El pastor Miguel Brun me contó que hace algunos años estuvo con los indios del Chaco paraguayo. Él formaba parte de una misión evangelizadora. Los misioneros visitaron a un cacique que tenía prestigio de muy sabio.
El cacique, un gordo quieto y callado, escuchó sin pestañear la propaganda religiosa que le leyeron en lengua de los indios. Cuando la lectura terminó, los misioneros se quedaron esperando…
El cacique se tomó su tiempo. Después opinó:
- Eso rasca. Y rasca mucho, y rasca muy bien.
Y sentenció:
- Pero rasca donde no pica.
Eduardo Galeano
El cacique, un gordo quieto y callado, escuchó sin pestañear la propaganda religiosa que le leyeron en lengua de los indios. Cuando la lectura terminó, los misioneros se quedaron esperando…
El cacique se tomó su tiempo. Después opinó:
- Eso rasca. Y rasca mucho, y rasca muy bien.
Y sentenció:
- Pero rasca donde no pica.
Eduardo Galeano
Il pastore Miguel Brun mi raccontò che alcuni anni fa stette con gli indios del Chaco paraguaiano. Egli faceva parte di una missione evangelizzatrice. I missionari visitarono un capo tribù indiano che aveva prestigio di essere molto saggio.
Il capo tribù indiano, un grasso quieto e silenzioso, ascoltò senza battere ciglio la propaganda religiosa che gli lessero nella lingua degli indios. Quando la lettura finì, i missionari rimasero in attesa...
Il capo tribù indiano si prese il suo tempo. Poi osservò:
- Questo gratta. E gratta molto, e gratta molto bene.
E concluse:
- Ma gratta dove non prude.
Eduardo Galeano
Nessun commento:
Posta un commento