I. Primer Viento: una digna juventud rabiosa y primer cuento para nadie



Siete vientos en los calendarios y geografías de abajo

Primer Viento: una digna juventud rabiosa

Buenas noches.

Συντρόφισσα, σύντροφε. Εξεγερμένη Ελλάδα. Εμείς, οι πιο μικροί, από αυτή τη γωνιά του κόσμου, σε χαιρετάμε. Δέξου το σεβασμό μας και το θαυμασμό μας γι' αυτό που σκέφτεσαι και κάνεις. Από μακριά μαθαίνουμε από σένα. Ευχαριστούμε.



Espero no haber dicho una grosería, lo que quise decir fue “Compañera, compañero, Grecia rebelde. Nosotros, los más pequeños, desde este rincón del mundo te saludamos. Recibe nuestro respeto y admiración por lo que piensas y haces. Desde lejos aprendemos de ti. Gracias.”

De las violencias y otras cosas

Desde hace mucho tiempo, el problema de los calendarios y las geografías han desvelado y develado al Poder. En unos y en otras ha visto (y verá) cómo su flamante engranaje de dominación se atasca y descompone. Por eso es que trata de poner mucho cuidado en el manejo de las geografías y los calendarios.
En las geografías puede parecer más claro: en su torpe truco, que este Festival ha develado, Grecia queda muy lejos de Chiapas. Y en las escuelas se enseña que México queda separado por un océano de Francia, el País Vasco, el Estado Español, Italia. Y si vemos un mapa, podemos notar que Nueva York queda muy al norte de la Chiapas indígena mexicana. Algo que fue refutado hace unas horas por las compañeras y compañeros del Movimiento Justicia para el Barrio. Y la Argentina queda muy al sur de esta tierra, algo desafiado por el compañero de Solano que acaba de hablar.
Pero ni arriba ni abajo hay esa separación. La brutal globalización neoliberal, la IV Guerra Mundial que le decimos los zapatistas, puso a los lugares más distantes en simultaneidad espacial y temporal para el flujo de riquezas… y para su apropiación.
Ya no más los cuentos fantasiosos sobre los supuestamente heroicos descubridores-conquistadores, que vencían con espada y cruz la debilidad de quienes eran “civilizados”. En lugar de las 3 carabelas, una computadora de alta velocidad. En lugar de un Hernán Cortés, un títere simultáneo hecho gobierno en cada rincón del planeta. En lugar de espadas y cruces, una maquinaria de destrucción masiva y una cultura que tiene en común con el “fast food” no sólo su omnipresencia (McDonald's, como dios, está en todas partes), también su difícil digestión y su nulo poder nutritivo.
Y esa misma globalización hace que las bombas de los gobiernos israelí y norteamericano caigan en Gaza al mismo tiempo que estremecen el mundo entero.
Con la globalización el mundo entero de arriba se nos puso a la mano… mejor dicho, a la mirada y a la conciencia. Las bombas que asesinan civiles palestinos son también una advertencia que hay que aprender y asimilar. Y el zapatazo a Bush en Irak puede ser reproducido en casi cualquier rincón del planeta.
Y todo va de la mano del culto a lo individual. El entusiasmo que despertó entre los bien portados el zapatazo a Bush (que sólo evidencia la mala puntería del periodista), es festinar un gesto valiente pero inútil e intrascendente para lo fundamental, como semanas después lo demuestra el apoyo del gobierno de Bush al crimen que el gobierno israelí perpetra en territorio palestino… y, perdonen si desilusiono a alguien que haya encendido sus velas al pie de la imagen de Barack Obama, que el sucesor de Bush respalda.
Y mientras la mala puntería en Irak provoca aplausos, la insurrección en Grecia provoca preocupaciones: “Hay el peligro”, alertan y exorcizan, “de que la rebelión en Grecia se extienda al resto de Europa”.
Ya hemos escuchado y leído lo que nos comunica la rebelde juventud griega de su lucha y de lo que enfrenta. Lo mismo de quienes en Italia se preparan para resistir a la fuerza del gobierno. Y la lucha cotidiana de nuestr@s compas en el norte del norte.
Y frente a esto allá arriba todos sacan sus diccionarios y encuentran la palabra “violencia” y la contraponen a “institucionalidad”. Y sin darle contexto, es decir, posición de clase, acusan, juzgan y condenan.
Y nos dicen que es violenta la juventud griega que hace arder la península helénica. Claro que se edita, se mutila, se borra el hecho de que la policía asesinó a un joven.
En México, en la geografía marcada por la ciudad del mismo nombre, un gobierno de izquierda institucional asesinó a un grupo de jóvenes, adolescentes en su mayoría. Un sector de la intelectualidad progresista guardó un silencio cómplice argumentando que eso era para distraer la atención del público, supuestamente puesta en el carnaval en que se convirtió la supuesta defensa del petróleo. La agresión sexual posterior a las mujeres jóvenes en los separos de la policía se perdió entre el sonido de los bombos y platillos anunciando una consulta que después fue un fracaso. Y, en cambio, no se condenó la violencia de la policía, que, contra lo que se dijo, no actuó desordenadamente. Esa policía ha sido preparada desde hace años para reprimir, hostigar y abusar de jóvenes, de vendedores ambulantes, de trabajador@s sexuales, de colonos y de todo aquel que disienta del gobierno de las pistas de hielo, los mega espectáculos al estilo Fujimori y las recetas para hacer galletitas. Y no hay que olvidar que la doctrina que anima a esta policía fue importada a la Ciudad de México por el hoy presidente “legítimo” de México cuando era jefe de gobierno del DF.
En la Ciudad de México y en Grecia los gobiernos asesinan jóvenes. La mancuerna gubernamental EU-Israel marca ahora en Gaza la pauta a seguir: es más efectivo matarlos cuando son niños.
Ya antes, en México, en el presente calendario serán ya 10 años, jóvenes estudiantes de la UNAM levantaron un movimiento que desesperó a la izquierda bien portada que, histérica como hoy, los calumnió y desprestigió con ferocidad. Y también entonces se dijo que era un movimiento violento para distraer la atención de la gris campaña electoral del gris candidato presidencial del gris partido de la revolución democrática. Ahora, 10 años después, habría que recordar que la UNAM sigue siendo pública y gratuita gracias al empeño de esos hombres y mujeres, jóvenas y jóvenes a quienes hoy saludamos.
Pero en nuestro dolorido México quienes se llevan el primer lugar en usos y abusos de manosear el término “violencia” son Felipe Calderón Hinojosa y medios de comunicación que lo acompañan (cada vez menos, por cierto). El señor Calderón, aficionado a los juegos de computadora de estrategia en tiempo real (su juego favorito, lo declaró alguna vez, es “Age of Empires” -”la época de los imperios”-), decidió que, en lugar de pan y circo, al pueblo había que darle sangre. Como el circo ya lo dan los políticos profesionales y el pan está muy caro, Calderón decidió, apoyado en un bando de narcotraficantes, hacerle la guerra al otro bando. Violando la Constitución, sacó al ejército a cumplir labores de policía, ministerio público, juzgado, carcelero y ejecutor. Que esa guerra la está perdiendo lo sabe cualquiera que no sea de su gabinete, – y que la muerte de su pareja sentimental fue un asesinato, también se sabe aunque no se publique-.
Y en su guerra, las fuerzas del gobierno de Calderón tienen en su haber el asesinato de no pocas personas que nada debían, de niños y de no natos. Con Calderón al frente, el gobierno de México va un paso delante de los de Estados Unidos e Israel: él los mata desde que están en el vientre materno.
Pero se dijo, y todavía lo repiten locutores y editorialistas, que se iba a usar la fuerza del Estado para combatir a la violencia del crimen organizado. Y cada vez más se ve que el crimen organizado es quien dirige la fuerza del Estado.
Aunque tal vez todo se trate de una inteligente estratagema de Calderón y su objetivo sea distraer la atención de la gente. Ocupado como está el público con el sangriento fracaso de la guerra contra el narcotráfico, puede que no se dé cuenta del fracaso calderonista en política económica.
Pero volvamos a las condenas a la violencia que desde arriba se hacen. Hay una trasmutación tramposa, una falsa tautología: dicen condenar la violencia pero en realidad condenan la acción.
Para ellos, los de arriba, la inconformidad es un mal del calendario o, cuando también se desafía a éste, una patología cerebral que se cura, según algunos, con mucha concentración mental, poniéndose en armonía con el universo y así todos somos seres humanos… o ciudadanos.
Para estos violentos pacifistas todos son seres humanos: lo es la joven griega que levanta la mano con una molotov en ella y el policía que asesina a los Alexis que en el mundo han sido y serán; lo es el niño palestino que llora en el funeral de sus hermanitos muertos por las bombas israelíes y el piloto del avión de combate con la estrella de David en el fuselaje; lo es el señor George W Bush y el indocumentado asesinado por la Border Patrol en Arizona, EU; lo es el multimillonario Carlos Slim y la mesera de un Sanborns que debe viajar 3 ó 4 horas para llegar al trabajo y salir de él y si llega tarde la despiden; lo es el señor Calderón, quien se dice jefe del ejecutivo federal mexicano, y el campesino despojado de su tierra; lo es el señor López Obrador y los indígenas asesinados en Chiapas a quienes ni vio ni oyó; lo es el señor Peña Nieto, depredador del Estado de México y el campesino Ignacio Del Valle, del FPDT, preso por defender a los pobres; en fin, lo son los hombres y mujeres que tienen la riqueza y el poder, y las mujeres y hombres que no tienen nada más que su digna rabia.
Y allá arriba demandan y exigen: “Hay que decir no a la violencia, venga de donde venga”… teniendo cuidado de hacer énfasis si la violencia viene de abajo.
Según ellos, todos y todas deben ponerse en armonía para que sus diferencias y contradicciones se resuelvan y gritar la consigna: “el pueblo armado también es explotado”, refiriéndose a soldados y policías.
Nuestra posición como zapatistas es clara. No apoyamos el pacifismo que se enarbola para que sea otro el que ponga la otra mejilla, ni la violencia que se alienta cuando son otros quienes ponen los muertos. Nosotros somos quienes somos, con todo lo bueno y todo lo malo que cargamos y que es nuestra responsabilidad.
Pero sería ingenuo pensar que todo lo bueno que hemos logrado, incluido el privilegio de escucharlos y aprender de ustedes, se hubiera conseguido sin la preparación de una década entera para que amaneciera el Primero de Enero como de por sí amaneció hace 15 años.
No fue con una marcha o un desplegado de los-abajo-firmantes que nos dimos a conocer. Fue con un ejército armado, con los combates contra las fuerzas federales, con la resistencia armada, que nos dimos a conocer al mundo.
Y nuestros compañeros y compañeras caídos, muertos y desaparecidos, lo han sido en una guerra violenta que no empezó hace 15 años, sino hace 500 años, hace 200 años, hace 100 años.
No estoy haciendo una apología de la violencia, estoy señalando un hecho constatable: en guerra nos conocieron, en guerra nos hemos mantenido estos 15 años, en guerra seguiremos hasta que este rincón del mundo llamado México haga suyo su propio destino, sin trampas, sin suplantaciones, sin simulaciones.
El Poder tiene en la violencia un recurso de dominación, pero también lo tiene en el arte y la cultura, en el conocimiento, en la información, en el sistema de justicia, en la educación, en la política institucional y, por supuesto, en la economía.
Cada lucha, cada movimiento, en sus muy particulares geografías y calendarios, debe recurrir a diversas formas de lucha. No es la única y probablemente no sea la mejor, pero la violencia es una de ellas.
Es un gesto bello el enfrentar con flores los cañones de los fusiles, vaya hasta hay fotos eternizando el acto. Pero a veces es necesario hacer que esos fusiles cambien de objetivo y se dirijan hacia arriba.

El acusador y el acusado

Se nos acusa de muchas cosas, es cierto. Y probablemente seamos culpables de alguna de ellas, pero ahora quiero detenerme en una:
No disparamos al reloj del tiempo ese primero de enero, ni lo convertimos en una fiesta nostálgica de derrota, como han hecho con el 68 algun@s de esa generación en todo el mundo, como lo han hecho en México con el 88 y ahora hasta con el 2006. Sobre este culto enfermizo por los calendarios trucados volveré después
Tampoco editamos la historia para renombrarla señalando que somos o fuimos los únicos o los mejores, o ambas cosas (que es lo que hace esa histeria grupal que es el movimiento lopezobradorista, pero ya volveré sobre esto después).
Hubo y hay quienes nos critican que no hayamos dado el salto “a la realpolitik” cuando nuestros bonos políticos, es decir nuestro rating mediático, favorecía un buen precio por nuestra dignidad en el mercado de opciones electorales (que no políticas).
Nos acusan, en concreto, de no haber sucumbido a la seducción del poder, ésa que ha logrado que gente muy brillante de izquierda diga y haga cosas que serían una vergüenza para cualquiera.
Nos acusaron también de “desvarío ultra” o “radicalismo” porque en la VI Declaración señalamos al sistema capitalista como el causante de los principales males que aquejan a la humanidad. Hoy ya no insisten en eso, porque hasta los voceros del gran capital financiero en Wall Street lo dicen.
Por cierto, ahora que todo mundo dice y redice sobre la crisis global, habría que recordar que hace ya 13 años, en 1996, fue advertida por un escarabajo digno y rabioso. Don Durito de La Lacandona, en la ponencia más breve que he escuchado en mi corta edad, dijo “el problema con la globalización es que luego los globos se revientan”.
Nos acusan de no constreñirnos a la supervivencia que con sacrificios y el apoyo de los abajos en los rincones del planeta hemos edificado en estas tierras indias, y de no encerrarnos en lo que las mentes lúcidas (así se dicen) llaman “el laboratorio zapatista” o “la comuna de la Lacandona”.
Nos acusan de salir, una y otra vez, para confrontar al Poder y para buscar a otras, otros, ustedes, que lo confronten sin falsos consuelos ni conformismos.
Nos acusan de haber sobrevivido.
Y no se refieren a la resistencia que 15 años después nos permite decir que seguimos luchando, no sólo viviendo. Lo que les molesta es que hayamos sobrevivido como otro referente de la lucha, de la reflexión crítica, de la ética política.
Nos acusan, quién lo fuera a decir, de no habernos rendido, de no habernos vendido, de no haber claudicado.
Nos acusan, en suma, de ser zapatistas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Hoy, 515 años después, 200 años después, 100 años después, 25 años después, 15 años después, 5 años después, 3 años después, declaramos: somos culpables.
Y, puesto que es el modo neozapatista, no sólo lo confesamos, también lo celebramos.
No imaginamos que esto le iba a doler a algunos que allá arriba simulan progresismo o se visten de una izquierda de amarillo descolorido o sin siquiera color, pero hay que decirlo:
El EZLN vive. ¡Viva el EZLN!

Muchas gracias.

P.D.- Siete Cuentos para Nadie.



Cuento 1: ASÍ FUE…

Ya hemos escuchado al Teniente Coronel Insurgente Moisés presentarme como parte de la niñez zapatista. Tal vez para desafiar el calendario, luego a los zapatistas nos da por cumplir años al revés y en lugar de los 515 años que dice que tengo mi acta de nacimiento, cumplí 5 y entré en 6, o sea que tengo 7 años. Puede ser, después de todo si algo ha demostrado el zapatismo es que muchas cosas que parecían imposibles se hacen posibles con imaginación, ingenio y audacia.
En defensa de mi absurdo calendario puedo decir que con niñas y niñas comparto la fobia a las inyecciones y el gusto por los cuentos y relatos.
Hace algún tiempo, platicando con una compañera ciudadana, le contaba yo de algunas de las cosas que acá pasan. Me decía ella que no las creía. Yo le dije que la entendía, que era porque no se iban a creer que las narraba como cuentos.
En nuestras montañas pasan cosas que a ustedes les pueden parecer increíbles. Así que como tal se las cuento, como si fueran cuentos.
Porque parece increíble que, en efecto, en nuestras montañas habita un escarabajo con ínfulas de caballero andante, que hay una piedrita inconforme entrenándose para ser nube, que el Sup se está aliando con niños y niñas zapatistas para redactar una parte del Programa Nacional de Lucha que prohíba terminantemente la producción, el tráfico y el consumo de inyecciones, que el Viejo Antonio se aparece cada tanto con historias y leyendas que le contaron los dioses más primeros, los que nacieron el mundo, que Elías Contreras, Comisión de Investigación del EZLN, ya era difunto cuando fue a la ciudad para luchar contra el mal y el malo, que un homosexual trabajador sexual le salvó la vida paradójicamente porque ya era difunto una fría madrugada capitalina, y que a veces hablaba con un caló de skatero, que la Toñita tiene 3 generaciones y 6 años sobre sus hombros y que se mete sin permiso en la Comandancia General del EZLN, que la luna a veces se emborracha de desamor, que los niños y niñas piensan y actúan como si el Sup fuera uno niño más que no ha dejado ese chupón raro que echa humo, que la insurgenta Erika refundó el marxismo con tendencias francamente feministas, que el otro día echaron una bomba en un cuartel zapatista y nadie murió, que Sombra el guerrero fue maldecido por una luna rencorosa y despechada, y que, sin embargo, sigue buscando perderse, que hay un búho que, en lugar de griego y latín, estudia los catálogos de ropa interior femenina, que hay una niña que se llama Diciembre y que, como su nombre lo indica, nació en noviembre, que el Moy sabe que, cuando no se le encuentra en la Comandancia General, al Sup hay que buscarlo en lo alto de la Ceiba...
Así que, en lugar de discutir sobre la veracidad de cosas tan cotidianas en nuestras montañas, vengo yo, un subcomandante cualquiera, y se las platico como si fueran cuentos.
Hace unos momentos hemos entregado a la compañera que habló de la Grecia insurrecta un cuadro hecho por una compañera ciudadana, Beatriz Aurora. En el cuadro se representa con muchos colores esta ciudad de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, y en ellas se señalan los lugares donde trabajan personas que luchan como nosotros, aunque sin armas ni pasamontañas.
El significado de este regalo tal vez se entienda mejor con lo que ahora les voy a contar:
Hace 15 años fueron tomadas por nuestras tropas 7 cabeceras municipales: Las Margaritas, Ocosingo, Altamirano, San Cristóbal de las Casas, Oxchuc y Chanal. Entonces fueron rendidas o sorprendidas las fuerzas gubernamentales que las guardaban.
Tal vez se puede decir que la toma de esta ciudad en la que estamos, San Cristóbal de las Casas, bastión ladino del racismo, fue la que nos dio a conocer al mundo. Puede ser.
Lo que sí sé es que las tomas de Ocosingo, Las Margaritas y Altamirano fueron las que nos dieron dominio sobre el territorio y permitieron la toma de las buenas tierras de labranza y su recuperación, después de cientos de años de despojo. Esta toma de tierras fue la base económica para construir la autonomía zapatista.
De esto ya hablé hace un año y quienes quieran ahondar en ello deberán buscar en internet o conseguir alguna edición marginal, porque está visto que todo lo que no sea a favor o en contra del movimiento lopezobradorista no se publica.
Hablando de imaginación, ingenio y audacia para hacer posible lo imposible, los relatos que les voy a narrar a continuación no son cuentos y no son zapatistas. Pero se refieren a eso que pasó hace 15 años y sacudió al mundo y, como se verá a continuación, también al submundo de los indígenas.
El uno es de un indígena tzotzil progobiernista y el otro es de un indígena no zapatista que sobrevive vendiendo sus productos en el mercado de esta ciudad. Se trata de la traducción en español de una traducción en inglés de una traducción al español de unos relatos en tzotzil, por eso escucharán un texto muy pulcro en su redacción y en su vocabulario.
Traducido por Jan Rus, en el libro de Marián Perez Tzu, “Indigenous Revolts”, Grosnor & Ouweneel, Cedla, Amsterdam, 1996. Pp. 122-128. Recopilado en “Antigua y nueva palabra. Antología de la literatura mesoamericana desde los tiempos precolombinos hasta el presente”. Miguel León-Portilla y Earl Shorris, con Sylvia S. Shorris y Ascensión H. de León-Portilla. Ed Aguilar. México, octubre de 2004. Pa 732-733.
Va pues:

Principios de enero: preparativos y visitas.

Antes de la invasión de San Cristóbal, todo mundo siempre hablaba acerca de cómo los soldados de la base militar que custodiaban la entrada sur de la ciudad habían distribuido trampas alrededor de todo su puesto y de cómo las habían arreglado de tal manera que nadie se animara a atacarlos alguna vez. Si los pobres indígenas, en alguna ocasión, se atrevieran a dar problemas, se decía, los soldados acabarían con ellos allí mismo, antes incluso de que pudieran salir del bosque. Los oficiales del ejército son maestros en el arte de matar, decían, y todo lo que tienen que hacer todos los días, su única tarea, es enseñar a los soldados recientemente reclutados a matar. Y como si todo eso no fuera suficiente para ahuyentar a un grupo de campesinos andrajosos, decía todo mundo, los soldados tenían también cantidades de bombas almacenadas en su fuerte. ¡Y éstas eran nada menos que bombas especiales para matar indios!
K´elavil, mira, según lo que decía la gente, los soldados habían sujetado un alambre especial alrededor de sus barracas, el que estaba conectado a una bomba cada pocos pasos. Si los malditos indios alguna vez se atrevían a acercarse, decían, todo lo que los soldados tenían que hacer era incorporarse de sus camastros y tocar el alambre con algo de metal -como, por ejemplo, una corcholata de cerveza- y todas las bombas explotarían. Y si los indios trataban de cortar el alambre, también explotarían las bombas.
Pero, por supuestos, los soldados tienen fama de no dormir nunca, así que, en primer lugar, los indios nunca podrían siquiera acercarse a las bombas. Los soldados se figuraban que nadie podría alguna vez atravesar la línea de bombas. Pero, después de todos esos preparativos, ¿qué ocurrió? El primero de enero, ¡los soldados estaban despiertos cuando los zapatistas arribaron a San Cristóbal! ¡Pero roncando! No vieron a los zapatistas cuando entraron por los puestos de control junto con los otros pasajeros de los autobuses de segunda clase. No se dieron cuenta de que los zapatistas salían de los camiones en la terminal de autobuses y caminaban hacia el centro de la ciudad. ¡No vieron nada! Y cuando los soldados despertaron, ¡los zapatistas ya habían rodeado el Palacio de Gobierno, y habían ubicado sus propias guardias alrededor de la ciudad! Después de todo, ¡fue el ejército el quedó fuera de la ciudad, refugiado en sus barracas! ¡Los zapatistas triunfaron ignorándolos, simplemente! ¡No fue sino hasta el día siguiente, cuando ya habían concluido lo que debían hacer en la ciudad, que los zapatistas finalmente fueron a visitar a los soldados!
Los zapatistas son solamente indígenas, pero lo que olvidaron los oficiales del ejército es que los indios también son hombres. Y puesto que son hombres, también podían estar armados y entrenados igual que el ejército. Todo lo que necesitaban era la idea. ¡Y cuando ésta surgió, el desarrollo de su pensamiento fue mejor que el del ejército! ¡Ellos hicieron tontos a los oficiales quienes eran maestros en el arte de matar! Desde ese día, todos nosotros, incluso aquellos que no somos enemigos del gobierno, sentimos algo así como risa, cosquilleándonos en la garganta.
Si hay un parte triste de todo esto es que, a pesar de que los zapatistas son seres humanos, han tenido que vivir escondiéndose desde ese momento hasta ahora, No pueden dormir en sus propias camas ni habitar en sus propias casas, sino que deben permanecer escondidos en cuevas en la selva. Incluso si quieren tener niños, como cualquier otra persona, deben tener relaciones en las cuevas. ¡Como los armadillos!


Fin de este relato.
Y ya que estamos hablando de calendarios de arriba y de abajo, recordemos que ya son también 15 de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio. Así que ahora algo del libre comercio…

Finales de junio (enero): hacia un mercado libre

"Durante, más o menos, las dos primeras semanas del cerco de San Cristóbal, ningún funcionario ladino se dejó ver en público, tampoco ningún policía, ni un policía de tránsito ni un colector de impuestos del mercado. Ni uno solo. ¡Habían desaparecido! Estaban tan atemorizados de los zapatistas que se escondieron.
Pero en el momento justo en que estuvieron seguros de que el ejército zapatista se había retirado y ya no regresaría, ¡já!, de inmediato aparecieron de vuelta los policías de tránsito, quitando las placas a los vehículos, los policías municipales aporreando beodos, y los colectores de impuestos corriendo a las pobres mujeres que procuraban vender sus jitomates y limones en las esquinas de las calles. De repente, cuando los zapatistas se fueron, dejaron de tener miedo. Pero cuando los zapatistas estaban aquí, se quedaron en sus habitaciones, con las cortinas cerradas, temblando de miedo. Ni siquiera podían acostarse con sus mujeres de tan asustados que estaban.
¿Se dan cuenta de que esto significa? Que ellos estaban aterrorizados por los indígenas -porque eso son los zapatistas, son indios-. Cuando nosotros, los otros indígenas, nos dimos cuenta de ello, de inmediato nos sentimos fuertes. Fuertes como los zapatistas. Los mestizos de San Cristóbal siempre nos habían menospreciado solamente porque no hablábamos correctamente el español. Pero ahora todo había empezado a cambiar.
Un ejemplo de esto es que, a mediados de enero, cuando los funcionarios estaban todavía escondidos, los indígenas vendedores de carbón de leña se reunieron y formaron la Organización Zapatista de Vendedores de Carbón de Leña. Después, sin pedirle permiso a nadie, se trasladaron del baldío en el cual siempre se habían visto obligados a vender en tiempos anteriores, a la calle exactamente al lado del mercado principal.
El hecho es que el carbón de leña es verdaderamente sucio. Todo a su alrededor se cubre de un polvo negro, por lo que los funcionarios del mercado siempre los habían mantenido lejos de la sección del mercado que frecuentaban la “gente decente” y los turistas. Sin embargo, al no haber nadie que los detuviera, los vendedores de carbón de leña pudieron estar cerca de todos los demás.
Pero había también muchos otros indígenas que siempre fueron relegados a las afueras del mercado. Cuando estas gentes vieron que los vendedores de carbón de leña habían cambiado de ubicación sin pedirle permiso a nadie, comenzaron a llegar, preguntando si ellos también podrían trasladarse. ¡Híjole! ¡De pronto hubo doscientas personas sentadas en filas ordenadas vendiendo verduras, y frutas, y carbón de leña, en lo que antes solía ser el estacionamiento donde la gente rica dejaba sus vehículos! El primer día que se reunieron allí, el líder de los vendedores de carbón les dirigió un discurso. ¡Hermanos y hermanas!, exclamó, ¡no tengan miedo! Muchos de nosotros estamos ahora vendiendo aquí, en esta calle,. Permitamos a todos aquellos que siempre han sido forzados a vender afuera de las partes traseras de los camiones, a todos aquellos que han sido empujados a las afueras del mercado, que vengan aquí, al centro, con nosotros. ¡Permitámosles que vengan y ocupen un sitio en estas hileras que hemos hecho y después veremos si los funcionarios se atreven a decir algo! Sólo una cosa les digo a todos aquellos que se reúnan con nosotros: ¡no quiero oír a nadie que hable de tener miedo! ¡Si permanecemos unidos y firmes, no tenemos nada que temer! Todos los mercachifles indígenas saltaron poniéndose de pie. “¡Estamos contigo!”, respondieron con alegría.
De modo que temprano, cada mañana, todas estas gentes venían, se ubicaban en pulcras hileras y extendían sus mercaderías en el suelo.
Pero llegó finalmente el día en que el administrador del mercado regresó. Puesto que él es el jefe del mercado y de todas las calles que lo rodean, se plantó frente al primer vendedor de carbón de leña que vio y le demandó: ¿quién te autorizó a vender acá? Nadie tiene que darnos permiso ya que nosotros pertenecemos a una organización. ¿Qué chingada de organización? ¡Levanta toda esta mierda y vete al infierno, carajo, fuera de aquí, antes de que me enoje, gritó en administrador, no quiero oír ni una palabra más de ninguno de ustedes, culeros! ¿Vas a obedecer o no, hijo de la chingada?
¡Madre de Dios! Se lo veía realmente furioso. No, nosotros no nos quitaremos de aquí. Somos pobres y humildes y necesitamos vender para poder comer, respondió tercamente el indio. Entonces, por fin, habló el dirigente de los vendedores de carbón de leña. “Te ves muy valiente ahora”, le dijo al administrador en forma apacible, “pero cuando los zapatistas estaban aquí no dijiste nada porque estuviste escondido atrás de las faldas de tu mujer. Hasta ahora es que has tenido los huevos de hablar. Entonces, ¿quién es el culero? Tal vez sería mejor para ti que te quedaras callado, porque, si nos corres, nos aseguraremos que el mando de los zapatistas sepa tu nombre y lo pondremos al tanto de la clase de hombre que eres. Puedes ganar hoy, pero tal vez deberías pensar lo que te costará en el futuro”

¡Hijo! ¡Nunca antes un indio le había hablado en esa forma al administrador! Él empezó a temblar, quién sabe si de miedo o de rabia, y después se volteó y desapareció sin decir ni una palabra, llevándose a todos sus cobradores de impuesto con él.
Y así fue como estuvieron las cosas hasta comienzos de marzo. Gracias a los zapatistas, los indios están aprendiendo a levantarse por sí mismos
…”

Tan-tan.
Muchas gracias y hasta mañana.

Subcomandante Insurgente Marcos





Sette venti nei calendari e nelle geografie in basso

Primo Vento: una degna gioventù rabbiosa

Buona sera.

Sintrófisa, síntrofe, Ekseyerméni Eláda. Emís, i pió mikrí, apó aftí ti goniá tu kósmu se jeretáme. Déksu ton sevasmó mas ke ton zavmasmó mas giaftó pu skéftese ke kánis. Apó makriá mazménume apó séna. Efjaristúme.

Spero di non aver detto qualcosa di sconveniente, quello che volevo dire è "Compagna, compagno, Grecia ribelle. Noi, i più piccoli, da questo angolo del mondo ti salutiamo. Ricevi il nostro rispetto e la nostra ammirazione per quello che pensi e che fai. Da lontano impariamo da te. Grazie".

Delle violenze e di altre cose

Da molto tempo il problema dei calendari e delle geografie ha svelato e scoperto il Potere. Negli uni e nelle altre si è visto (e si vedrà) come il suo brillante ingranaggio di dominazione si blocca e scompone. Per questo motivo bisogna fare molta attenzione a maneggiare le geografie ed i calendari.
Nelle geografie può sembrare più chiaro: nel suo rozzo trucco, che questo Festival ha scoperto, la Grecia è molto lontana dal Chiapas. E nelle scuole si insegna che il Messico è separato da un oceano dalla Francia, dai Paesi Baschi, dallo Stato Spagnolo, dall'Italia. E se guardiamo una mappa, possiamo notare che New York è molto a nord del Chiapas indigeno messicano. Qualcosa che qualche ora fa è stato confutato dalle compagne e compagni della Movimento Justicia para el Barrio. E l'Argentina è molto a sud di questa terra, cosa che ha sfidato il compagno di Solano che ha appena parlato.
Ma né sopra né sotto c'è questa separazione. La brutale globalizzazione neoliberista, la IV Guerra Mondiale come la chiamiamo noi zapatisti, ha messo i luoghi più distanti in simultaneità spaziale e temporale per il flusso di ricchezze… e per la loro appropriazione.
Non più i racconti fantasiosi sui presunti eroici scopritori-conquistatori che vincevano con la spada e la croce la debolezza di chi veniva "civilizzato". Invece delle tre caravelle, una calcolatrice ad alta velocità. Invece di Hernán Cortés, un burattino fatto governo in ogni angolo del pianeta. Invece di spade e croci, un macchinario di distruzione di massa ed una cultura che ha in comune con il "fast food" non solo la sua onnipresenza (McDonald's, come dio, c'è ovunque), ma anche la sua difficile digestione ed il suo inesistente potere nutritivo.
Questa stessa globalizzazione fa sì che le bombe dei governi israeliano e nordamericano cadano su Gaza e nello stesso tempo scuotano il mondo intero.
Con la globalizzazione il mondo intero dell'alto è alla nostra portata… per meglio dire, davanti ai nostri occhi ed alla nostra coscienza. Le bombe che assassinano civili palestinesi sono anche un avvertimento che bisogna imparare ed assimilare. E la scarpata a Bush in Iraq può essere riprodotta in quasi qualsiasi angolo del pianeta.
E tutto passa dal culto dell'individuale. L'entusiasmo che ha risvegliato tra i benpensanti la scarpata a Bush (che evidenzia solo la pessima mira del giornalista) è plaudire un gesto coraggioso ma inutile e ininfluente per la cosa fondamentale, come settimane dopo dimostra l'appoggio del governo di Bush al crimine che il governo israeliano perpetra in territorio palestinese… e, perdonate se deludo qualcuno che ha acceso le candele ai piedi dell'immagine di Barack Obama, che il successore di Bush appoggia.
E mentre la scarsa mira in Iraq provoca applausi, l'insurrezione in Grecia provoca preoccupazioni: "C'è il pericolo", allertano ed esorcizzano, "che la ribellione in Grecia si estenda al resto d'Europa".
Abbiamo sentito e letto quello che ci comunica la gioventù ribelle greca della sua lotta e quello che affronta. La stessa cosa di coloro che in Italia si preparano a resistere alla forza del governo. E la lotta quotidiana de@ nostr@ compagn@ nel nord del nord.
Di fronte a questo tutti là in alto tirano fuori i loro dizionari e cercano la parola "violenza" e la contrappongono a "istituzionalità". E senza darle contesto, cioè posizione di classe, accusano, giudicano e condannano.
E ci dicono che è violenta la gioventù greca che fa bruciare la penisola ellenica. Chiaro che si corregge, si mutila, si cancella il fatto che la polizia ha assassinato un ragazzo.
In Messico, nella geografia segnata dalla città con lo stesso nome, un governo di sinistra istituzionale ha assassinato un gruppo di giovani, adolescenti in maggioranza. Un settore dell'intellighenzia progressista ha mantenuto un silenzio complice adducendo che questo è stato per distrarre l'attenzione pubblica, e sembra presa nel carnevale in cui si è trasformata la presunta difesa del petrolio. La successiva aggressione sessuale alle giovani donne nei locali della polizia si è persa nel suono delle grancasse che annunciavano una consultazione che poi è stata un fallimento. Invece, non si è condannata la violenza della polizia che, contrariamente a quanto è stato detto, non ha agito in maniera disordinata. Questa polizia da anni è addestrata a reprimere, vessare ed abusare di giovani, venditori ambulanti, lavoratori e lavoratrici del sesso, di coloni e di tutto ciò che dissenta dal governo delle piste di ghiaccio, dei mega spettacoli in stile Fujimori e delle ricette per fare i biscotti. E non bisogna dimenticare che la dottrina che anima questa polizia è stata importata a Città del Messico dall'oggi presidente "legittimo" del Messico quando era capo di governo del DF.
A Città del Messico ed in Grecia i governi assassinano giovani. Il tandem governativo Stati Uniti-Israele segna ora a Gaza il modello da seguire: è più efficace ucciderli quando sono bambini.
Già prima, in Messico, nel presente calendario saranno ormai 10 anni, giovani studenti della UNAM crearono un movimento che fece impazzire la sinistra benpensante che, isterica come oggi, li calunniò e screditò con ferocia. Ed anche allora si disse che era un movimento violento per distrarre l'attenzione dalla grigia campagna elettorale del grigio candidato presidenziale del grigio partito della rivoluzione democratica. Ora, 10 anni dopo, bisognerebbe ricordare che la UNAM continua ad essere pubblica e gratuita grazie all'impegno di quegli uomini e donne, ragazze e ragazzi chi oggi salutiamo.
Nel nostro addolorato Messico chi è al primo posto nell'uso ed abuso dell'abusato termine "violenza" sono Felipe Calderón Hinojosa ed i mezzi di comunicazione che lo accompagnano (che sono sempre meno). Il signor Calderón, appassionato di giochi elettronici di strategia in tempo reale (il suo gioco preferito, l'ha dichiarato lui, è "L'Epoca degli Imperi"), ha deciso che, al posto di pane e circo, al popolo si doveva dare sangue. Siccome il circo già lo fanno i politici di professione ed il pane è molto caro, Calderón ha deciso, appoggiando una banda di narcotrafficanti, di fare la guerra all'altra banda. Violando la Costituzione ha messo l'esercito a svolgere compiti di polizia, di pubblico ministero, giudice, carceriere ed esecutore. Che stia perdendo questa guerra lo sa chiunque non sia del suo gabinetto, - e che la morte del suo partner fu un omicidio lo sanno tutti, anche se non si scrive-.
E nella sua guerra, le forze del governo di Calderón hanno nel loro conto l'omicidio di persone che non c'entravano niente, di bambini e di non nati. Con Calderón alla guida il governo del Messico è un passo avanti a quelli di Stati Uniti ed Israele: lui li uccide quando ancora stanno nel ventre materno.
Ma si è detto, ed ancora lo ripetono annunciatori ed editorialisti, che si sarebbe usata la forza dello Stato per combattere la violenza del crimine organizzato. E ancora una volta si è visto che è il crimine organizzato a guidare la forza dello Stato.
Forse tutto questo si tratta di un intelligente stratagemma di Calderón ed il suo obiettivo è distrarre l'attenzione della gente. Occupato com'è il pubblico col sanguinoso fallimento della guerra contro il narcotraffico, può essere che non si renda conto del fallimento calderonista in politica economica.
Ma torniamo alle condanne della violenza che arrivano dall'alto.
C'è un'ingannevole trasmutazione, una falsa tautologia: dicono di condannare la violenza ma in realtà condannano l'azione. Per loro, quelli in alto, il dissenso è un male del calendario o, quando sfida anche questo, una patologia cerebrale che si cura, secondo alcuni, con molta concentrazione mentale, mettendosi in armonia con l'universo e così tutti siamo esseri umani… o cittadini.
Per questi violenti pacifisti tutti sono esseri umani: lo è la giovane greca che alza il braccio con una molotov in mano ed il poliziotto che uccide gli Alexis che sono stati nel mondo e lo saranno; lo è il bambino palestinese che piange al funerali dei suoi fratelli morti per le bombe israeliane ed il pilota dell'aeroplano da combattimento con la stella di David sulla fusoliera; lo è il signor George W. Bush ed il clandestino assassinato dalla Border Patrol in Arizona, Stati Uniti; lo è il miliardario Carlos Slim e la cameriera di un Sanborns che deve viaggiare 3 o 4 ore per andare al lavoro e se arriva tardi la licenziano; lo è il signor Calderón che si dice capo dell'Esecutivo federale messicano, ed il contadino privato della sua terra; lo è il signor López Obrador e gli indigeni assassinati in Chiapas che non ha visto né sentito; lo è il signor Peña Nieto, predatore dello Stato del Messico ed il contadino Ignacio Del Valle del FPDT, arrestato per aver difeso i poveri; infine, lo sono gli uomini e le donne che hanno la ricchezza ed il potere, e le donne e gli uomini che non hanno nient'altro che la loro degna rabbia.
E là in alto chiedono ed esigono: "Bisogna dire no alla violenza, da qualunque parte provenga"… facendo attenzione a porre l'enfasi se la violenza viene dal basso.
Secondo loro tutti e tutte devono mettersi in armonia affinché si risolvano le loro differenze e contrapposizioni e gridino: "anche il popolo armato è sfruttato", riferendosi a soldati e poliziotti.
La nostra posizione di zapatisti è chiara. Non appoggiamo il pacifismo che si solleva affinché sia un altro a porgere l'altra guancia, né la violenza che si scatena quando sono altri che ci mettono i morti. Noi siamo come siamo, con tutto il bene ed il male che portiamo dietro e che è nostra responsabilità.
Ma sarebbe ingenuo pensare che tutto il buono che abbiamo fatto, compreso il privilegio di ascoltarvi ed imparare da voi, si sarebbe raggiunto senza la preparazione di un intero decennio affinché sorgesse il Primo Gennaio come sorse 15 anni fa.
Non è stato con una marcia o un documento dei qui-sotto-frmatari che ci siamo fatti conoscere. E' stato con un esercito armato, con i combattimenti contro le forze federali, con la resistenza armata, che ci siamo fatti conoscere dal mondo.
Ed i nostri compagni e compagne caduti, morti e scomparsi, lo sono stati in una guerra violenta che non è cominciata 15 anni fa, ma 500 anni fa, 200 anni fa, 100 anni fa.
Non sto facendo un'apologia della violenza, sto segnalando un fatto verificabile: in guerra ci hanno conosciuto, in guerra siamo rimasti questi 15 anni, in guerra proseguiremo fino a che questo angolo del mondo chiamato Messico faccia suo il proprio destino, senza trappole, senza finzioni, senza simulazioni.
Il Potere nella violenza ha una risorsa di dominazione, ma ce l'ha anche nell'arte e nella cultura, nella conoscenza, nell'informazione, nel sistema della giustizia, nell'educazione, nella politica istituzionale e, ovviamente, nell'economia.
Ogni lotta, ogni movimento, nelle sue particolari geografie e calendari, deve ricorrere a diverse forme di lotta. Non è l'unica e probabilmente non sarà la migliore, ma la violenza è una di queste.
È un bel gesto affrontare con i fiori le canne dei fucili, ci sono perfino fotografie che immortalano il gesto. Ma a volte è necessario fare che quei fucili cambino obiettivo e si dirigano verso l'alto.

L'accusatore e l'accusato

Ci accusano di molte cose, è vero. E probabilmente siamo colpevoli di alcune, ma ora voglio soffermarmi su una:
Non abbiamo sparato all'orologio del tempo quel primo gennaio, né lo abbiamo trasformato in una festa nostalgica di sconfitta, come hanno fatto col 68 alcun@ di quella generazione in tutto il mondo, come hanno fatto in Messico con l'88 ed ora perfino col 2006. Su questo culto malaticcio per i calendari truccati tornerò poi.
Neppure abbiamo modificato la storia per rinominarla dicendo che siamo o fummo gli unici o i migliori, o entrambe le cose (che è ciò che fa quest'isteria di gruppo che è il movimento lopezobradorista, ma tornerò poi su questo).
C'è stato e c'è chi ci critica per non aver fatto il salto "nella realpolitik" quando i nostri buoni politici, cioè il nostro rating mediatico, offriva un buon prezzo per la nostra dignità sul mercato delle opzioni elettorali (non politiche).
Ci accusano, in concreto, di non aver ceduto alla seduzione del potere, ciò che è riuscita ad ottenere che gente molto brillante di sinistra dica e faccia cose che sarebbero una vergogna per chiunque.
Ci hanno anche accusato di "delirio" o "radicalismo" perché nella VI Dichiarazione denunciamo il sistema capitalista come la causa dei principali mali che angosciano l'umanità. Oggi non insistono più su questo, perché lo dicono perfino i portavoce del capitale finanziario di Wall Street.
Di sicuro, ora che tutto il mondo dice e ridice sulla crisi globale, bisognerebbe ricordare che già 13 anni fa, nel 1996, fu segnalata da uno scarabeo degno e rabbioso. Don Durito de La Lacandona, nella relazione più breve che ho ascoltato nella mia breve età, disse "il problema con la globalizzazione è che poi i globi esplodono".
Ci accusano di non rintanarci nella sopravvivenza che, con sacrifici e l'appoggio di quelli in basso negli angoli del pianeta, abbiamo costruito in queste terre indie, e di non rinchiuderci in quello che le menti lucide (così si dicono) chiamano "il laboratorio zapatista" o "la comune della Lacandona".
Ci accusano di venire fuori, sempre, per affrontare il Potere e cercare altre, altri, voi, che lo affrontate senza false consolazioni né conformismi.
Ci accusano di essere sopravvissuti.
E non si riferiscono alla resistenza che 15 anni dopo ci permette di dire che continuiamo a lottare, non solo a vivere. Quello che li disturba è che siamo sopravvissuti come altro riferimento della lotta, della riflessione critica, dell'etica politica.
Ci accusano, chi l'avrebbe detto, di non esserci arresi, di non esserci venduti, di non aver tentennato.
Ci accusano, insomma, di essere zapatisti dell'Esercito Zapatista di Liberazione Nazionale.
Oggi, 515 anni dopo, 200 anni dopo, 100 anni dopo, 25 anni dopo, 15 anni dopo, 5 anni dopo, 3 anni dopo, dichiariamo: siamo colpevoli.
E, dato che è il modo neozapatista, non solo lo confessiamo, ma lo celebriamo.
Non immaginavamo che questo avrebbe disturbato qualcuno che là in alto finge progressismo o si veste di una sinistra giallo scolorito o senza nemmeno colore, ma bisogna dirlo:
L'EZLN vive. Evviva l'EZLN!
Molte grazie

PS Sette Racconti per Nessuno

Racconto 1: E AVVENNE COSI'...

Abbiamo appena sentito il Tenente Colonello Insurgente Moisés presentarmi come parte dell'infanzia zapatista. Forse è per sfidare anche il calendario che noi zapatistas ci diamo a compiere gli anni alla rovescia, così che invece dei 515 anni che risultano dai nostri registri di nascita, ne ho compiuti 5 e sono entrato ora nel sesto, e cioè ho 7 anni. Può essere, dopo tutto se qualcosa ha dimostrato lo zapatismo è che molte cose che sembrano impossibili diventano possibili con immaginazione, ingegno ed audacia.
In difesa del mio assurdo calendario posso solo dire che con bambine e bambini condivido la fobia per le iniezioni ed il gusto per i racconti e le favole.
Qualche tempo fa, conversando con una compagna cittadina, gli raccontavo di alcune delle cose che succedono qua. Mi rispose che non ci credeva. Io le dissi che la capivo e che era perché aveva smesso di credere ciò che le narravano come racconto.
Nelle nostre montagne succedono invece cose che possono sembrarvi incredibili. Cosicché come tali ve li racconto qui, come fossero racconti, appunto.
Perché sembra incredibile, in effetti, che nelle nostre montagne abita uno scarabeo che si dà arie di cavaliere errante, che c'è una pietra non conforme che sta allenadosi per diventare nuvola, che il Sub si sta preparando con bambini e bambine zapatiste a redigere una parte del Programma Nazionale di Lotta che proibirà definitivamente la produzione, il commercio e l'utilizzo di iniezioni, che il Vecchio Antonio si presenta ogni tanto con storie e leggende che gli raccontarono i dei più primi, quelli che nacquero il mondo, che Elías Contreras, Commissione di Investigazione dell'EZLN, era già defunto quando andò in città per lottare contro il male ed il malvagio, che un omosessuale lavoratore del sesso gli salvò paradossalmente la vita perché era già defunto in una fredda alba capitolina, e che a volte parlava con un gitano di skatero, che la Toñita ha 3 generazioni e 6 anni sulle sue spalle e che a volte si mette senza permesso al Comando Generale dell'EZLN, che a volte la luna si ubriaca di disamore, che i bambini e bambine pensano ed agiscono come se il Sub fosse un bambino in più che non ha mai lasciato quello strano ciucciotto che getta fumo, che l'insurgenta Erika rifondò il marxismo con tendenze francamente femministe, che l'altro giorno gettarono una bomba in un accampamento zapatista e nessuno morì, che Ombra il guerriero fu maledetto da una luna rancorosa e risentita, e che, tuttora, continua a cercare di perdersi, che c'è un gufo che, invece di greco e latino, studia i cataloghi di biancheria intima femminile, che c'è una bambina che si chiama Dicembre e che, come il suo nome indica, nacque in novembre, che il Moy sa che, quando non lo si trova al Comando Generale, al Sub bisogna cercarlo tra i rami più alti della ceiba...
Cosicché, invece di discutere sulla veracità di cose tanto quotidiane nelle nostre montagne, io vengo, un subcomandante qualunque, e ve ne parlo come se fossero racconti.
Alcuni momenti fa abbiamo consegnato alla compagna che parlò della Grecia insorta un quadro fatto da una compagna cittadina, Beatriz Aurora. Nel quadro si rappresenta con molti colori questa città di San Cristobal de Las Casas, Chiapas, ed in essa si indicano così i posti dove lavorano persone che lottano come noi, benché senza armi né passamontagna.
Forse il significato di questo regalo si capirà meglio con quello che ora vi racconto:
Quindici anni fa furono presi dalle nostre truppe 7 capoluoghi municipali: Las Margaritas, Ocosingo, Altamirano, San Cristóbal de las Casas, Oxchuc y Chanal. In quell'occasione furono costrette alla resa o colte di sorpresa le forze governative che li presidiavano.
Forse si può dire che la presa di questa città nella quale stiamo, San Cristobal de Las Casas, bastione ladino del razzismo, fu ciò che ci fece conoscere al mondo. Può essere.
Quello che sì sa è che le prese di Ocosingo, Las Margheritas ed Altamirano furono quelle che ci diedero il controllo del territorio e permisero anche la presa di fertili terre agricole ed il loro recupero, dopo cento di anni di spogliazione. Questa presa di terre fu la base economica per costruire l'autonomia zapatista.
Di tutto questo parlai già un anno fa e coloro che volessero approfondire l'argomento dovranno cercare in internet od trovare qualche edizione marginale, perché è risaputo che tutto quello che non sia a favore o contro il movimento lopezobradorista non si pubblica.
Parlando di immaginazione, ingegno ed audacia per fare possibile la cosa impossibile, i racconti che vi narro di seguito non sono racconti e non sono zapatisti. Ma si riferiscono a quello che avvenne 15 anni fa e scosse il mondo e, come si vedrà di seguito, anche il sottomondo degli indigeni.
Uno è di un indigeno tzotzil progovernativo e l'altro è di un indigeno non zapatista che sopravvive vendendo i suoi prodotti nel mercato di questa città. Si tratta della traduzione in spagnola di una traduzione in inglese di una traduzione in spagnolo di alcuni racconti in tzotzil, e per questo motivo lorsignori ascolteranno un testo molto pulito nella sua redazione e nel suo vocabolario.
Tradotto da Jan Rus, nel libro di Marián Perez Tzu, “Indigenous Revolts”, Grosnor & Ouweneel, Cedla, Amsterdam, 1996. Pp. 122-128. Ripreso poi in “Antigua y nueva palabra. Antología de la literatura mesoamericana desde los tiempos precolombinos hasta el presente” di Miguel León-Portilla e Earl Shorris, con Sylvia S. Shorris e Ascensión H. de León-Portilla. Ed Aguilar. México, octubre de 2004. Pa 732-733.
Vado dunque:

Principi di gennaio: preparativi e visite

"Prima dell'invasione di San Cristobal, ovunque tutti parlavano sempre di come i soldati della base militare che controllavano l'accesso meridionale della città avevano collocato trappole esplosive tutt'attorno alle loro postazioni e di come le avevano sistemate in maniera tale che nessuno si azzardasse mai ad attaccarli. Se i poveri indigeni, in qualche occasione, avessero osato dare problemi, si diceva che i soldati l'avrebbero fatta finita con loro lì stesso, prima perfino che potessero uscire dal bosco. Gli ufficiali dell'esercito sono maestri nell'arte di ammazzare, dicevano, e tutto quello che devono fare tutti i giorni, il loro unico compito, è di insegnare ai soldati appena reclutati come ammazzare. E come se tutto questo non fosse già sufficiente per scacciare un gruppo di campesinos straccioni, tutti dicevano che i soldati avevano anche una gran quantità di bombe immagazzinate nel loro forte. E queste erano niente meno che bombe speciali per ammazzare indios!
K´elavil, guarda, secondo quello che diceva la gente, i soldati avevano sotterrato un filo di ferro speciale attorno alle loro baracche, e che quello era poi a sua volta collegato ad una bomba ogni pochi passi. E se per caso i maledetti indios avessero osato avvicinarsi, dicevano, tutto quello che i soldati dovevano fare era ficcarsi delle loro brande e toccare il filo di ferro con qualcosa di metallo - come, per esempio, un tappetto di birra - e tutte le bombe sarebbero allora esplose. Se poi gli indios avessero tentato di tagliare il filo di ferro, ugualmente le bombe sarebbero esplose. Ma, per principio, è risaputo che i soldati hanno fama di non dormire mai, cosicché, in primo luogo, gli indios non avrebbero mai potuto neppure avvicinarsi alle bombe. I soldati immaginavano poi che nessuno avrebbe mai potuto attraversare la linea di bombe. Ma, dopo tutti quei preparativi, che cosa successe? Il primo di gennaio, i soldati erano svegli quando gli zapatisti arrivarono a San Cristobal! Ma stavano russando! Non videro agli zapatisti quando attraversarono i posti di blocco insieme agli altri passeggeri degli autobus di seconda classe. Non si resero conto che gli zapatisti uscivano dai camion nel terminal degli autobus e camminavano verso il centro della città. Non videro niente! E quando i soldati si svegliarono, gli zapatisti aveva già circondato il Palazzo di Governo, ed avevano collocato le proprie guardie armate attorno alla città! Dopo tutto, alla fine fu l'esercito quello rimase fuori della città, rifugiato nelle sue baracche! Gli zapatisti trionfarono ignorandoli, semplicemente! Non fu che il giorno dopo, quando già avevano portato a termine quello che dovevano fare in città, che finalmente gli zapatisti andarono a far visita ai soldati!
Gli zapatisti sono solamente degli indigeni, ma quello che non considerarono gli ufficiali dell'esercito è che anche gli indios sono uomini. E dato che sono uomini, potevano anche essere armati ed allenati come un esercito. Tutto quello di cui necessitavano era l'idea. E quando questa sorse, lo sviluppo della loro strategia fu migliore di quella dell'esercito! Essi fecero fare la figura dei tonti agli ufficiali che erano maestri nell'arte di ammazzare! Da quel giorno, tutti noi, perfino quelli che non siamo nemici del governo, sentiamo qualcosa come una risata solleticarci giù per la gola.
Se c'è una constatazione triste in tutto questo è che, malgrado gli zapatisti siano esseri umani, hanno dovuto vivere nascondendosi fino a quel momento, e ancora adesso non possono dormire nei propri letti, né abitare nelle proprie case, ma devono rimanere nascosti nelle grotte della selva. Perfino se vogliono avere bambini, come qualunque altra persona, devono avere rapporti nelle grotte. Come gli armadilli!
"
Fine di questo racconto.

E poiché stiamo parlando di calendari di sopra e di sotto, ricordiamo che ormai sono passati già 15 anni dell'entrata in vigore del Trattato di Libero Commercio. Cosicché ora qualcosa sul libero commercio...

Ultimi giorni di giugno (gennaio): verso un mercato libero

"Durante, più o meno, le due prime settimane dell'assedio di San Cristobal, nessun funzionario ladino si lasciò vedere in pubblico, neanche nessun poliziotto, né un vigile urbano né un esattore di imposte del mercato. Neppure uno solo. Erano tutti spariti! Erano tanto spaventati dagli zapatisti che si nascosero.
Ma nel momento giusto in cui furono sicuri che l'esercito zapatista si era ritirato e ormai non sarebbe ritornato, già!, immediatamente apparvero di nuovo i vigili urbani a prendere i numeri di targa ai veicoli, i poliziotti municipali a bastonare i beoni, ed gli esattori di imposte a rincorrere le povere donne che cercavano di vendere i loro pomodori e limoni agli angoli delle strade. Improvvisamente, quando gli zapatisti andarono via, smisero di avere paura. Ma fin quando gli zapatisti stavano qui, rimasero nel chiuso delle loro stanze, con le tende abbassate, tremando di paura. Neanche potevano coricarsi con le loro donne da tanto spaventati che erano.
Si rendono conto, lorsignori, di che significa questo? Che essi erano terrorizzati dagli indigeni - perché quello sono gli zapatisti, sono indios. Quando noi, gli altri indigeni, ci rendemmo conto di ciò, immediatamente ci sentimmo forti. Forti come gli zapatisti. I meticci di San Cristobal c'avevano sempre sottovalutati solo perché non parlavamo correttamente lo spagnolo. Ma ora tutto aveva cominciato a cambiare.
Un esempio di questo è che, a metà di gennaio, quando i funzionari erano ancora nascosti, gli indigeni venditori di carbone di legna si riunirono e formarono l'Organizzazione Zapatista di Venditori di Carbone di Legna. Dopo, senza chiedere permesso a nessuno, si trasferirono dal cantuccio nel quale fino ad allora si erano sempre visti obbligati a vendere, alla strada esattamente di fianco al mercato principale.
Il fatto è che il carbone di legna è davvero sporco. Attorno ad esso tutto si copre di una polvere nera, e per quello i funzionari del mercato li avevano sempre tenuti lontano dalla sezione del mercato frequentata dalla "gente decente" e dai turisti. Tuttavia, non essendoci nessuno che li fermasse, i venditori di carbone di legna poterono stare vicino a tutti gli altri.
Ma c'erano anche molti altri indigeni che furono sempre relegati alla periferia del mercato. Quando queste genti videro che i venditori di carbone di legna avevano cambiato ubicazione senza chiedere permesso a nessuno, cominciarono ad arrivare, domandando se anch'essi potessero trasferirsi. Maremma! Ci furono all'improvviso duecento persone sedute in file ordinate a vendere verdure, e frutta, e carbone di legna, in quello che normalmente era prima il parcheggio dove la gente ricca lasciava le proprie belle automobili! Il primo giorno che si riunirono lì, il leader dei venditori di carbone rivolse loro questo discorso. Fratelli e sorelle!, esclamò, non abbiate paura! Molti di noi stanno ora vendendo qui, per strada. A tutti quelli che sono stati sempre costretti a vendere fuori dai cassoni posteriori dei camion, a tutti quelli i quali sono stati spinti alla periferia del mercato, noi permettiamo che vengano qui, al centro, con noi. Permettiamo loro che vengano ed occupino un posto in queste file che abbiamo fatto e dopo vedremo se i funzionari oseranno dirci qualcosa! Solo una cosa dico a tutti quelli che si uniranno con noi: non voglio sentire nessuno che parli di avere paura! Se rimaniamo uniti e fermi, non abbiamo niente da temere! Tutti gli ambulanti indigeni si levarono in piedi. "Stiamo con te!", risposero con allegria.
In modo che, ben presto, ogni mattina tutte queste genti arrivavano, si ubicavano in file pulite e ordinate e esponevano le loro mercanzie al suolo.
Ma venne finalmente il giorno in cui l'amministratore del mercato ritornò. Dato che egli è il capo del mercato e di tutte le strade che lo circondano, si impuntò di fronte al primo venditore di carbone di legna che vide e gli chiese: chi ti ha autorizzato a vendere qua? Nessuno deve darci il permesso poiché noi apparteniamo ad un'organizzazione. Che fottuta organizzazione? Prendi tutta questa merda e vattene all'inferno, accidenti, prima che mi irrito, gridò l'amministratore, non voglio sentire neppure una parola di più da nessuno di voi, rottinculo! Ubbidisci o no, figlio di una fottuta?
Madre di Dio! Si vedeva che era realmente furioso. No, noi non ci toglieremo di qui. Siamo poveri ed umili e dobbiamo vendere per poter mangiare, rispose ostinatamente l'indio. Allora, finalmente, parlò il dirigente dei venditori di carbone di legna. "Ti vedo molto coraggioso ora", disse all'amministratore con modi pacati e tranquilli, "ma quando gli zapatisti stavano qui non dicesti niente perché te ne stavi nascosto dietro le gonne di tua moglie. Fino ad ora hai avuto le uova in bocca. Allora, chi è il culo rotto? Forse sarebbe meglio per te che te ne stessi silenzioso, perché, se ti metti contro di noi, c'assicureremo che il comando degli zapatisti sappia il tuo nome e ti metteremo nella giusta categoria di uomo che sei. Puoi guadagnare oggi, ma forse dovresti pensare a quanto questo ti costerà in futuro"
Fischio! Mai prima di allora un indio aveva parlato in quel modo all'amministratore! Egli incominciò a tremare, chi sa se di paura o di rabbia, e dopo si voltò e sparì senza dire neppure una parola, portandosi tutti i suoi esattori di imposta con sé.
E fu così che stettero le cose fino a principi
di marzo. Grazie agli zapatisti, gli indios stanno imparando a sollevarsi da soli"
Tan Tan.
Molte grazie e a domani.

Subcomandante Insurgente Marcos

3 commenti:

  1. Per il dissenso non c'è una cura. Perché significherebbe diventare zerbini di un potere o di un governo che ci fa schifo, perché ci si venderebbe e chi ha un minimo di dignità non si vende. Ai "violenti pacifisti" fa comodo credere che tutti siano esseri umani così ogni loro cattiva azione è giustificata. Basta manovrare un pò l'opinione pubblica per far diventare i no global gente pericolosa che sovverte ogni ordine e morale. Spero che al prossimo G8 facciano tanto di quel casino da far prendere un colpo a quel p....ere di Berlusconi& C.
    Ciao, Mary.

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  2. Cara Mary,
    hai perfettamente ragione: per il dissenso non c'è cura. Si avverte sulla propria pelle cosa vuol dire essere minoranza, non uniformi né integrati, non adeguati né conformi, in una parola: eccezione. Ed è una sensazione che avvolge completamente, perché la discronia riguarda i massimi come i minimi sistemi, la politica come la vita sociale, l'economia come il vivere quotidiano, le relazioni umane, sociali e sentimentali.
    E anche il web, dove ci troviamo... Perché, anche se digitale, questa è pur sempre una piazza, un'agorà.
    Anche qui, per non suscitare contrasti, apparire “piacioni” e riscuotere approvazione (o non ricevere mail idiote) bisognerebbe mostrarsi sempre accomodanti, tolleranti, condiscendenti. Magari con quello che a quarant'anni fa ancora l'idiota o il bamboccio da comò, oppure con quella che ti scrive dei suoi tanti peripli attorno al mondo, o ancora con quella che, divorziata, ti dice che lei sa tutto del vero amore (e poi aggiunge di doverlo fare una volta al mese!), oppure ancora quella che pretende di aver capito tutto di te solo respirando incenso e leggendo Mamani e la sua Curandera, o infine quella che ti dice come eri, come sei e come dovresti essere.
    A tutti costoro fa uno strano effetto sbattere la faccia contro il cemento armato, tanto sono abituati agli yogurtini ai frutti di bosco. Trovare una persona vera, integra, schietta, leale, casta, onesta, gli fa uno strano effetto, li sconcerta, reagiscono male e d'istinto, si sentono provocate e... si fanno subito forti del numero.
    “Noi - sembrano dire ogni volta – siamo maggioranza, non possiamo essere viziosi, dissoluti, corrotti, depravati, indecenti, stupidi e immorali. Quello sbagliato, drastico, esagerato, intransigente, radicale sei sicuramente tu! Anzi, devi avere qualcosa di sbagliato...”
    Questo perché essere parte di un gregge, sentirsi confortati dalla massa, dà una (illusoria) sensazione di sicurezza.
    Non si sta sbagliando, non si sta agendo male, non si sta vivendo male, perché se lo fanno tutti, lo dicono tutti, lo pensano tutti, dev'essere giusto, onesto, decente.
    Ma come dici tu chi ha dignità non compra e non vende e li lascia grufolare nella loro terra da maiali.
    Anche a costoro, come ai “violenti pacifisti”, farebbe comodo – come dici tu – che tutti si fosse uguali, in modo che ogni loro condotta fosse giustificata. E invece NO! Io faccio da pietra miliare, sto lì a ricordargli le loro bassezze, inadeguatezze, idiozie e porcherie, morali e materiali. Come una pietra miliare il loro fango mi passa addosso, a volte pare sommergermi, ma io sto lì, non mi sposto: un “memento”.
    >> segue

    RispondiElimina
  3. >>segue
    Ancora dici bene quando parli del manipolare l'opinione pubblica e del creare false immagini. Vale per i no-global, come pure per chiunque altro: i migranti, i gay, i poveri, gli indigeni... tutti pericolosi per l'ordine morale e sociale, quando invece il vero pericolo sono loro, la maggioranza. Quella che è maggioranza nei blog, sul web, in tv, nella pubblicità, per le strade, negli uffici, nelle loro belle macchinine in fila ai semafori, nei pub per l'happy hour o al club malindy, a fare la seduta zen, la danza del ventre o la sauna dopo la piscina. Costoro sono i criminali. Stanno uccidendo l'Umanità, almeno quel poco che ne resta.

    Su Berlusconi.
    Non mette conto parlare, chè uno del genere, quanto a livello morale, per me non fa neppure parte del genere umano. E nemmeno arriva a quello dei primati. Il fatto che abbia avuto tanto successo e riscuota consensi e simpatia, la dice lunga sulla maggioranza pseudo-umana (reale e virtuale) di cui s'è appena detto.

    Il G8 (come il G9,G10, G20, G-vattelappesca).
    E' un'oscenità giuridica, una porcheria istituzionale, un'indecenza plateale. Ci fanno votare anche per le circoscrizioni, anche nel condominio per deliberare lo spostamento di una canna fumaria e poi loro creano organismi sovranazionali senza regole, né “governance”, né alcun controllo democratico, in cui decidono come dei lord al sabato sera, nel chiuso del loro club, fumando sigari e bevendo brandy. Ma qui il discorso sarebbe lungo e alla fine ci riporterebbe sempre alla maggioranza, che fin quando è sotto sedazione consumistica e idiotismo di massa, se ne starà lì buona e soddisfatta... fino alla fine. Anzi, fino a 5 minuti prima della fine. Poi si sveglierà.
    Ciao, D.

    AUGURO A TUTTI UNA DIGNA RABIA!

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