Segunda Declaración de la Selva Lacandona



Segunda Declaración de la Selva Lacandona

Ejército Zapatista de Liberación Nacional México

Hoy decimos: ¡No nos rendiremos!

"... no son únicamente los que portan espadas que chorrean sangre y despiden rayos fugaces de gloria militar, los escogidos a designar el personal del gobierno de un pueblo que quiere democratizarse; ese derecho lo tienen también los ciudadanos que han luchado en la prensa y en la tribuna, que están identificados con los ideales de la Revolución y han combatido al despotismo que barrena nuestras leyes; porque no es sólo disparando proyectiles en los campos de batalla como se barren las tiranías; también lanzando ideas de redención, frases de libertad y anatemas terribles contra los verdugos del pueblo, se derrumban dictaduras, se derrumban imperios (...) y si los hechos históricos nos demuestran que la demolición de toda tiranía, que el derrumbamiento de todo mal gobierno es obra conjunta de la idea con la espada, es un absurdo, es una aberración, es un despotismo inaudito querer segregar a los elementos sanos que tienen el derecho de elegir al Gobierno, porque la soberanía de un pueblo la constituyen todos los elementos sanos que tienen conciencia plena, que son conscientes de sus derechos, ya sean civiles o armados accidentalmente, pero que aman la libertad y la justicia y laboran por el bien de la Patria."
Emiliano Zapata en voz de Paulino Martínez, delegado zapatista a la Soberana Convención Revolucionaria, Aguascalientes, Ags., México, 27 de octubre de 1914.

Al pueblo de México:
A los pueblos y gobiernos del mundo:
Hermanos:
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional, en pie de guerra contra el mal gobierno desde el 1 de Enero de 1994, se dirige a ustedes para dar a conocer su pensamiento:

I
Hermanos mexicanos:
En diciembre de 1993 dijimos ¡BASTA! El primero de enero de 1994 llamamos a los poderes Legislativo y Judicial a asumir su responsabilidad constitucional para que impidieran la política genocida que el poder Ejecutivo Federal impone a nuestro pueblo, y fundamentamos nuestro derecho constitucional al aplicar el artículo 39° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos:
"La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene, en todo tiempo, el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno."
A este llamado se respondió con la política del exterminio y la mentira. Los poderes de la Unión ignoraron nuestra justa demanda y permitieron la masacre. Pero sólo duró 12 días esta pesadilla, pues otra fuerza superior a cualquier poder político o militar se impuso a las partes en conflicto. La Sociedad Civil asumió el deber de preservar a nuestra patria, ella manifestó su desacuerdo con la masacre y obligó a dialogar; todos comprendimos que los días del eterno partido en el poder, quien detenta para su beneficio el producto del trabajo de todos los mexicanos, no puede continuar más; que el presidencialismo que lo sustenta impide la libertad y no debe ser permitido, que la cultura del fraude es el método con el que se imponen e impiden la democracia, que la justicia sólo existe para los corruptos poderosos, que debemos hacer que quien mande lo haga obedeciendo, que no hay otro camino.
Eso todos los mexicanos honestos y de buena fe, la Sociedad Civil, lo han comprendido, sólo se oponen aquellos que han basado su éxito en el robo al erario público, los que protegen, prostituyendo a la justicia, a los traficantes y asesinos, a los que recurren al asesinato político y al fraude electoral para imponerse.
Sólo esos fósiles políticos planean de nuevo dar marcha atrás a la historia de México y borrar de la conciencia nacional el grito que hizo suyo todo el país desde el primero de enero del 94: ¡YA BASTA!
Pero no lo permitiremos. Hoy no llamamos a los fallidos poderes de la Unión que no supieron cumplir con su deber constitucional, permitiendo que el Ejecutivo Federal los controlara. Si esta legislatura y los magistrados no tuvieron dignidad. otras vendrán que si entiendan que deben servir a su pueblo y no a un individuo, nuestro llamado trasciende mas allá de un sexenio o una elección presidencial en puerta. Es en la SOCIEDAD CIVIL, en quien reside nuestra soberanía, es el pueblo quien puede, en todo tiempo, alterar o modificar nuestra forma de gobierno y lo ha asumido ya. Es a él a quien hacemos un llamado en esta SEGUNDA DECLARACIÓN DE LA SELVA LACANDONA para decirle:

Primero.
Hemos cumplido sin falta el llevar las acciones bélicas dentro de los convenios sobre la guerra establecidos a nivel mundial: ello nos ha permitido el reconocimiento tácito de nacionales y extranjeros como fuerza beligerante. Seguiremos cumpliendo con dichos convenios.

Segundo.
Ordenamos a nuestras fuerzas regulares e irregulares en todo el territorio nacional y en el extranjero la PRÓRROGA UNILATERAL DEL CESE AL FUEGO OFENSIVO. Mantendremos el respeto al cese al fuego para permitir a la sociedad civil que se organice en las formas que considere pertinentes para lograr el tránsito a la democracia en nuestro país.

Tercero.
Condenamos la amenaza que sobre la Sociedad Civil se cierne al militarizar el país, con personal y modernos equipos represivos, en vísperas de la jornada para elecciones federales. No hay duda de que el gobierno salinista pretende imponerse por la cultura del fraude. NO LO PERMITIREMOS.

Cuarto.
Proponemos a todos los partidos políticos independientes el que reconozcan ahora el estado de intimidación y de privación de los derechos políticos que ha sufrido nuestro pueblo los últimos 65 años y que se pronuncien por asumir un gobierno de transición política hacia la democracia.

Quinto.
Rechazamos la manipulación y el tratar de desligar nuestras justas demandas de las del pueblo mexicano. Somos mexicanos y no depondremos ni nuestras demandas ni nuestras armas si no son resueltas la Democracia, la Libertad y la Justicia para todos.

Sexto.
Reiteramos nuestra disposición a una solución política en el tránsito a la democracia en México. Llamamos a la Sociedad Civil a que retome el papel protagónico que tuvo para detener la fase militar de la guerra y se organice para conducir el esfuerzo pacífico hacia la democracia, la libertad y la justicia. El cambio democrático es la única alternativa de la guerra.

Séptimo.
Llamamos a los elementos honestos de la sociedad civil a un Diálogo Nacional por la Democracia, la Libertad y la Justicia para todos los mexicanos.
Por eso decimos:

II
Hermanos:
Después de iniciada la guerra, en enero de 1994, el grito organizado del pueblo mexicano detuvo el enfrentamiento y se llamó al diálogo entre las partes contendientes. A las justas demandas del EZLN, el gobierno federal respondió con una serie de ofrecimientos que no tocaban el punto esencial del problema: la falta de justicia, de libertad y de democracia en las tierras mexicanas.
El límite del cumplimiento de los ofrecimientos del gobierno federal a las demandas del EZLN es el que se marca asimismo el sistema político del partido en el poder. Este sistema es el que ha hecho posible que en el campo mexicano subsista y se sobreponga al poder constitucional otro poder cuyas raíces posibilitan el mantenimiento del partido en el poder. Es este sistema de complicidad el que hace posible la existencia y beligerancia de cacicazgos, el poder omnipotente de los ganaderos y comerciantes y la penetración del narcotráfico... El solo ofrecimiento de los llamados Compromisos para una Paz Digna en Chiapas provocó gran revuelo y un abierto desafío de estos sectores. El sistema político unipartidista trata de maniobrar en este reducido horizonte que su existencia como tal le impone: no puede dejar de tocar a estos sectores sin atentar contra sí mismo, y no puede dejar las cosas como antes sin que aumente la beligerancia de los campesinos e indígenas. En suma: el cumplimiento de los compromisos implica, necesariamente, la muerte del sistema de partido de Estado. Por suicidio o por fusilamiento, la muerte del actual sistema político mexicano es condición necesaria, aunque no suficiente, del tránsito a la democracia en nuestro país. Chiapas no tendrá solución real si no se soluciona México.
El EZLN ha entendido que el problema de la pobreza mexicana no es sólo la falta de recursos. Más allá, su aportación fundamental es entender y plantear que cualquier esfuerzo, en algún sentido o en todos, sólo pospondrá el problema si estos esfuerzos no se dan dentro de un nuevo marco de relaciones políticas nacionales, regionales y locales: un marco de democracia, libertad y justicia. El problema del poder no será quién es el titular, sino quién lo ejerce. Si el poder lo ejerce la mayoría, los partidos políticos se verán obligados a confrontarse a esa mayoría y no entre sí.
Replantear el problema del poder en este marco de democracia, libertad y justicia obligará a una nueva cultura política dentro de los partidos. Una nueva clase de políticos deberá nacer y, a no dudarlo, nacerán partidos políticos de nuevo tipo.
No estamos proponiendo un mundo nuevo, apenas algo muy anterior: la antesala del nuevo México. En este sentido, esta revolución no concluirá en una nueva clase, fracción de clase o grupo en el poder, sino en un "espacio" libre y democrático de lucha política. Este "espacio" libre y democrático nacerá sobre el cadáver maloliente del sistema de partido de Estado y del presidencialismo. Nacerá una relación política nueva. Una nueva política cuya base no sea una confrontación entre organizaciones políticas entre sí, sino la confrontación de sus propuestas políticas con las distintas clases sociales, pues del apoyo real de éstas dependerá la titularidad del poder político, no su ejercicio. Dentro de esta nueva relación política, las distintas propuestas de sistema y rumbo (socialismo, capitalismo, socialdemocracia, liberalismo, democracia cristiana, etcétera) deberán convencer a la mayoría de la Nación de que su propuesta es la mejor para el país. Pero no sólo eso, también se verán "vigilados" por ese país al que conducen de modo que estén obligados a rendir cuentas regulares y al dictamen de la Nación respecto a su permanencia en la titularidad del poder o su remoción. El plebiscito es una forma regulada de confrontación Poder-partido político-Nación y merece un lugar relevante en la máxima ley del país.
La actual legislación mexicana es demasiado estrecha para estas nuevas relaciones políticas entre gobernantes y gobernados. Es necesaria una Convención Nacional Democrática de la que emane un Gobierno Provisional o de Transición, sea mediante la renuncia del Ejecutivo federal o mediante la vía electoral.
Convención Nacional Democrática y Gobierno de Transición deben desembocar en una nueva Carta Magna en cuyo marco se convoque a nuevas elecciones. El dolor que este proceso significará para el país será siempre menor al daño que produzca una guerra civil. La profecía del sureste vale para todo el país, podemos aprender ya de lo ocurrido y hacer menos doloroso el parto del nuevo México.
El EZLN tiene una concepción de sistema y de rumbo para el país. La madurez política del EZLN, su mayoría de edad como representante del sentir de una parte de la Nación, está en que no quiere imponerle al país esta concepción. El EZLN reclama lo que para sí mismo es evidente: la mayoría de edad de México y el derecho de decidir, libre y democráticamente, el rumbo que habrá de seguir. De esta antesala histórica saldrá no sólo un México más justo y mejor, también saldrá un mexicano nuevo. A esto apostamos la vida, a heredar a los mexicanos de pasado mañana un país en el que no sea una vergüenza vivir...
El EZLN, en un ejercicio democrático sin precedentes dentro de una organización armada, consultó a sus componentes sobre la firma o no de la propuesta de acuerdos de paz del gobierno federal. Viendo que el tema central de democracia, libertad y justicia para todos no había sido resuelto, las bases del EZLN, indígenas en su mayoría, decidieron rechazar la firma de la propuesta gubernamental.
En condiciones de cerco y presionados por distintos lugares que amenazaban con el exterminio si no se firmaba la paz, los zapatistas reafirmamos nuestra decisión de conseguir una paz con justicia y dignidad y en ello empeñar la vida y la muerte. En nosotros encuentra, otra vez, lugar la historia de lucha digna de nuestros antepasados. El grito de dignidad del insurgente Vicente Guerrero, "Vivir por la Patria o Morir por la Libertad", vuelve a sonar en nuestras gargantas. No podemos aceptar una paz indigna.
Nuestro camino de fuego se abrió ante la imposibilidad de luchar pacíficamente por derechos elementales del ser humano. El más valioso de ellos es el derecho a decidir, con libertad y democracia, la forma de gobierno. Ahora la posibilidad de tránsito pacífico a la democracia y a la libertad se enfrenta a una nueva prueba: el proceso electoral de agosto de 1994. Hay quienes apuestan al periodo poselectoral predicando la apatía y el desengaño desde la inmovilidad. Pretenden usufructuar la sangre de los caídos en todos los frentes de combate, violentos y pacíficos, en la ciudad y en el campo. Fundan su proyecto político en el conflicto posterior a las elecciones y esperan, sin nada hacer, a que la desmovilización política abra otra vez la gigantesca puerta de la guerra. Ellos salvarán, dicen, al país.
Otros apuestan desde ahora a que el conflicto armado se reinicie antes de las elecciones y la ingobernabilidad sea aprovechada por ellos para perpetuarse en el poder. Como ayer hicieron usurpando la voluntad popular con el fraude electoral, hoy y mañana, con el río revuelto de una guerra civil preelectoral, pretenden alargar la agonía de una dictadura que, enmascarada en el partido de Estado, dura ya décadas. Algunos más, apocalípticos estériles, razonan ya que la guerra es inevitable y se sientan a esperar para ver pasar el cadáver de su enemigo... o de su amigo. El sectario supone, erróneamente, que el solo accionar de los fusiles podrá abrir el amanecer que nuestro pueblo espera desde que la noche se cerró, con las muertes de Villa y Zapata, sobre el suelo mexicano.
Todos estos ladrones de la esperanza suponen que detrás de nuestras armas hay ambición y protagonismo, que esto conducirá nuestro andar en el futuro. Se equivocan. Detrás de nuestras armas de fuego hay otras armas, las de la razón. Y a ambas las anima la esperanza. No dejaremos que nos la roben.
La esperanza con gatillo tuvo su lugar en el inicio del año. Es ahora preciso que espere. Es preciso que la esperanza que anda en las grandes movilizaciones vuelva al lugar protagónico que le corresponde por derecho y razón. La bandera está ahora en manos de los que tienen nombre y rostro, de gentes buenas y honestas que caminan rutas que no son la nuestra, pero cuya meta es la misma que anhelan nuestros pasos. Nuestro saludo y nuestra esperanza de que lleven esa bandera adonde debe de estar. Nosotros estaremos esperando, de pie y con dignidad. Si esa bandera cae, nosotros sabremos levantarla de nuevo...
Que la esperanza se organice, que camine ahora en los valles y ciudades como ayer en las montañas. Peleen con sus armas, no se preocupen de nosotros. Sabremos resistir hasta lo último. Sabremos esperar... y sabremos volver si se cierran de nuevo todas las puertas para que la dignidad camine.
Por esto nos dirigimos a nuestros hermanos de las organizaciones no gubernamentales, de las organizaciones campesinas e indígenas, trabajadores del campo y de la ciudad, maestros y estudiantes, amas de casa y colonos, artistas e intelectuales, de los partidos independientes, mexicanos:
Los llamamos a un diálogo nacional con el tema de Democracia, Libertad y Justicia. Para esto lanzamos la presente:

Convocatoria para la Convención Nacional Democrática

Nosotros, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, en lucha por lograr la democracia, la libertad y la justicia que nuestra patria merece, y considerando:

Primero.
Que el supremo gobierno ha usurpado también la legalidad que nos heredaron los héroes de la Revolución Mexicana.
Segundo. Que la Carta Magna que nos rige no es ya más la voluntad popular de los mexicanos.

Tercero.
Que la salida del usurpador del Ejecutivo federal no basta y es necesaria una nueva ley para nuestra patria nueva, la que habrá de nacer de las luchas de todos los mexicanos honestos.

Cuarto.
Que son necesarias todas las formas de lucha para lograr el tránsito a la democracia en México.

Llamamos a la realización de una Convención Democrática, nacional, soberana y revolucionaria, de la que resulten las propuestas de un gobierno de transición y una nueva ley nacional, una nueva Constitución que garantice el cumplimiento legal de la voluntad popular.
El objetivo fundamental de la Convención Nacional Democrática es organizar la expresión civil y la defensa de la voluntad popular.
La soberana convención revolucionaria será nacional en tanto su composición y representación deberá incluir a todos los estados de la Federación, plural en el sentido en que las fuerzas patriotas podrán estar representadas, y democrática en la toma de decisiones, recurriendo a la consulta nacional.
La convención estará presidida, libre y voluntariamente, por civiles, personalidades públicas de reconocido prestigio, sin importar su filiación política, raza, credo religioso, sexo o edad.
La convención se formará a través de comités locales, regionales y estatales en ejidos, colonias, escuelas y fábricas por civiles. Estos comités de la convención se encargarán de recabar las propuestas populares para la nueva ley constitucional y las demandas a cumplir por el nuevo gobierno que emane de ésta.
La convención debe exigir la realización de elecciones libres y democráticas y luchar, sin descanso, por el respeto a la voluntad popular.
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional reconocerá a la Convención Democrática Nacional como representante auténtico de los intereses del pueblo de México en su tránsito a la democracia.
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional se encuentra ya en todo el territorio nacional y está ya en posibilidad de ofrecerse al pueblo de México como Ejército garante del cumplimiento de la voluntad popular.
Para la primera reunión de la Convención Nacional Democrática, el EZLN ofrece como sede un poblado zapatista y todos los recursos con que cuenta.
La fecha y lugar de la primera sesión de la Convención Nacional Democrática será dada a conocer en su oportunidad.

III
Hermanos mexicanos:
Nuestra lucha continúa. Sigue ondeando la bandera zapatista en las montañas del Sureste mexicano y hoy decimos: ¡No nos rendiremos!
De cara a la montaña hablamos con nuestros muertos para que en su palabra viniera el buen camino por el que debe andar nuestro rostro amordazado.
Sonaron los tambores y en la voz de la tierra habló nuestro dolor y nuestra historia habló nuestro dolor y nuestra historia habló.
"Para todos todo" dicen nuestros muertos. Mientras no sea así, no habrá nada para nosotros.
Hablen la palabra de los otros mexicanos, encuentren del corazón el oído de aquellos por los que luchamos. Invítenlos a caminar los pasos dignos de los que no tienen rostro. Llamen a todos a resistir que nadie reciba nada de los que mandan mandando. Hagan del no venderse una bandera común para los más. Pidan que no sólo llegue palabra de aliento para nuestro dolor. Pidan que lo compartan, pidan que con ustedes resistan, que rechacen todas las limosnas que del poderoso vienen. Que las gentes buenas todas de estas tierras organicen hoy la dignidad que resiste y no se vende, que mañana esa dignidad se organice para exigir que la palabra que anda en el corazón de los mayoritarios tenga verdad y saludo de los que gobiernan, que se imponga el buen camino de que el que mande, mande obedeciendo.
¡No se rindan! ¡Resistan! No falten al honor de la palabra verdadera. Con dignidad resistan en las tierras de los hombres y mujeres verdaderos, que las montañas cobijen el dolor de los hombres de maíz. ¡No se rindan! ¡Resistan! ¡No se vendan! ¡Resistan!
Así hablo su palabra del corazón de nuestros muertos de siempre. Vimos nosotros que es buena su palabra de nuestros muertos, vimos que hay verdad y dignidad en su consejo. Por eso llamamos a todos nuestros hermanos indígenas mexicanos a que resistan con nosotros. Llamamos a los campesinos todos a que resistan con nosotros, a los obreros, a los empleados, a los colonos, a las amas de casa, a los estudiantes, a los maestros, a los que hacen del pensamiento y la palabra su vida. A todos los que dignidad y vergüenza tengan, a todos llamamos a que con nosotros resistan, pues quiere el mal gobierno que no haya democracia en nuestros suelos. Nada aceptaremos que venga del corazón podrido del mal gobierno, ni una moneda sola ni un medicamento ni una piedra ni un grano de alimento ni una migaja de las limosnas que ofrece a cambio de nuestro digno caminar.
No recibiremos nada del supremo gobierno. Aunque aumenten nuestro dolor y nuestra pena; aunque la muerte siga con nosotros en mesa, tierra y lecho; aunque veamos que otros se venden a la mano que los oprime; aunque todo duela; aunque la pena llore hasta en las piedras. No aceptaremos nada. Resistiremos. No recibiremos nada del gobierno. Resistiremos hasta que el que mande, mande obedeciendo.
Hermanos: No se vendan. Resistan con nosotros. No se rindan. Resistan con nosotros. Repitan con nosotros, hermanos, la palabra de "¡No nos rendimos! ¡Resistimos!" Que se escuche no sólo en las montañas del Sureste mexicano, que se escuche en el norte y en las penínsulas, que en ambas costas se escuche, que en el centro se oiga, que en valles y montañas se vuelva grito, que resuene en la ciudad y en el campo. Unan su voz hermanos, griten con nosotros, hagan suya nuestra voz:
¡No nos rendimos! ¡Resistimos!
Que la dignidad rompa el cerco con el que las manos sucias del mal gobierno nos asfixian. Todos estamos cercados, no dejan que la democracia, la libertad y la justicia entren a tierras mexicanas. Hermanos: todos estamos cercados, ¡No nos rindamos! ¡Resistamos! ¡Seamos dignos! ¡No nos vendamos¡
¿De qué le servirán al poderoso sus riquezas si no puede comprar lo más valioso en estas tierras? ¿Si la dignidad de los mexicanos todos no tiene precio, para qué el poder del poderoso?

¡La dignidad no se rinde!
¡La dignidad resiste!
¡Democracia!
¡Libertad!
¡Justicia!
Desde las montañas del Sureste mexicano.
Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General
del Ejército Zapatista de Liberación Nacional


Subcomandante Insurgente Marcos



Seconda Dichiarazione della Selva Lacandona

Esercito Zapatista di Liberazione Nazionale

Oggi diciamo: Non ci arrenderemo!

"...non sono unicamente quelli che portano spade grondanti di sangue e rifulgono di fugaci raggi di gloria militare, gli eletti a designare i membri del governo di un paese che vuole democratizzarsi; quel diritto ce l'hanno anche i cittadini che hanno lottato sulla stampa e nei comizi, che si sono identificati con gli ideali della Rivoluzione e hanno combattuto il dispotismo che viola le nostre leggi; perché non è solo sparando proiettili sui campi di battaglia che si cancellano le tirannie; anche lanciando idee di redenzione, frasi di libertà ed anatemi terribili contro i boia del paese, si abbattono le dittature, si abbattono gli imperi (…) e se i fatti storici ci dimostrano che la demolizione di ogni tirannia, che il crollo di tutti i malgoverni è un’opera congiunta dell'idea con la spada, è un assurdità, è un'aberrazione, è un dispotismo inaudito voler segregare gli elementi sani che hanno il diritto di scegliere il Governo, perché la sovranità di un popolo è costituita da tutti gli elementi sani che hanno una coscienza piena, che sono coscienti dei loro diritti, siano essi civili o combattenti temporaneamente, ma che amano la libertà e la giustizia e lavorano per il bene della Patria".
Emiliano Zapata per voce di Paulino Martínez, delegato zapatista alla Sovrana Convenzione Rivoluzionaria, Aguascalientes, Ags., Messico, 27 ottobre 1914

Al popolo del Messico:
Ai popoli ed ai governi del mondo:
Fratelli:
L'Esercito Zapatista di Liberazione Nazionale, sul piede di guerra contro il mal governo dal 1° Gennaio 1994, si rivolge a voi per farvi conoscere il suo pensiero:

I
Fratelli messicani:
Nel dicembre 1993 dicemmo BASTA! Il primo gennaio 1994 abbiamo chiamato i poteri Legislativo e Giudiziario ad assumersi le loro responsabilità costituzionali affinché impedissero la politica di genocidio che il potere Esecutivo Federale impone al nostro popolo, basandoci sul nostro diritto costituzionale di applicare l'articolo 39 della Costituzione Politica degli Stati Uniti Messicani:
"La sovranità nazionale risiede essenzialmente ed originariamente nel popolo. Ogni potere pubblico emana dal popolo e si istituisce a suo beneficio. Il popolo ha, in ogni tempo, l'inalienabile diritto di alterare o modificare la forma del suo governo”.
A questo appello si è risposto con la politica dello sterminio e della menzogna. I poteri dell'Unione hanno ignorato la nostra giusta richiesta ed hanno permesso il massacro. Ma questo incubo è durato solo 12 giorni, perché un'altra forza, superiore a qualunque potere politico o militare, si è imposta sulle parti in conflitto. La Società Civile si è assunta il compito di preservare la nostra patria, ha manifestato il suo disaccordo col massacro ed ha obbligato al dialogo; tutti abbiamo compreso che l'eterno partito al potere, che detiene a suo beneficio il prodotto del lavoro di tutti i messicani, non può più continuare; che il presidenzialismo che lo sostiene impedisce la libertà e non deve essere più permesso, che la cultura della frode è il metodo col quale si impongono ed ostacolano la democrazia, che la giustizia esiste solo per i corrotti potenti, che dobbiamo far sì che chi comanda lo faccia obbedendo, che non c'è un'altra strada.
Questo è ciò che tutti i messicani onesti ed in buona fede, la Società Civile, hanno compreso, solo si oppongono quelli che hanno basato il proprio successo sul furto dell’erario pubblico, quelli che proteggono, prostituendo la giustizia, i trafficanti e gli assassini, quelli che ricorrono all'assassinio politico ed alla frode elettorale per imporsi.
Solo questi fossili politici progettano di nuovo di far fare retromarcia alla storia del Messico e di cancellare dalla coscienza nazionale il grido che tutto il paese ha fatto proprio dal primo gennaio '94: ADESSO BASTA!
Ma non lo permetteremo. Oggi non ci rivolgiamo ai falliti poteri dell'Unione che non hanno saputo compiere il loro dovere costituzionale, permettendo che L’Esecutivo Federale li controllasse. Se questa legislatura ed i magistrati non hanno avuto dignità. verranno altri che questa volta capiranno di dover servire il loro popolo e non un individuo, il nostro appello va ben aldilà di un mandato di sei anni o di un'elezione presidenziale alla porta. È nella SOCIETÀ CIVILE, che risiede la nostra sovranità, è il popolo quello che può, in ogni tempo, alterare o modificare la nostra forma di governo e l'ha capito già. È al popolo che ci appelliamo con questa SECONDA DICHIARAZIONE DELLA SELVA LACANDONA per dirgli:

Primo.
Abbiamo rispettato puntualmente le convenzioni internazionali sulla guerra nel condurre le azioni belliche: ciò ci ha procurato il tacito riconoscimento nazionale ed internazionale come forza belligerante. Continueremo a rispettare tali convenzioni.

Secondo.
Ordiniamo alle nostre forze regolari ed irregolari in tutto il territorio nazionale ed all'estero la PROROGA UNILATERALE DEL CESSATE IL FUOCO OFFENSIVO. Manterremo il rispetto del cessate il fuoco per permettere alla società civile di organizzarsi nelle forme che consideri pertinenti per conseguire il transito alla democrazia nel nostro paese.

Terzo.
Condanniamo la minaccia che pesa sulla Società Civile con la militarizzazione del paese, con personale e moderni equipaggiamenti repressivi, alla vigilia delle elezioni federali. Non vi è dubbio che il governo salinista pretenda di imporsi con la cultura della frode. NON LO PERMETTEREMO.

Quarto.
Proponiamo a tutti i partiti politici indipendenti di riconoscere ora lo stato di intimidazione e di privazione dei diritti politici sofferto dal nostro popolo negli ultimi 65 anni e di pronunciarsi per dar vita ad un governo di transizione politica verso la democrazia.

Quinto.
Respingiamo la manipolazione ed il tentativo di slegare le nostre giuste richieste da quelle del popolo messicano. Siamo messicani e non deporremo né le nostre richieste né le nostre armi se non ci saranno la Democrazia, la Libertà e la Giustizia per tutti.

Sesto.
Reiteriamo la nostra disponibilità per una soluzione politica della transizione alla democrazia in Messico. Chiamiamo la Società Civile a che riprenda il ruolo di protagonista che ha avuto nel fermare la fase militare della guerra e ad organizzarsi per condurre lo sforzo pacifico verso la democrazia, la libertà e la giustizia. Il cambiamento democratico è l'unica alternativa alla guerra.

Settimo.
Chiamiamo gli elementi onesti della società civile ad un Dialogo Nazionale per la Democrazia, la Libertà e la Giustizia per tutti i messicani.
Per questo diciamo:

II
Fratelli:
Dopo l’inizio della guerra, nel gennaio 1994, il grido organizzato del popolo messicano ha fermato lo scontro ed ha invocato il dialogo tra le parti contendenti. Alle giuste richieste dell'EZLN, il governo federale ha risposto con una serie di offerte che non toccavano il punto essenziale del problema: la mancanza di giustizia, di libertà e di democrazia nelle terre messicane.
Il limite del compimento delle offerte del governo federale alle richieste dell'EZLN è dovuto allo stesso sistema politico del partito al potere. Questo sistema è quello che ha fatto in modo che nelle campagne messicane sussista e si sovrapponga al potere costituzionale un altro potere, le cui radici rendono possibile il mantenimento del partito al potere. È questo sistema di complicità quello che rende possibile l'esistenza e la belligeranza dei caciques, il potere onnipotente degli allevatori e dei commercianti e la penetrazione del narcotraffico.... La sola proposta degli Impegni per una Pace Degna in Chiapas ha provocato un gran subbuglio ed un'aperta sfida da parte di questi settori. Il sistema politico monopartitico cerca di manovrare in questo ridotto orizzonte che la sua stessa esistenza gli impone: non può smettere di avere rapporti con questi settori senza attentare a se stesso, e non può lasciare le cose come prima senza che aumenti la belligeranza di contadini ed indigeni. Insomma: il compimento degli impegni implica, necessariamente, la morte del sistema del partito di Stato. Per suicidio o per fucilazione, la morte dell'attuale sistema politico messicano è condizione necessaria, benché non sufficiente, per il transito alla democrazia nel nostro paese. I problemi del Chiapas non potranno avere una soluzione reale se non si risolvono i problemi del Messico.
L'EZLN ha capito che il problema della povertà messicana non è solo la mancanza di risorse. Più in là il suo apporto fondamentale è capire ed esporre che qualunque sforzo, in qualche senso o in tutti, posporrà solo il problema se questi sforzi non avvengono all’interno di un nuovo contesto di relazioni politiche nazionali, regionali e locali: un contesto di democrazia, libertà e giustizia. Il problema del potere non sarà quello di chi ne è il titolare, ma invece di chi l'esercita. Se il potere lo esercita la maggioranza, i partiti politici si vedranno obbligati a confrontarsi con quella maggioranza e non fra di loro.
Riproporre il problema del potere in questo contesto di democrazia, libertà e giustizia obbligherà ad una nuova cultura politica dentro i partiti. Una nuova classe di politici dovrà nascere e, senza dubbio, nasceranno partiti politici di nuovo tipo.
Non stiamo proponendo un mondo nuovo, ma solo qualcosa di molto preliminare: l'anticamera del nuovo Messico. In questo senso, questa rivoluzione non si concluderà con una nuova classe, frazione di classe o gruppo nel potere, bensì in uno "spazio" libero e democratico di lotta politica. Questo "spazio" libero e democratico nascerà sul cadavere maleodorante dal sistema di partito di Stato e del presidenzialismo. Nascerà una relazione politica nuova. Una nuova politica la cui base non sia solo un confronto di organizzazioni politiche tra di loro, bensì il confronto delle loro proposte politiche con le distinte classi sociali, poiché dall'appoggio reale di queste dipenderà la titolarità del potere politico, non il suo esercizio. Dentro questa nuova relazione politica, le distinte proposte di sistema ed il loro orientamento (socialismo, capitalismo, socialdemocrazia, liberalismo, democrazia cristiana, eccetera) dovranno convincere la maggioranza della Nazione che la loro proposta è la migliore per il paese. Ma non solo, si vedranno anche "vigilati" da quel paese che governano, di modo che siano obbligati a dare rendiconti regolari e siano sottoposti al giudizio della Nazione riguardo alla loro permanenza in veste di titolari del potere o alla loro rimozione. Il plebiscito è una forma regolata di confronto tra Potere - partito politico - e Nazione e merita un posto di rilievo nella suprema legge del paese.
L'attuale legislazione messicana è troppo stretta per queste nuove relazioni politiche tra governanti e governati. È necessaria una Convenzione Nazionale Democratica dalla quale si emani un Governo Provvisorio o di Transizione, mediante la rinuncia dell’Esecutivo federale o attraverso la via elettorale.
La Convenzione Nazionale Democratica ed il Governo di Transizione devono sfociare in una nuova Costituzione nel cui ambito si convochino nuove elezioni. Il dolore che questo processo significherà per il paese sarà sempre minore al danno prodotto da una guerra civile. La profezia del sudest vale per tutto il paese, possiamo imparare già da quello che è successo e rendere meno doloroso il parto del nuovo Messico.
L'EZLN ha una concezione del sistema e della direzione che dovrà prendere il paese. La maturità politica dell'EZLN, la sua maggior età come rappresentante del sentimento di una parte della Nazione, sta nel fatto che non vuole imporre al paese questa concezione. L'EZLN reclama ciò che è già evidente di per sè: la maggior età del Messico ed il diritto di decidere, liberamente e democraticamente, la direzione che dovrà seguire. Da questa anticamera storica uscirà non solo un Messico più giusto e migliore, ma anche un messicano nuovo. Per questo mettiamo in gioco la vita, per lasciare in eredità ai messicani di dopodomani un paese nel quale non sia una vergogna vivere...
L'EZLN, con una procedura democratica senza precedenti all’interno di un'organizzazione armata, ha consultato i suoi componenti sulla questione se firmare o no la proposta di accordi di pace del governo federale. Vedendo che il tema centrale di democrazia, libertà e giustizia per tutti non era stato risolto, le basi dell'EZLN, indigene in larga maggioranza, hanno deciso di rifiutare di firmare la proposta governativa.
In condizioni di assedio e sottoposti in vari posti a pressioni con la minaccia dello sterminio se non si fosse firmata la pace, noi zapatisti riaffermiamo la nostra decisione di voler ottenere una pace con giustizia e dignità ed di impegnare in ciò la vita e la morte. In noi ritrova un'altra volta il proprio posto, la storia di lotta degna dei nostri antenati. Il grido di dignità dell'insorto Vicente Guerriero, "Vivere per la Patria o Morire per la Libertà", torna a risuonare nelle nostre gole. Non possiamo accettare una pace indegna.
Il nostro cammino di fuoco si aprì davanti all'impossibilità di lottare pacificamente per i diritti elementari dell'essere umano. Il più prezioso di essi è il diritto a decidere, con libertà e democrazia, la forma di governo. Adesso la possibilità di transito pacifico alla democrazia ed alla libertà affronta una nuova prova: il processo elettorale dell’agosto 1994. Ci sono coloro che scommettono sul periodo postelettorale predicando l'apatia ed il disinganno dall'immobilità. Pretendono di usare il sangue dei caduti su tutti i fronti di combattimento, violenti e pacifici, nella città e nelle campagne. Fondano il loro progetto politico sul conflitto successivo alle elezioni e sperano, senza fare niente, che la smobilitazione politica apra un'altra volta la gigantesca porta della guerra. Loro, dicono, salveranno il paese.
Altri scommettono fin d'ora che il conflitto armato ricominci prima delle elezioni e che l'ingovernabilità possa essere da loro sfruttata per perpetuarsi al potere. Come hanno fatto ieri usurpando la volontà popolare con la frode elettorale, oggi e domani, col fiume in piena di una guerra civile preelettorale, pretendono di allungare l'agonia di una dittatura che, mascherata da partito di Stato, dura ormai da decenni. Alcuni altri ancora, apocalittici sterili, pensano che la guerra sia inevitabile e si siedono ad aspettare di veder passare il cadavere del loro nemico... o del loro amico. Il settario suppone, erroneamente, che solamente l'entrata in azione dei fucili potrà far sorgere l'alba che il nostro popolo attende da quando la notte si richiuse, con le morti di Villa e Zapata, sul suolo messicano.
Tutti questi ladri di speranza suppongono che dietro le nostre armi vi siano l’ambizione ed il protagonismo e che ciò guiderà il nostro cammino in futuro. Si sbagliano. Dietro alle nostre armi da fuoco ci sono altre armi, quelle della ragione. Ed entrambe sono animate dalla speranza. Non lasceremo che ce la rubino.
La speranza con il dito sul grilletto ha avuto il suo momento all'inizio dell'anno. Adesso è necessario che aspetti. È necessario che la speranza che cammina nelle grandi mobilitazioni riprenda quel ruolo da protagonista che le spetta per diritto e ragione. La bandiera adesso è nelle mani di coloro che hanno un nome e un volto, della gente buona ed onesta che percorre strade che non sono la nostra, ma la cui meta è la stessa che anelano i nostri passi. A loro va il nostro saluto e la nostra speranza che portino quella bandiera là dove deve stare. Noi aspetteremo, in piedi e con dignità. Se quella bandiera cade, noi sapremo alzarla di nuovo...
Che la speranza si organizzi, che cammini ora nelle valli e città come ieri per le montagne. Combattete con le vostre armi, non preoccupatevi di noi. Sapremo resistere fino all’ultimo. Sapremo attendere... e sapremo ritornare se si chiudono di nuovo tutte le porte per il cammino della dignità.
Per questo ci dirigiamo ai nostri fratelli delle organizzazioni non governative, delle organizzazioni contadine ed indigene, ai lavoratori delle campagne e delle città, agli insegnanti ed agli studenti, alle casalinghe ed ai cittadini, agli artisti ed agli intellettuali, ai partiti indipendenti, ai messicani:
Li chiamiamo ad un dialogo nazionale col tema di Democrazia, Libertà e Giustizia.
Per questo lanciamo la presente:

Convocazione per la Convenzione Nazionale Democratica

Noi, l'Esercito Zapatista di Liberazione Nazionale, in lotta per il conseguimento di democrazia, libertà e giustizia che la nostra patria merita, consideriamo:

Primo.
Che il supremo governo ha usurpato anche la legalità che abbiamo ereditato dagli eroi della Rivoluzione Messicana.

Secondo.
Che la Costituzione che ci governa non riflette più la volontà popolare dei messicani.

Terzo.
Che l'allontamento dell'usurpatore dell’Esecutivo federale non basta, ma è necessaria una nuova legge per la nuova nostra patria, quella che nascerà dalle lotte di tutti i messicani onesti.

Quarto.
Che sono necessarie tutte le forme di lotta per consentire il passaggio alla democrazia in Messico.

Chiamiamo alla realizzazione di una Convenzione Democratica, nazionale, sovrana e rivoluzionaria, dalla quale emergano le proposte per un governo di transizione ed una nuova legge nazionale, una nuova Costituzione che garantisca il compimento legale della volontà popolare.
L'obiettivo fondamentale della Convenzione Nazionale Democratica è quello di organizzare l'espressione civile e la difesa della volontà popolare.
La sovrana convenzione rivoluzionaria sarà nazionale dato che la sua composizione e rappresentatività dovranno includere tutti gli stati della Federazione, plurale nel senso che le forze patriottiche potranno essere rappresentate, e democratica nel prendere le decisioni, ricorrendo alla consultazione nazionale.
La convenzione sarà presieduta, liberamente e volontariamente, da civili, da personalità pubbliche di prestigio, senza distinzione di appartenenza politica, di razza, di credo religioso, di sesso o età.
La convenzione si formerà attraverso comitati locali, regionali e statali in ejidos, quartieri, scuole e fabbriche da civili. Questi comitati della convenzione si incaricheranno di raccogliere le proposte popolari per la nuova legge costituzionale e le richieste per il nuovo governo che nascerà.
La convenzione deve esigere la realizzazione di elezioni libere e democratiche e lottare, senza tregua, per il rispetto della volontà popolare.
L'Esercito Zapatista di Liberazione Nazionale riconoscerà la Convenzione Democratica Nazionale come rappresentante autentico degli interessi del popolo del Messico nel suo passaggio alla democrazia.
L'Esercito Zapatista di Liberazione Nazionale si trova già su tutto il territorio nazionale e può già proporsi al popolo del Messico in qualità di Esercito garante del compimento della volontà popolare.
Per la prima riunione della Convenzione Nazionale Democratica, l'EZLN offre come sede un villaggio zapatista e tutte le risorse di cui dispone.
La data ed il luogo della prima sessione della Convenzione Nazionale Democratica verranno resi noti al momento opportuno.

III
Fratelli messicani:
La nostra lotta continua. Continua a sventolare la bandiera zapatista nelle montagne del Sudest messicano ed oggi diciamo: Non ci arrenderemo!
Rivolti alla montagna parliamo coi nostri morti affinché con la loro parola ci indichino la strada giusta su cui deve incamminarsi il nostro volto imbavagliato.
Hanno rullato i tamburi e con la voce della terra ha parlato il nostro dolore e la nostra storia ha parlato del nostro dolore e la nostra storia ha parlato.
"Per tutti tutto" dicono i nostri morti. Finché non sarà così, non ci sarà niente per noi.
Parlate la parola degli altri messicani, ascoltate col cuore coloro per i quali lottiamo. Invitateli a camminare i passi degni di quelli che non hanno volto. Chiamate tutti a resistere e che nessuno riceva nulla da quelli che comandano comandando. Fate del non vendersi una bandiera comune per i più. Chiedete che non giunga solo una parola di conforto per il nostro dolore. Chiedete di condividerlo, chiedete che resistano con voi, che respingano tutte le elemosine che vengono dal poderoso. Che tutta la genti buona di queste terre organizzi oggi la dignità che resiste e non si vende, che domani quella dignità si organizzi per esigere che la parola che cammina nel cuore della maggioranza sia rispettata da quelli che governano, che s’imponga il cammino giusto per cui colui che comanda, comandi obbedendo.
Non arrendetevi! Resistete! Non mancate all'onore della parola vera. Con dignità resistete nelle terre degli uomini e delle donne veri, che le montagne consolino il dolore degli uomini di mais. Non arrendetevi! Resistete! Non vendetevi! Resistete!
Così ha parlato con la sua parola il cuore dei nostri morti di sempre. Abbiamo visto che è buona la parola dei nostri morti, abbiamo visto che ci sono verità e dignità nel loro consiglio. Per questo chiamiamo tutti i nostri fratelli indigeni messicani a resistere con noi. Chiamiamo tutti i contadini a resistere con noi, gli operai, gli impiegati, i cittadini, le casalinghe, gli studenti, gli insegnanti, coloro che fanno del pensiero e della parola la loro vita. Tutti coloro che hanno dignità e provino vergogna, chiamiamo tutti a resistere con noi, perché il malgoverno vuole che non ci sia democrazia nelle nostre terre. Non accetteremo nulla che provenga dal cuore marcio del malgoverno, né una sola moneta né una medicina né una pietra né un seme né una briciola delle elemosine che ci offre in cambio del nostro degno cammino.
Non riceveremo niente del supremo governo. Anche se aumenteranno il nostro dolore e le nostre pene; anche se la morte continuerà a stare con noi a tavola, nella terra e nel letto; anche se vedremo che altri si vendono alla mano che li opprime; anche se tutto duole; anche se le pene faranno piangere perfino le pietre. Non accetteremo niente. Resisteremo. Non prenderemo nulla dal governo. Resisteremo fino a che colui che comanda, comandi obbedendo.
Fratelli: Non vendetevi. Resistete con noi. Non arrendetevi. Resistete con noi. Ripetete con noi, fratelli, la parola “Non ci arrendiamo! Resistiamo!". Che queste parole non si ascoltino solo sulle montagne del Sudest messicano, che si ascoltino nel nord e nelle penisole, che si ascoltino in entrambe le coste che si sentano nel centro, che diventino nelle valli e nelle montagne un grido, che risuoni nelle città e nelle campagne. Unite la vostra voce fratelli, gridate con noi, fate vostra la nostra voce:
Non ci arrendiamo! Resistiamo!
Che la dignità spezzi l’assedio con cui le mani sporche del mal governo ci asfissiano. Tutti siamo assediati, non lasciano che la democrazia, la libertà e la giustizia entrino nelle terre messicane. Fratelli: stiamo tutti assediati, non ci arrendiamo! Resistiamo! Siamo degni! Non vendiamoci!
A che serviranno al potente le sue ricchezze se non può comprare ciò che vale di più in queste terre? Se la dignità di tutti i messicani non ha prezzo, a che serve il potere del potente?

La dignità non si arrende!
La dignità resiste!
Democrazia!
Libertà!
Giustizia!
Dalle montagne del Sudest Messicano
Comitato Clandestino Rivoluzionario Indigeno-Comando Generale dell’Esercito Zapatista di Liberazione Nazionale


Subcomandante Insurgente Marcos

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Primera Declaración de la Selva Lacandona

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