, los boxeadores cibernéticos se destripan a golpes, con sus brazos mecánicos armados de hachas y sierras.
Cincuenta mil manifestantes hacen la vida imposible a los dueños del comercio mundial, reunidos en Seattle. Allí Bill Clinton, presidente del planeta, pronuncia un discurso: amenaza con sancionar a los países que no respeten los derechos de los trabajadores. McDonald’s, el restaurant preferido de Clinton, opera en todo el mundo, y en todo el mundo prohíbe que sus empleados se afilien a ningún sindicato.
Fast food: una nueva cadena japonesa de restaurantes está compitiendo exitosamente con McDonald’s. Los clientes no pagan por plato, sino por tiempo. Cuanto más rápido comen, menos pagan. El minuto cuesta treinta centavos de dólar. Sólo en Tokio, ya funcionan ciento ochenta de esas gasolineras humanas.
Fast life: espectacular auge de ventas de la droga Ritalín, en los Estados Unidos. El Ritalín actúa en el cerebro de los niños muy nerviosos y consigue que se estén quietecitos ante el televisor. Otro laboratorio está ensayando el Prozac infantil, con sabor a menta.
Libertad de expresión: Disney devora a ABC, Time Warner traga a CNN, Viacom se come a CBS con cuchillo y tenedor. Hace quince años, cincuenta empresas controlaban la comunicación en los Estados Unidos. Ahora, son ocho. Un monopolio compartido, que practica el monólogo a escala planetaria.
Tarzán, de los estudios Disney, es el mayor éxito del cine infantil al fin del milenio. La historia ocurre, como se sabe, en la selva africana. En la película no aparece ningún negro.
La primera Guerra del Golfo, que dejó montañas de cadáveres en Irak, se vende en video, rubro acción, título Tormenta en el Desierto, como se venden Robocop o Terminator.
Comparando los datos de diversos organismos internacionales (PNUD, Unicef, FAO, OMS, International Institute for Strategic Studies) se llega a la conclusión de que el dinero que el mundo destina a gastos militares durante once días alcanzaría para alimentar y curar a todos los niños hambrientos y enfermos del planeta, y sobrarían 354 días para el noble oficio de matar.
La organización Veterinarios sin Fronteras compara una gallina con un avión de guerra. La gallina cuesta cinco dólares y el avión siete millones; la gallina desarrolla una velocidad punta de un kilómetro por día y el avión duplica la velocidad del sonido; la gallina pone un huevo por día y el avión pone catorce bombas por viaje, que pueden matar a más de mil personas.
Al fin del milenio, la población mundial llega a los seis millardos. La tierra produce alimentos de sobra para dar de comer a todas las bocas, pero hay mil trescientos millones de hambrientos. "Pobres habrá siempre, Jesús lo dijo", explica el teólogo argentino Carlos Menem.
Globalización. Salario de un obrero de la General Motors en los Estados Unidos: 19 dólares por hora. Salario de un obrero de la General Motors, al otro lado de la frontera: 1,50 por hora.
Libertad de comercio. Según la revista The Economist, el valor real de las materias primas que venden los países pobres es hoy seis veces menor que hace ochenta años. Mucho antes, había escrito Jean-Jacques Rousseau: "En las relaciones entre el fuerte y el débil, la libertad oprime".
Los países riquísimos anuncian que perdonarán las deudas incobrables de los países pobrísimos, siempre y cuando intensifiquen sus políticas de ajuste, o sea: que reduzcan todavía más los salarios, ya tan enanos que da para sentir envidia de los tiempos en los que la esclavitud se llamaba esclavitud.
Los despilfarros de la sociedad de consumo, los delirios tecnológicos y las pirotecnias militares están enloqueciendo el clima del mundo. Pero se llaman "catástrofes naturales" las inundaciones, huracanes, nevadas, incendios y sequías que, según el Worldwatch Institute, están expulsando de sus hogares, cada año, a trescientos millones de personas.
La revista The Economist difunde, en noviembre de 1999, una estimación de las víctimas de los ensayos nucleares en la industria de armamentos. Según el cálculo de la especialista Rosalie Bertell, las explosiones nucleares han matado, enfermado o deformado, directa o indirectamente, nada menos que a mil doscientos millones de personas, a lo largo de medio siglo.
El Pentágono anuncia una buena noticia para la ecología. A partir del año 2003, usará balas que no contaminarán el ambiente. El plomo será reemplazado por el tungsteno.
Tres organizaciones internacionales — World Conservation Monitoring Centre, WWF International y New Economic Foundation —, afirman que el mundo ha perdido, en los últimos treinta años, casi un tercio de su riqueza natural. Es el peor exterminio de la naturaleza desde la época de los dinosaurios. Dice Woody Allen, mi ideólogo preferido: "El futuro me preocupa, porque es el lugar donde pienso pasar el resto de mi vida".
Eduardo Galeano
Si annuncia che presto avremo dita bioniche per accarezzare la luna, anche se non c'è ancora una data precisa; e si sa già che tra quindici anni la catena Hilton inaugurerà il suo primo grand hotel siderale.
Brillano già, sulle navi spaziali, le insegne luminose di Pizza Hut. Qui, sulla terra, Picasso è il nome del prossimo modello di automobile Citroën e l'Urlo, il quadro di Edvard Munch, quell'urlo di un artista tormentato per quello che si vedeva arrivare, è stato riciclato per la pubblicità del rilancio delle automobili Pontiac. A Berlino ha appena compiuto, con successo, il suo primo anno di vita uno shopping center chiamato Salvador Allende, ottomila metri quadrati in una strada che si chiama Pablo Neruda.
I robot non solo rimpiazzano la manodopera umana nelle fabbriche, ma stanno anche lasciando senza lavoro il "pugno d'opera" nei rings di pugilato. Già si celebrano combattimenti di robot a Las Vegas, tra diverse categorie che vanno dai pesi leggeri (11 chili) fino ai supermassimi (221 chili). Per la gioia del rispettabile pubblico, i pugili cibernetici si sventrano a furia di colpi, con le loro braccia meccaniche armate di asce e catene.
Cinquantamila manifestanti rendono la vita impossibile ai padroni del commercio mondiale, riuniti a Seattle. Lì Bill Clinton, presidente del pianeta, pronuncia un discorso: minaccia di sanzionare i paesi che non rispettino i diritti dei lavoratori. McDonald's, il ristorante preferito di Clinton, opera in tutto il mondo, ed in tutto il mondo proibisce che i suoi dipendenti si iscrivino a un sindacato.
Fast food: una nuova catena giapponese di ristoranti sta facendo concorrenza con successo a McDonald's. I clienti non pagano a piatto, bensì a tempo. Quanto più mangiano rapidamente, meno pagano. Ogni minuto costa trenta centesimi di dollaro. Solo a Tokyo funzionano già centottanta di questi distributori di benzina umani.
Fast life: spettacolare exploit di vendite del farmaco Ritalín, negli Stati Uniti. Il Ritalín agisce sul cervello dai bambini molto nervosi ed ottiene che se ne stiano calmi e buoni davanti la televisore. Un altro laboratorio sta sperimentando il Prozac infantile, al sapore di menta.
Libertà di espressione: Disney divora la ABC, Time Warner inghiotte la CNN, Viacom si mangia CBS con coltello e forchetta. Quindici anni fa, cinquanta società controllavano la comunicazione negli Stati Uniti. Ora, sono otto. Un oligopolio che pratica il monologo su scala planetaria.
Tarzan, degli studios Disney, è il maggiore successo del cinema per ragazzi di fine millennio. La storia si svolge, come sappiamo, nella foresta africana. Nel film non compare nessun nero.
La prima Guerra del Golfo, che lasciò montagne di cadaveri in Iraq, si vende in video, genere azione, titolo Tempesta nel Deserto, allo stesso modo di come si vendono Robocop o Terminator.
Paragonando i dati di diversi organismi internazionali (PNUD, Unicef, FAO, OMS, International Institute for Strategic Studies) si giunge alla conclusione che il denaro che il mondo destina a spese militari per undici giorni sarebbe sufficiente ad alimentare e curare tutti i bambini affamati e malati del pianeta, e resterebbero comunque altri 354 giorni per il nobile mestiere di ammazzare.
L'organizzazione Veterinari senza Frontiere ha paragonato una gallina con un aeroplano da guerra. La gallina costa cinque dollari e l'aeroplano sette milioni; la gallina sviluppa una velocità di punta di un chilometro al giorno e l'aeroplano duplica la velocità del suono; la gallina depone un uovo e l'aeroplano sgancia quattordici bombe per viaggio che possono ammazzare oltre mille persone.
Al fine del millennio, la popolazione mondiale arriverà ai sei miliardi. La terra produce alimenti in quantità sufficiente per dar da mangiare a tutte le bocche, ma ci sono milletrecento milioni di affamati. "I poveri ci saranno sempre, lo disse Gesù", spiega il teologo argentino Carlos Menem.
Globalizzazione. Salario di un operaio della Generale Motors negli Stati Uniti: 19 dollari l'ora. Salario di un operaio della Generale Motors al di là della frontiera: 1,50 l'ora.
Libertà di commercio. Secondo la rivista The Economist, il valore reale delle materie prime che vendono i paesi poveri è oggi sei volte minore di ottanta anni fa. Molto prima, aveva scritto Jean-Jacques Rousseau: "Nelle relazioni tra il forte e il debole, la libertà opprime".
I paesi più ricchi annunciano che rimetteranno i debiti inesigibili dei paesi poveri, a patto che intensifichino le loro politiche di risanamento, e cioè: che riducano ancora di più i salari, già tanto minimi da far rimpiangere con invidia i tempi nei quali lo schiavitú si chiamava schiavitú.
Gli sperperi della società del consumo, i deliri tecnologici e i fuochi d'artificio militari stanno facendo impazzire il clima del pianeta. Ma vengono chiamate "catastrofi naturali" le inondazioni, uragani, nevicate, incendi e siccità che, secondo il Worldwatch Institute, stanno cacciando dalle proprie case, ogni anno, trecento milioni di persone.
La rivista The Economist ha pubblicato, nel novembre 1999, una stima delle vittime dei test nucleari dell'industria degli armamenti. Secondo il calcolo della specialista Rosalie Bertell, le esplosioni nucleari hanno ammazzato, contaminato o deformato, direttamente o indirettamente, non meno di milleduecento milioni di persone nell'arco di mezzo secolo.
Il Pentagono annuncia una buona notizia per l'ecologia. A partire dall'anno 2003, userà pallottole che non inquineranno l'ambiente. Il piombo sarà rimpiazzato dal tungsteno.
Tre organizzazioni internazionali - World Conservation Monitoring Centre, WWF International y New Economic Foundation - affermano che il pianeta ha perso, negli ultimi trent'anni, quasi un terzo della sua ricchezza naturale. È il peggiore sterminio della natura dall'epoca dei dinosauri. Dice Woody Allen, il mio ideologo preferito: "Il futuro mi preoccupa, perché è il posto dove penso di passare il resto della mia vita".
Eduardo Galeano
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